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Hablé de ello cuando fue anunciado Internet.org en el MWC de 2014. Hasta entonces, Facebook había demostrado su interés en llegar a cuantos más países mejor.
De hecho, es que le va la vida en ello, habida cuenta de que quien más quien menos, en los países desarrollados, ya tiene una cuenta. Y que los inversores esperan seguir viendo cómo crece sin mesura su inversión.
De la propuesta inicial (muy pero que muy loable), a la realidad, hay un trecho. Y ya hace casi un año alerté de que aquel Internet.org, más adelante rebautizado a Free Basics (para que pareciera menos dañino), era muy, muy peligroso.
Otorgaba a Facebook el cargo de garante de lo que eran servicios básicos de internet en aquellos países donde iba a entrar en circulación. Es decir, que Facebook, una compañía con ánimo de lucro, decidiría qué debían entender por Internet las nuevas sociedades conectadas.
Un esperpento, que empezó a llegar a países como India y algunos de latinoamérica. Zuckerberg defendiendo que era mejor otorgar a sus habitantes acceso a algunos servicios digitales (casualmente, Facebook estaba entre ellos…) que el que no tuvieran acceso a ninguno. Y en efecto tiene razón, siempre y cuando esos servicios sean elegidos neutralmente, y no bajo un interés comercial específico.
Poco a poco, varios de los primeros partidarios en apoyar el proyecto, salieron espantados. Tanto algunos servicios como algunas operadoras, que vieron las orejas al lobo.
Hace escasas horas, el Telecom Regulatory Authority of India (TRAI) dictaminaba que Free Basic atenta contra la neutralidad de la red, y por ende, será prohibido en todo el país.
Un soplo de cordura en un tema que, recalco, podría llegar a ser terrible para el futuro de toda la red.
ya no solo por el terrible poder que otorgaría a Facebook (o a Google, o a la empresa que estuviera detrás), sino porque restringe de una manera impensable la competividad digital de los países donde entrara en vigor, hipotecando su futuro.
Y en última instancia, en efecto, atenta contra la neutralidad de la red, en todas sus vertientes.
Ahora, solo falta esperar que India no sea un caso aislado, y que al final ese proyecto de la red social por llevar internet a todo el mundo (que recalco, es algo interesante) se acabe haciendo, pero desde un organismo neutral, sin más aspiración que la misión principal por el que ha sido creado.
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