dark souls

Lo he contado ya por estos lares en más de una ocasión.


En su día probé Dark Souls, y me pareció un juego de mierda.

Y fíjate que de pequeño fui un gran entusiasta de esa joya española llamada Blade (ES). Probablemente uno de los precursores de esa mezcla de géneros que From Software acabó llevando hasta el cielo.

Pero la cuestión es esa.

De Demon Souls no supe de él hasta muchos años después, como le pasaría a prácticamente todos los occidentales del mundo, y cuando llegó Dark Souls, lo probé, morí sin parar al comienzo, y lo dejé abandonado en la biblioteca de juegos para siempre.

Con esto quiero dejar claro que, en efecto, mi relación de los Souls Like ha sido la de la mayoría de los que en su día tuvimos el placer la osadía de probarlos: la de astío. La de no entender qué coño era eso.

Que no voy a venir aquí diciendo que yo ya tenía claro desde un principio que estaba ante una obra maestra.

ds3

Tiempos oscuros

El tiempo fue pasando y, sinceramente, lo que hiciera o dejar de hacer From Software me la traía al pairo.


Que si DS2, que si DS3, que si BloodBorne, que si Sekiro

Es que por dedicar, ni les prestaba atención cuando llegaba a alguna noticia sobre ellos.

  • ¿Que había cuatro locos por ahí que los consideraban una obra maestra? Perfecto. Pero a mí no me entraban, y punto.
  • ¿Que From Software había conseguido, en base a la iteración de sus mecánicas, crear un nuevo género de videojuegos? Pues enhorabuena. Un Souls like para un servidor no era más que otra forma elegante de juntar las mecánicas de un Metroidvania con un Rogue like.

Llegamos así a 2020 (y fíjate que había llovido desde entonces), y acabo, como quien no quiere la cosa, reconciliándome con el género (que no con los creadores) de la mano de The Surge 2.

Ni tan siquiera el 1, que lo acabé jugando más adelante. El 2. Lo que vendría a ser una copia “barata” de DS pero ambientada en un futuro distópico.

Tanto que acabé por contar por aquí mis reflexiones.

Oye, pues lo mismo esto de los Souls like tiene sentido…

De ahí pasé al Remnant: From the Ashes (ES), otro souls like que me encantó, y de ahí al Hollow Knight (ES), que me voló literalmente la cabeza.


Para entonces, ya estábamos en 2021 y se me ocurrió pedir de regalo la trilogía de Dark Souls (ES).

Solo por volver a darle un tiento, oye.

Joder, vaya si lo he hecho…

Vuelta a Dark Souls

La cajita del triple juego para Xbox ha estado cogiendo polvo en la estantería hasta finales del 2021, donde en un bypass de juegos que me interesasen en Game Pass, decidí probar suerte con DS3.

Y sí, empecé por DS3 por miedo, fíjate tú, a que el 1 ya se sintiese muy viejuno.

Las casualidades han querido que justo tuviera un par de amigos con los que montamos un grupo de WhatsApp para hablar de los juegos de Hidetaka Miyazaki: Uno de ellos sigue hoy en día jugando habitualmente a DS3 (PVP), y el otro venía seducido por el Elden Ring, del que para quel entonces ya nos empezaba a llegar bastante información.

Pues el caso es que el Dark Souls 3 me entró que ni pintado. Hasta el punto que me lo acabé fumando por completo, bosses opcionales y DLCs incluidos, en apenas un mesecito. Una maldita obra maestra, que ha pasado de golpe a ser uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos.


De él salté justo después de las Navidades a Dark Souls Remaster, ¡y más de lo mismo! Maldita sea, vaya viciada me he metido…

Y de él, al Dark Souls 2, que descontando los DLCs (probablemente de lo mejorcito de la franquicia), es cierto que es el más flojo. Pese a tener ideas que me parecieron brillantes, como el que los enemigos acaban por no respawnear si farmeas mucho en una zona o mueres demasiado, o lo de perder vida máxima cada vez que estás en hueco.

Para cuando terminé el DS2, en casa ya tenía el Sekiro, con el que estoy ahora mismo, y que es cierto que me está gustando menos que los Dark Souls.

El que la historia sea mucho más lineal, y ya no estemos ante un Action RPG como tal (no puedes subir atributos por separado, tampoco cambiar de arma como tal ni elegir personaje), unido al sistema de combate (mucho más técnico que estratégico), está haciendo que lo disfrute algo menos. Aunque tengo la intención de terminarlo.

Todo mientras miro de reojo el Elden Ring (ES), del que sé que voy a acabar cayendo más temprano que tarde.

Me salva, como decía, que todavía estoy con el Sekiro, pero cuando lo acabe Dios dirá.

La cuestión, y es con esto con lo que quiero que te quedes, es que a veces damos por sentado que algo no nos gusta simplemente porque no hemos comprendido la ideosincrasia que encierra.

Sigo diciendo que los juegos de From Software no son, ni de lejos, para todos los públicos. Lo que no quita que se merezcan el éxito que están cosechando, y que claramente pasarán a los anales de la historia como uno de los estudios más influyentes de la industria.

Tanto que no descarto acabar comprándome el BloodBorne y el Demon Souls Remaster pese a que no tengo una PlayStation, con idea de que un compañero me la preste para cerrar el círculo.


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