The New York Times (EN) se hacía eco a finales de la semana pasada de cómo servicios de alquiler por tarifa plana de ebooks de la talla de Scribd (EN) y Oyster (EN), habían empezado a monotorizar el uso que sus lectores daban a sus libros.
En particular, ponían énfasis en la pérdida de privacidad, y cómo este hecho podría llegar a corromper el interés del escritor, en tanto en cuanto podría conocer dónde hubo un mayor porcentaje de abandono en sus novelas ya publicadas, relacionarlo con el contenido, o la estructura, y “venderse” en la siguiente, siendo entonces esclavo del cliente.
Mira que un servidor va en contra de todo aquello que pueda considerarse un asalto a la privacidad, pero siempre y cuando la recogida de información se haga de forma cuantitativa (desconozco cómo funciona en este caso, pero me pregunto qué demonios puede ofrecer saber el nombre o la tarjeta de crédito de un lector, sino sus hábitos de lectura), no veo más peligro que ese hipotético cambio de ética en el escritor, y aun así, creo que hablaríamos de contados casos.
La monitorización llega ahora al ebook, pero ¿cuánto lleva presente en otros aspectos fundamentales de nuestra vida, sea real o digital? Páginas web, streaming de música y vídeo, videojuegos, coches, y así un largo etcétera. Es un hecho, una necesidad que con el auge del tercer entorno se ha convertido en técnicamente posible. Esa ventaja de conocer a tu cliente, de adaptarte (si se desea) a sus intereses, o de maniobrar para que todo vaya en sintonía.
¿Qué puede haber escritores que pierdan entonces eso que les hacía memorables y se vendan al público? Pues qué se le va a hacer. De estos siempre hubo, hubiera una monitorización pasiva, o mediante un estudio de campo posterior.
¿Qué aparece un nuevo modelo de negocio en este sector? Seguramente, en tanto en cuanto parte del pago que estos servicios hagan a sus autores sea mediante el acceso a la información. Información que puede influir (y quizás aumentar el éxtio) o no en futuras entregas, pero información a fin de cuentas. Quien la quiera, que la use, quien no, que ni la mire.
Y la seguridad en las tablet, donde esta?, amazon con sus aplicaciones, google tambien con sus aplicaciones… ¿Hay una verdadera seguridad en los sistema de android?
Se que las aplicaciones cuestan hacerlas, tambien hay la oportunidad de ver tutoriales, pero algunas personas se vuelven perezosas, ¿porque?, porque siempre el tiempo es algo que nadie nos los quita… Y al final de cuentas, todo se mueve, sin dinero no se compra mejores equipos, pero los que no tienen dinero pueden buscar socios para complementar lo que es la estructura de una programacion efectiva
Seguridad según cómo lo entiendas. Un sistema Android donde sólo descargamos contenido del market oficial, y tenemos en consideración algunos tips sobre seguridad móvil, es relativamente robusto. Otra cosa es que consideremos poco seguro el hecho de que el terminal está continuamente siendo rastreado, y que estas aplicaciones guardan información sensible y contextualizada. Servicios todos ellos susceptibles de ser atacados, sea interna o externamente, sea nuestra culpa o la de ellos.