Desde la semana pasada que ando expectante con uno de esos proyectos de Kickstarter que te hacen pensar que hay más gente loca como tú por el mundo.

Microduino


Me refiero a Microduino (EN), una suerte de placas del tamaño de una moneda cuya misión será dotar de utilidades al resto de dispositivos en su entorno, heredando las capacidades y sencillez de su hermana mayor. El proyecto nace con la misma finalidad por tanto que aquel del que en su día hablamos, Thinking Things, con la salvedad que en este caso estamos ante un proyecto abierto, dirigido a la educación, y el otro estaba detrás Telefónica Digital, para uso más bien comercial.

Unas placas que funcionarían como módulos, pudiéndose acoplar varias una encima de otra, obteniendo así las diferentes funcionalidades de cada una. Sírvase todo con un poco de imaginación, con algo de conocimiento de programación, y tenga la receta perfecta para la innovación.

Porque a cada paso nos estamos encontrando con un entorno hiperconectado más y más sencillo de explotar. Lo cual es de agradecer, y de qué manera. Un ecosistema plug and play que vaticina un futuro cercano muy unido al Do it Yourself. La única frontera es nuestra mente. Ya no dependemos de una industria para llevar a cabo nuestros proyectos. Los materiales y las herramientas están al alcance de la mano.

Y en eso mismo debieron pensar los miles de donantes que han hecho realidad Microduino mediante microtransacciones. Porque en lo que vamos desde que se creara la campaña, y teniendo en cuenta que aún faltan 18 días para el término de la misma, ya se ha obtenido cinco veces más de lo esperado.