Ayer publicaba en el blog de SocialBrains un artículo sobre la propuesta US Customs and Border Protection del Gobierno Federal por la cual EEUU se plantea pedir las cuentas en redes sociales de aquellos extranjeros que quieran entrar en el país:
“Será un campo de datos adicional para solicitar los usuarios de social media para revisar los antecedentes con fines de investigación, así como la información de contacto del aplicante”.
En el artículo, intentaba explicar de manera sencilla la importancia que tiene hoy en día, y que sin lugar a duda tendrá cada vez más, el tener una presencia digital saneada.
Algo tan sencillo como buscar trabajo, pedir una hipoteca, contratar un seguro de coche, y ahora, entrar en un país (aunque sea por turismo), puede depender de que hayamos hecho los deberes convenientemente, y tengamos una presencia digital considerada adecuada para los “cánones” de uno u otro sistema.
Sobre esto mismo hablaba casualmente en un taller que impartí junto a mis compañeros de SB la semana pasada a los directivos de una de las empresas del IBEX 35, haciendo hincapié en la importancia de ser conscientes de los riesgos a los que estamos expuestos.
El no aparecer en las búsquedas de internet, o aparecer en páginas cuyo control no depende de nosotros es un problema que en algún momento nos acabará explotando. Sea a la hora de sufrir un robo de identidad, sea a la hora de poner en peligro nuestros bienes (o los de nuestra compañía), sea a la hora de cerrarnos las puertas a oportunidades y caminos que hemos decidido tomar.
Por ello, me ha parecido interesante compartir con usted en este nuevo capítulo de la serie #MundoHacker, donde tratamos en varios tutoriales las medidas para atacar y/o defenderse en el mundo digital, algunos de los tips que me parecen críticos a la hora de dibujar una identidad digital robusta que evite tengamos problemas verdaderamente serios el día de mañana.
Comencemos.
1. Lo primero de todo, ¿Qué sabe “internet” de nosotros?
El primer paso es tan sencillo como realizar una búsqueda de uno mismo (por nombre y apellidos, por teléfono, por NIF, por correo electrónico,…) en Internet.
Usaremos para ello Google (representa prácticamente 9 de cada 10 búsquedas en la red), aunque no está de más probar también desde las alternativas (Bing, DuckDuckGo, Yahoo,..), y siempre, siempre, desde una pestaña en modo incógnito.
¿La razón? Gracias a esto último evitamos, en la medida de lo posible, que los resultados estén influenciados por criterios personales (asociados a nuestro historial de búsqueda, a nuestras redes sociales, a nuestro perfil,…). Sí es verdad que aún con todo seguiremos dependiendo del contexto (navegador, IP ergo localización de la consulta,…), pero el resultado se amoldará con bastante acierto a lo que un tercero desconocido (una persona de recursos humanos, un operario del banco, un algoritmo de fiabilidad,…) podría obtener de nosotros.
En mi caso una búsqueda por mi nombre me ha dado la serie de resultados que puedes ver en la imagen destacada de esta pieza.
- Como podrás ver, el primer enlace es un enlace a las entradas de esta página: Es decir, es un enlace del que yo tengo totalmente el control. Si el día de mañana quiero eliminarlo, me basta con eliminar la entrada o entradas que no quiero que se posicionen, y orgánicamente ese enlace irá perdiendo peso (puesto que llevarán a una página de error).
- El segundo corresponde a mi perfil de Twitter: De nuevo, algo de lo que yo, en principio, tengo control. Como han hecho muchos políticos últimamente, podría eliminar los tweets que no quiero que queden publicados en la red, y hasta eliminar mi cuenta si fuera necesario.
- En tercera posición tenemos varias imágenes, todas de mi: De esas cinco que aparecen en destacados, la última corresponde a una entrevista que me hicieron hace tiempo y que colgaron en Youtube. Y este es el ejemplo de un contenido personal del que yo no tengo el control. Podría pedirle a la empresa que eliminara ese contenido, pero dependería totalmente de ellos para que esto ocurriera. Esto es justo lo que tenemos que intentar evitar.
- Por último, vendrían el resto de enlaces, todos a cuentas en redes sociales (Facebook, Youtube, LinkedIN): Y por tanto, enlaces de los que sigo teniendo el control.
Lo que tienes que intentar es precisamente que a una búsqueda de su persona, todo lo que aparezca esté bajo tu control.
Tanto si no aparece nada, como si aparece pero está colgado por terceros, es un riesgo de cara al futuro. Porque en cualquier momento cualquiera de nosotros puede acabar en una lista negra (es muy típico acabar en una lista de morosos por ejemplo por un problema con una operadora de telefonía, aunque sea su culpa), o ser fichado por una multa (aunque ya esté pagada), y ese contenido se posicionará por encima de todo lo demás, siendo lo primero que verá un tercero al realizar la búsqueda, y quizás siendo detonante para negarle el puesto de trabajo, el acceso a unos estudios, una hipoteca, o como vimos, a un país.
Ya ni hablemos de riesgos mayores, como el de una crisis reputacional que podría acabar salpicándonos como trabajadores de una compañía, o el robo de identidad que podría ser utilizado para extorsionarnos a nosotros, a nuestros seres queridos (pedirles por favor en nuestro nombre que nos ayuden económicamente) o al resto de miembros del equipo (los ya habituales fraudes BEC (ES), que suponen cerca de 2.300 millones de pérdidas anuales a las compañías).
La parte buena es que simplemente teniendo cuenta en unas cuantas redes sociales con nuestro nombre coparemos los primeros puestos de las búsquedas. Sin falta de tener y mantener un blog o una página continuamente actualizada. El posicionamiento natural de webs como Twitter, Facebook, o LinkedIN (por hablar de las más habituales) nos asegura que al menos esos primeros enlaces estén casi bajo nuestro control, y servirán de barrera para que una mala acción no acabe por pasarnos factura EL RESTO DE NUESTRA VIDA.
¿Sabías que es posible eliminar tu huella digital de Internet?
Datos personales expuestos sin consentimiento, comentarios difamatorios sobre tí o tu empresa, fotos o vídeos subidos por terceros donde apareces… En Eliminamos Contenido te ayudamos a borrar esa información dañina que hay en Internet de forma rápida y sencilla.
2. Internet no es la barra de un bar
El segundo punto pasa por ser consciente de que todo lo que hagamos en el mundo digital queda registrado. Inclusive lo que compartamos en la mensajería efímera, cuidado.
Por ello, conviene tener presente que aquello que vamos a publicar en caliente puede llegar a ser visto por nuestro peor enemigo (o por ese profesional de recursos humanos que tiene en su mano nuestro futuro, si lo prefieres). Si esto nos causa un cosquilleo incómodo en la columna vertebral, contente de publicarlo.
En caso contrario, hay que ser consciente de en qué círculos va a ser compartido:
- Twitter por su idiosincracia publica todo el contenido de manera pública (a no ser que hagamos nuestra cuenta privada, y por tanto, solo accesible por aquellos que tenemos ya de followers o aceptemos).
- Facebook desde hace un par de años publica por defecto todo de manera privada (es decir, solo visible para nuestros contactos): Pero esto no tiene carácter retroactivo, por lo que seguramente si nuestra cuenta tiene ya unos años, tengamos decenas o cientos de actualizaciones de estado publicadas de manera pública. E incluso si no, posiblemente haya contenido que está expuesto (todas las fotos que en algún momento estuvieron en portada o en el perfil, los datos personales que no hayamos marcado como privados, acontecimientos específicos compartidos,…). Afortunadamente, cambiar esto es tan sencillo como seguir los pasos que la propia plataforma pone a nuestra disposición para controlar la privacidad de nuestra cuenta, pudiendo hasta ver nuestro perfil como un usuario no conocido (y eliminando o ocultando aquella información que consideramos privada).
- A LinkedIn le pasa exactamente lo contrario: Si no le decimos nada, por defecto publica todo nuestro perfil de manera pública, y es nuestro deber ir apartado por apartado cambiando su privacidad a privado (o dejándolo público si así lo queremos). Todo esto es modificable desde el apartado Privacidad y Seguridad del menú de ajustes.
- Por último, Google, ofrece una herramienta perfecta para controlar toda la privacidad y seguridad de nuestra cuenta: Desde My Account (ES) tenemos la capacidad de modificar nuestra exposición en la red. Todo muy bien explicado (hay que reconocérselo…), con hasta una guía paso a paso que permite a una persona sin conocimientos ser consciente de qué está compartiendo y que no, además de configurar la cuenta con la seguridad necesaria para que podamos considerarnos temporalmente fuera de riesgo frente a uno de esos ya habituales filtrados masivos de datos personales.
En serio. En apenas 5 minutos pasará de ser un mero usuario de la red a tener el control de la información que comparte sobre sí mismo. Empezando por su cuenta de correo, que como les comentaba en el taller, es el Santo Grial del cibercrimen (si tienen acceso a su cuenta de correo, tienen acceso a toda su identidad digital), y siguiendo por el resto de redes sociales.
Mantener una presencia digital mínima saneada en el tercer entorno, siendo conscientes de qué publicamos y quiénes van a poder verlo, es crítica para que el día de mañana, cuando ocurra algo (que le aseguro que acabará ocurriendo), no pase de un mero susto.
En la charla hablaba también de otros puntos que se alejan algo de la temática de este artículo (el perfil a quien estaba dirigida la charla es, por su propia definición, “suculento” para ataques de ingeniería social y spear phishing), y acababa con una foto de un gatito (era necesario, ya sabes :)) y un recordatorio:
O un criterio excluyente más a la hora de conseguir algo que queremos.
¿CÓMO PUEDO ELIMINAR CONTENIDO DE NUESTRA PRESENCIA DIGITAL YA EXPUESTO EN INTERNET?
Sobre esto ya escribí un artículo en profundidad: Cómo podemos conseguir que Google desindexe contenido dañino para nuestra imagen.
Ya te digo que no es un camino sencillo, pero entre esas acciones estarían:
- Pedir a la página que aloja ese contenido que lo elimine o modifique: Es el primer paso, pero lamentablemente dependiendo de dónde esté alojada no siempre recibimos contestación.
- Llevar a cabo acciones legales sobre los administradores de esa página y/o proveedor de servicios: Si tenemos las de ganar judicialmente hablando, se empezaría a falta de respuesta por el administrador las acciones legales pertinentes. Pero ya te digo que este es el camino lento, a varios meses (o incluso años) vista.
- Pedir a Google vía formulario que elimine ese contenido de su buscador: El tema del cual hablamos en esta pieza, y esgrimiendo los derechos legales que nos amparan a realizar esta petición. Que de nuevo, pueden respondernos en unos días o pasar semanas sin saber nada.
- Implementar una estrategia de SEO/generación de contenido agresiva: Es, a fin de cuentas, la única acción que podemos hacer en poco tiempo y cuyos resultados no dependen exclusivamente de la decisión de terceros.
Por esto mismo decía que sí se puede eliminar contenido digital en la red, pero con matices. Porque en la mayoría de casos a los que me he enfrentado, realmente más que desindexar ese contenido, lo que hemos conseguido es que siga indexado pero haya sido superado con creces en las SERPs por otro contenido que es afín a nuestro interés.
Si estás en esta situación y quieres que te ayude, puedes escribirme para que veamos qué podemos hacer con tu caso.
Lo puedo decir más alto, pero no más claro. ¡Hoy es un buen día para empezar a ser dueño de tu futuro!
P.D.: Si te interesa el tema, por aquí tienes un webinar de media hora sobre Presencia Digital Saneada.
________
Puedes ver más artículos de esta serie en #MundoHacker, donde tratamos en varios tutoriales las medidas para atacar y/o defenderse en el mundo digital.
Y si el contenido que realizo te sirve para estar actualizado en tu día a día, piensa si merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.
Muy didáctico tu artículo Pablo. Excelente. Y en este contexto, que repercusiones crees que puede tener el uso de complementos como TrakMeNot que genera búsquedas aleatorias sobre toda clase de temas generando ruido y buscando deformar nuestros perfiles. ¿Puede mañana terminar siendo contraproducente? Un saludo.
No debería Fernando. En todo caso debería ser beneficioso para el usuario, como comenté en este otro artículo.
Ten en cuenta que hablamos de dos cosas muy distintas. Una es la presencia digital. Es decir, lo que un tercero podría ver de nosotros en la red, y que impacta como comentábamos en cada vez más facetas de nuestra vida. Ahí el ruido no debería afectar para nada, ya que éste tiene como cometido dificultar la labor de los algoritmos que rigen la mayoría de sistemas de información que usamos en nuestro día a día.
Y a esos algoritmos solo tiene acceso las empresas (a priori).
Es decir, que incluyendo ruido lo único que hacemos es generar unos resultados algorítmicos más neutrales para nuestro consumo. Pero el consumo que terceros hagan de nuestro contenido sólo depende de nuestra presencia digital.
Resumiendo, que una cosa no quita la otra :).
Precisamente Pablo, mi inquietud vendría de si mañana, en un entorno aún más abusivo e intrusivo, por ejemplo si el estado del norte tuviese acceso a los algoritmos de esas empresas y bajo una administración ultra derechista, pues quien sabe, terminamos bajo sospecha… aunque en el fondo creo que bajo esas circunstancias todos los que estemos del trópico hacia el sur, por definición seremos sospechosos!