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Llevamos tiempo, por estos lares, dedicándole espacio a los localizadores/rastreadores digitales, que no son más que dispositivos de bajo consumo que sirven como balizas para encontrar el producto (mascota o la persona) asociados a ellos.
En 2020, de hecho, regalamos a todos los mecenas de nivel BOX Tecnológico y superior una de estas balizas, y un año más tarde, Apple irrumpió como un elefante en una cristalería con los AirTag, para redefinir este mercado, y de paso, como suele ocurrir con todo lo que presenta Apple, fagocitarlo.
Desde entonces, por tanto, los AirTag de Apple se han vuelto el incuestionable ejemplo a seguir de los localizadores. Un dispositivo pequeño, normalmente con forma y tamaño de una pila de esas redondas, que colocas en esa maleta, bici o lo que sea, y que en caso de robo o extravío, gracias a la mente enjambre que supone que todos llevemos en el bolsillo un smartphone con bluetooth generalmente activo, pueda servir para saber dónde está el dispositivo en cuestión.
Los AirTag se diseñaron, por tanto, para localizar objetos, pero cómo no, una cosa son los objetivos de diseño que tuvo el fabricante, y otra bien distinta son los usos que le da el populacho.
Así pues, de pronto Apple (y el resto de fabricantes con localizadores en el mercado) ofrecían un dispositivo relativamente barato que permitía saber dónde estaba algo, o más importante aún, ALGUIEN en todo momento. Pese a que para personas ya existe en el mercado sistemas muchísimo más enfocados a este cometido, como los que probamos en su día para personas mayores o que requerían asistencia.
Y sí, hablamos también de ello en no pocos artículos: Desde el riesgo que suponía el uso de estas herramientas para vigilar a la parienta, pasando por hasta campañas de phishing realizadas mediante su sistema de geoposición.
De esto quería hablarte justamente hoy, porque han tenido que pasar dos años largos para que la industria se ponga las pilas y esté ante lo que parece ser un futuro estándar que asegure, o al menos de mayores garantías, de que este tipo de dispositivos no se van a utilizar para hacer el mal.
MAYORES GARANTÍAS FRENTE A LOS MALOS USOS DE LOS AIRTAGS
El Grupo de Trabajo de Ingeniería de Internet (IETF) presentaba estos días un borrador de especificación (EN) para controlar los posibles usos tergiversados de este tipo de dispositivos.
Faltan tres meses aún para que se cierre el periodo de revisión, pero son buenas noticias que tanto Google como Apple están detrás, y que a la especificación se han sumado otros fabricantes de dispositivos de localización como Samsung, Tile, Chipolo, eufy Security y Pebble.
Para Dave Burke, vicepresidente de ingeniería para Android de Google:
Los rastreadores de Bluetooth han creado enormes beneficios para el usuario, pero también brindan el potencial de rastreo no deseado, lo que requiere una acción de toda la industria para resolverlo
Y para Ron Huang, vicepresidente de Detección y Conectividad de Apple:
Construimos AirTag y Find My Network con un conjunto de funciones proactivas para desalentar el seguimiento no deseado, una novedad en la industria, y continuamos realizando mejoras para ayudar a garantizar que la tecnología se utilice según lo previsto. Esta nueva especificación de la industria se basa en las protecciones de AirTag y, a través de la colaboración con Google, da como resultado un paso fundamental para ayudar a combatir el seguimiento no deseado en iOS y Android
El cómo lo va a hacer está aún en el aire, pero todo apunta a que tanto los dispositivos Android como los dispositivos iOS emitirían una alerta vía notificación cuando se dieran cuenta que llevamos X tiempo cerca de un mismo dispositivo de localización que no es nuestro.
Justo lo que llevamos literalmente años demandando por esta página, ya que gracias a ello, es posible alertar a la potencial víctima de que quizás alguien le ha metido un AirTag o dispositivo semejante en su maleta, en su bolso, o donde sea.
Obviamente, habrá que ver qué falsos positivos puede generar, sobre todo en viajes largos en tren o autobús donde quizás, al pasar varias horas cerca de otros AirTag, pueda saltar la alarma. Algo que en parte se podría solventar si el sistema tuviera en cuenta si el dueño legítimo del AirTag está también cerca o no.
Y que todo esto no suponga, de facto, una merma en su funcionalidad básica (el sistema debe funcionar cuando por ejemplo nos roben el producto en cuestión donde está el AirTag y también el móvil).
En fin, que es a todas luces una buena noticia.
Una que llega tarde, todo sea dicho. Pero buena a fin de cuentas.
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