presencia digital celebrity famosos

El otro día Román me tiraba por Twitter un órdago.


La propuesta venía a colación de la re-publicación en RRSS del artículo en el que explicaba cómo identificar “gurús” de los negocios que viven únicamente de venderte cursos, tras esa oleada que estamos viviendo de supuestos emprendedores de éxito que amasan fortunas sin mover un dedo.

La realidad, por supuesto, es bien distinta, y como explicaba por allí su modelo de negocio se basa en los mismos principios que el resto de fraudes, sean digitales o analógicos:

  • Aseguran que siguiendo una receta mágica vas a hacer rico en poco tiempo (aunque ellos, casualmente, no la sigan).
  • Se enfocan principalmente en perfiles sin conocimientos y gente necesitada de conseguir dinero rápidamente (es decir, personas más influenciables).
  • Ganan dinero enseñando a otros cómo ganar dinero, o monetizando ese tráfico gracias a terceros que muestran publicidad a este tipo de perfiles para, nuevamente, ganar dinero con cursos que te prometen el oro y el moro.

Una estructura que, por su propia ideosicrasia, tiene que estar continuamente reciclándose, tan pronto la supuesta receta mágica genera suficientes víctimas como para que el curso sea marcado como estafa por varios medios.

Román, a raíz de ello, me proponía hablar de la falacia de vivir del inbound marketing, o lo que es lo mismo, la generación de contenido en Internet. De la presencia digital en redes sociales o blogs.

Y como a mi me va la marcha, vamos a tirar piedras sobre mi propio tejado dejando claro para qué sirve y para qué no la presencia digital y el inbound marketing.

¿Se puede vivir directamente de la presencia digital en redes sociales y blogs?

Empezamos con lo obvio, y es que quien más quien menos ha oído en alguna ocasión que Pepito se montó un canal de Youtube/Instagram/Twitch/Tiktok y se ha forrado.


A un servidor le llegan tanto al correo como por MP en redes sociales (raro es que me llamen al teléfono para esto, ya que la mayoría de víctimas suelen ser milennials como un servidor o generación Z) para pedirme que les ayude a ser una celebrity o famoso, ya que en su perfil de X red social “tiene mucho potencial”.

Que quieren ser el próximo ElRubius, vaya.

Y cuando me dicen esto, les suelo contestar lo mismo.

ElRubius en efecto factura millones al año.

Pero es un caso entre, literalmente, millones de otros youtubers, con contenido igual o incluso mejor, que por lo que sea no han conseguido llegar a los niveles de este chaval.

Y eso sin olvidar que en efecto ElRubius factura millones AHORA. Pero también lleva 10 AÑAZOS subiendo contenido casi A DIARIO, más de la mitad de ese tiempo ganando 0 euros por todo ese trabajo.

Que nos quedamos con lo bonito (joder cuándo gana el cabrón este) y no con la trayectoria que tiene detrás.


Que detrás de la mayor parte de estos escasísimos casos de éxito, se junta tanto un nivel de constancia enfermizamente precioso (generar durante años contenido cada día no es para nada sencillo, y para muestra que la mayor parte no ha estudiado nada, poniendo todos los huevos en la misma cesta), como el haber sido de los primeros (cuando ElRubius empezó a subir vídeos, Youtube, que ni siquiera era de Google, no la conocía ni Peter), como el haber tenido suerte (el momento de gloria de ElRubius le llegó cuando uno de sus vídeos jugando al Elder Scrolls con un mod que transformaba las flechas del arco en consoladores rosas se hizo viral).

Y me da igual qué ejemplo me quieras poner. Que si Jaime Altozano y su vídeo explicando la banda sonora de ESDLA, que si su primo Dayo con la ya manida disonancia ludonarrativa, que si Ninja y Fornite, que si Justin Bieber y su cover con guitarra.

Todos, absolutamente todos los que hoy en día viven realmente de producir contenido, han sido ejemplo de:

  • Una constancia inquebrantable: Para llegar a ese momento en el que dan el pistoletazo de salida a nivel económico, han estado previamente años generando contenido sin ver un euro.
  • Un contenido decente: Que no vale con subir cualquier mierda y ya está. Ese contenido tiene que ser bueno al menos para la audiencia a la que va dirigido.
  • Encontrar un nicho o una plataforma donde son los primeros: Conforme más pasa el tiempo, más teniendo en cuenta la actual maduración de las redes sociales, más complicado es que salga de la nada otro famoso o celebrity en un mercado ya saturado.
  • Han tenido suerte: Y no de ese tipo de suerte que únicamente se consigue trabajando, no. Hablo también de la suerte real, del libre albedrío que hace que, de pronto, el algoritmo de recomendación, por el motivo que sea, antepone tu contenido al del resto y se juntan varios astros para que, casualmente, miles de personas te empiecen a seguir. Eso y en efecto que el creador sepa sacarle provecho y mantenerlos interesados, atrayendo ya con la base algorítmica y el boca a boca a más y más potenciales interesados.

Todo esto sin olvidar que el panorama infantil que dio como resultado los ejemplos a seguir en inbound marketing de hoy en día ha dejado paso a la dictatorial instrumentación de todas estas plataformas.

¿Que qué quiere decir esto?

La realidad es que más allá de vivir del inbound marketing y la presencia digital en redes sociales y/o blogs, la mayoría nos sacamos un salario mileurista por un trabajo que claramente está infravalorado.

Como le decía a Román, un servidor gana de media por artículo 25 euros prorateando todas las fuentes de ingresos DIRECTAS de esta página.


Eso quiere decir que, de media, gano alrededor de 10 euros la hora por escribir contenido en la red.

Si me dedicase únicamente a esto, sería mileurista.

Y como ya expliqué en profundidad en ese artículo, soy de hecho un AFORTUNADO. Que gano más que la amplia mayoría. Más que buena parte de todos esos influencers con cientos de miles de seguidores en tal red social, por la simple razón de que por cómo tengo montado este negocio, puedo monetizar indirectamente parte de esta audiencia ahí donde la amplia mayoría de influencers ya te digo yo que fallan estrepitósamente.

Que no hablo de oídas. Trabajo con algunos de ellos…

Vamos a verlo.

¿Se puede vivir indirectamente de la presencia digital en redes sociales o blogs?

Es aquí donde el inbound marketing empieza a tener sentido.

Si directamente monetizar likes o viewers o subs o RTs es prácticamente ilusorio, lo cierto es que hacerlo indirectamente, y siempre y cuando tengas algo que aportar y además conocimiento del sector donde te mueves, es más que posible.

Es más, es ahí donde tiene sentido invertir tiempo o dinero en mejorar tu presencia digital en redes sociales o blogs.

Que la idea no es hacerte influencer y vivir del cuento.

No.

La idea es conseguir una audiencia suficientemente interesada en lo que puedes ofrecer, y que además quiera pagar por ello.

Así que deja de pensar en ElRubius, y piensa en la tienda de ropa de tu barrio. O en la cafetería. O en ese chaval que es profe de guitarra.

Para prácticamente cualquier negocio que se te ocurra, la presencia digital es necesaria ya que gracias a ella podrás aumentar la clientela y afianzar a los que ya tenías. Bien sea con:

  • Publicidad digital: La puedes odiar a muerte. Yo soy el primero que uso sistemas de bloqueo de ads para según qué paginas visito. Y es más, ni siquiera utilizo Google como buscador por defecto. Pero la publicidad digital funciona. Pagas dinero a un gestor que SEPA lo que hace (no a un trafficker que ha hecho un curso del gurú del momento, no, a un profesional que te cree las campañas publicitarias en base a variables DE NEGOCIO), pagas a la plataforma por mostrar estas campañas, y oye, llegan los potenciales clientes. Que luego los cierres o no ya depende de la propuesta de valor que les ofrezcas. Pero muchos de esos clientes, sin haber invertido en publicidad, no hubieran sabido de ti, ergo no serían clientes.
  • Presencia digital en redes sociales: Las puedes odiar a muerte. Yo soy el primero que llevo años usándolas únicamente por intereses puramente de negocio (egoísmo capitalista si te gusta más). Pero dan credibilidad. Humanizan la marca. Y como casi todos los negocios se enfocan a clientes, y como la mayor parte de clientes tienen la particularidad de ser seres humanos (o estar gestionados por seres humanos), pues funciona. Es, no obstante, el camino largo (la publicidad da resultados a corto/medio plazo mientras que las redes sociales y la generación de contenido a largo plazo), pero generan confianza, que es casualmente una de las características básicas del éxito en cualquier negocio (¿o tú haces negocios con gente de la que no sabes nada?).
  • Presencia digital en Internet (blogs y demás servicios online): ¿A que cuando quieres ir a un restaurante en una ciudad en la que estás de viaje, lo buscas en el móvil? Pues si no estás en Internet, no existes. Punto. Te puede gustar más o menos, pero una web es como nuestro escaparate a pie de calle, pero en el mundo digital. Y una web necesita para posicionarse CONTENIDO, CONTENIDO, y además un poco de CONTENIDO. Puedes gastar millonadas en linkbuilding y demás estrategias SEO, pero son pan para hoy, hambre para mañana si no van acompañadas de una estrategia de contenido sólida.

Es bajo esta premisa donde el Inbound Marketing tiene sentido. Para monetizar INDIRECTAMENTE todo ese trabajo.

Volviendo a mi caso, te decía que si solo generase contenido en la web sería mileurista. Pues bien, gracias a ese contenido que genero por aquí y por redes sociales, me salen clientes, que representan más del 90% de mis beneficios mensuales.

Tengo clientes, como una empresa de reformas de Madrid y otra de logística de Asturias, con campañas publicitarias tan hiperoptimizadas que cada ciertos meses tenemos que parar (pierdo el cliente durante un tiempo) ya que les entran demasiados pedidos y no dan a basto.

Son los menos, claro (ojalá fuese al revés), pero es un ejemplo de que un buen trabajo de presencia digital funciona. Y no, no son influencers :P.

  1. Son clientes que quieren que les ayude con la publicidad digital, con el marketing, con el desarrollo web, con la reputación online, con la transformación digital.
  2. Algunos clientes grandes, como son las multinacionales, cuyos proyectos se miden a un año vista, y que representan contratos bastante lucrativos (y también con mucha responsabilidad, ojo).
  3. Y también clientes pequeños, PYMES y profesionales, que quieren tener una buena presencia digital, no para ser los próximos ElRubius, sino para encontrar (o mantener el) trabajo, o encontrar nuevos clientes, o salir de una crisis reputacional.

Si entras en este mundillo esperando facturar millones por subir publicaciones a una red social, MAL. Te vas a comer un mojón.

Pero si entras con idea de dar a conocer tus cualidades profesionales, aunque todavía no tengas del todo claro qué productos o servicios vas a ofertar el día de mañana (nadie nace aprendido, y los negocios son como el buen vino, que tiene que reposar tiempo), BIEN. Por ahí vas por buen camino.

Es tan sencillo como esto.

El inbound marketing funciona: Pero funciona sabiéndolo usar, dedicándole el tiempo necesario, y para unos objetivos específicos.

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