MFi USB-C Apple

El tema no es nuevo por estos lares, pero a las puertas del lanzamiento del primer iPhone con USB tipo C, conviene recordarlo.


Por poner en antecedentes a la audiencia, todo parece apuntar que, como decía, el próximo iPhone abandonará el conector lightning, propietario de Apple, por el estándar USB-C.

Esto, que en los iPads ya es una realidad desde la 10ª generación del iPad Base (el último de la familia iPads en dar el paso), y lo mismo pasa con todos los portátiles y ordenadores de la manzanita… A excepción del iPhone: La gallina de los huevos de oro, que representa nada menos que uno de cada dos dólares que facturan los de Cupertino.

Llegados a este punto, hay que dejar claro que Apple no abandona el cable lightning porque quiera. Más bien todo lo contrario. A la compañía no le ha quedado otra tras el aviso de que de no hacerlo, no podrá volver a vender en Europa.

¿Y por qué Apple no querría abandonar lightning? Pues, de nuevo, por razones obvias.

  • Por un lado, lightning es un protocolo privado: Es decir, que obligatoriamente los fabricantes de periféricos tienen que pasar por caja para sacar algo con dicho conector.
  • Pero por otro lado, la histórica defensa al cable lightning ya no se sostiene: Recordemos que en su momento Apple creó este conector ya que, y hay que darles la razón, la alternativa abierta del mercado (el USB tradicional) era claramente peor. Tenía peores tasas de transferencia, y además, requería que se enchufase en una postura específica, frente al lightning que podía enchufarse “hacia arriba o hacia abajo”.

Pero los tiempos cambian, y USB tipo C supera con creces tanto prestaciones como comodidad al Lightning. Si Apple no ha dado el paso aún a USB Tipo C es por puro negocio. Y ha esperado hasta el último año que tenía para cumplir la regulación europea para hacerlo.

Cambio a USB-C, fin de los problemas, ¿verdad?

Pues lo cierto es que… no.

Quedaba una duda por responder, y es qué pasaría con la certificación MFi (made for iPad/iPhone) que tienen en Cupertino.


Para, nuevamente, poner en antecedentes a la audiencia, MFi es una suerte de licencia que se sacó Apple de la manga para discriminar aquellos productos creados por terceros que usaban el conector lightning… de aquellos que lo usaban cumpliendo una serle de requisitos de la compañía, y más importante aún, pasando por caja.

Es decir, que hasta el momento en el mercado podíamos encontrar periféricos no creados por Apple que usaban el conector… y otros tampoco creados por la compañía que lo usaban, y que además Apple daba su beneplácito.

Estos segundos pueden llegar a venderse en las App Store, y dan un plus de seguridad y confianza al usuario.

Además, sus fabricantes habían pasado por caja dos veces (para usar el conector propietario, y para tener certificación MFi), por lo que doble interés para Apple.

Se desconoce hoy en día qué comisión les cobra Apple por cada periférico vendido con certificado MFi (aunque se sabe que va a comisión por cada producto vendido), pero parece obvio pensar que si bien el negocio de los periféricos en ordenadores y tablets es cuanto menos contenido, no debe pasar lo mismo con el negocio de periféricos en smartphones.

Así pues, la duda que teníamos era qué iba a pasar con esa certificación con la llegada de USB-C. A fin de cuentas, al ser un protocolo abierto, parece que no tendría sentido mantenerla, verdad?

Pues, de nuevo, estamos equivocados, porque según varios rumores, MFi va a seguir existiendo con los iPhones de USB-C (EN).


Es decir, que Apple prevé capar artificialmente la funcionalidad del USB-C, discriminando periféricos con certificación MFi de los que no lo han pagado. Entre las maneras que tendría de hacerlo, se baraja, como ya ha ocurrido en el pasado, que solo los periféricos con certificación MFi tengan tasas de transferencia de archivo completas (las que ofrezca el USB-C de turno) o carga rápida, mientras que los demás, aunque el hardware y software lo permita, no puedan ofrecerlo.

Una manera, nuevamente, de alimentar la necesidad en la industria de periféricos de certificarse. De pagar, a fin de cuentas, a Apple.

¿Cómo te quedas?

MFi en USB-C: necesario por seguridad y confianza

Haciendo de abogado del diablo, los defensores de la medida (EN) argumentan que gracias a ello habrá unos estándares de seguridad y confianza mínimos.

Y parte de razón no les falta.

Por poner un símil, un cargador con carga rápida USB-C chinorris, que vale cuatro duros, no tiene por qué haber pasado controles mínimos de seguridad como los que obliga la Comisión Europea. Y de usarlo en un iPhone (o en cualquier dispositivo) lo cierto es que estamos corriendo un riesgo, que puede acabar conllevando, en el peor de los casos, la subida de golpe del voltaje que pondría en riesgo a los componentes internos, e incluso el quemado de la propia batería del dispositivo.

Gracias a esa certificación, Apple estaría así “protegiendo” a sus clientes, que no tienen por qué entender de estas cosas, haciendo que, por ejemplo, si conectamos ese cargador chinorris que en teoría ofrecer carga rápida, al no haber pasado su certificado MFi, solo pueda ofrecer carga tradicional, reduciendo el riesgo de quemado y/o sobrevoltaje.


MFi en USB-C: necesario por negocio

Claro está, que Apple no está haciendo esto por su afán altruista. A nadie se le escapa que si quieren mantener el certificado MFi en circulación es porque probablemente representa no pocos millones de dólares anuales que entran en caja sin tener que hacer nada.

Es como ese acuerdo que desde años tienen con Google para poner al buscador de Google como buscador por defecto en Safari. Se sabe que nada más, y nada menos que el 10% de los BENEFICIOS (no ingresos brutos, BENEFICIOS) que la compañía tiene anualmente vienen dados por este acuerdo. Un acuerdo que le repercute a Apple en 0 gastos (se trata de poner un buscador por defecto en Safari, ya está).

Con MFi es probable que, a menor nivel, esté pasando lo mismo. Creada ya la certificación, el coste operativo de mantenerla es nulo para Apple, por lo que todo ingreso que entre es beneficio directo.

Y teniendo en cuenta que los usuarios tendemos a comprar muchísimos más periféricos para el smartphone que para el resto de dispositivos (que si un segundo cargador para la oficina, que si otro cable porque el que tengo se está rompiendo, que si otro conector para cuando estemos de viaje…), el negocio está servido.

Y ojo, que hay acercamientos a esto de pasar por caja no solo en Apple, sino también en el resto de fabricantes Android. Cada uno saca su propio protocolo de carga rápida que, casualidades de la vida, no suele ser compatible con el del resto. Pese a que ese cable que uses (el propio hardware) acepte la carga máxima.

No es lo mismo (no intentan cobrarte dos veces por lo mismo como sí hace Apple), pero en esencia, sí buscan los mismo de Apple, que es que compres el cable oficial, siempre más caro que el que ofrecen terceros.

Así que nuevamente tenemos a la Apple de estos últimos años. Una Apple capaz de hacer cosas maravillosas, y además, de ser de lo más rata en cuanto a ofrecer cambios en su política que solo se entienden en carácter económico, escudados en que esto se hace pensando solo en el cliente.

Y si no, recordemos cómo, en teoría, para reducir la huella de carbono de sus productos, fueron los primeros en eliminar el cargador que venía con el producto… justo cuando todos estábamos migrando a cargas rápidas y nuevos conectores USB-C, forzando así ya no solo que los dispositivos costaran menos (que no ocurrió), sino que encima ahora fuera necesario comprar el cargador a parte (pagando un sobrecoste).

Luego que por qué es la empresa más valiosa del mundo…

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