En algún momento en mi vida tenía que ocurrir.
Hace un par de semanas, el Google Pixel 5 murió de forma repentina. Estaba en una llamada con mi madre, y de pronto el móvil se reinició solo.
Sin embargo, a los pocos segundos de comenzar el reinicio, volvió a reiniciarse, y así consecutivamente.
Intenté por supuesto lo esperable en estos casos:
- Le quité la funda, por si ésta estaba haciendo que el botón de encendido/apagado se activase continuamente.
- Intenté forzar yo el reinicio dejando pulsado el botón.
- Intenté entrar en modo recovery.
- Intenté entrar en modo bootloader.
- Hasta dejé toda la noche que el móvil acabase la batería, para ver si al día siguiente, al conectarlo, ya podía entrar normalmente.
Nada.
El problema era claro: Algo le pasaba al contacto de encendido/apagado, que aunque el botón exterior funcionaba, internamente estaba siempre apretado.
El móvil para colmo está en garantía, pero la garantía es de una empresa de Italia (recordemos que el Pixel 5 no se vendió oficialmente en España), y al contactar con ellos, se limpaban las manos. Esta es otra guerra que tengo pendiente (están obligados por ley a hacerse cargo), pero el caso es que hablé con un compañero que se dedica a arreglar terminales, y me dijo que probase a ver si simplemente apretando el botón de volumen hacia arriba o hacia abajo, entraba en el modo recovery o bootloader.
Y, como suponíamos, en efecto, ocurría, así que misterio resuelto. Había que abrirlo para arreglar el contacto.
¿El problema? Pues que por lo que me contó, conseguir piezas del Pixel 5 parece tarea imposible. Al menos a los proveedores con los que él trabaja. El problema es sencillo de solucionar, pero faltan los componentes para hacerlo. En todo caso, había que probar a ver si con una limpieza es suficiente.
El caso es que mientras tanto, yo dependo del móvil para trabajar, por eso esa misma noche desempolvé mi anterior terminal, un Xiaomi Mi 9T, y me puse a preconfigurarlo nuevamente para tenerlo, al menos de forma temporal, como móvil principal.
Parte del trabajo de actualizaciones y demás ya lo tenía hecho, habida cuenta de que siempre tengo en casa un móvil preparado por si ocurre alguna desgracia (cada pocas semanas lo enciendo y le doy a actualizar todo para que al menos tarde menos tiempo luego en configurarlo).
Además, en estos últimos años prácticamente he migrado todo a la nube, por lo que en el momento en el que me identifico con mi usuario y contraseña, recupero todo el contenido. Aún si no fuera posible devolver a la vida el Pixel 5, realmente no dependo de nada que tuviera allí para mi día a día. No voy a perder nada.
Por tener tenía hasta casi todas las aplicaciones que hoy en día utilizo ya instaladas en ese terminal anterior, y todo para colmo ordenado como a mi me gusta. A fin de cuentas, hace año y medio que era mi terminal, y oye, hoy en día tampoco cambiamos tanto la forma de usar nuestros smartphones.
Sin embargo, y es por esto que quería dedicarle una pieza al tema, sí hubo dos cosas en particular que hicieron que esa noche durmiera bastante peor, y que tuviera que perder no pocas horas en los días siguientes para solventarlas.
Y no hablo de tener que loguearme de nuevo en todas y cada una de las aplicaciones (que jode, pero sabía que no habría problema). No.
Hablo de los 2FA, y de la cruz de las eSIM.
Aplicaciones de segundo factor de autenticación: O seguridad, o usabilidad
Empecemos por la primera.
Un servidor utilizaba como sistema de segundo factor de autenticación para todas mis cuentas Google Authenticator.
La herramienta de Google es gratuita y funciona a las mil maravillas, pero tiene un gran pero: Si pierdes (o como era mi caso, no puedes encender) el smartphone, pierdes todos los segundos factores que tuvieras activos con ellos.
Y fíjate que el tema no es para nada baladí. Con la tontería, significa no poder acceder a ninguna cuenta donde tengas el 2FA activo. Para colmo, después de un año y medio sin utilizar este móvil, todas las cuentas me pedían el 2FA de turno.
Esto, en todos los cambios de terminales anteriores que he tenido, era un proceso inmediato, ya que Google Authenticator te permite exportar todos los 2FA mediante un código QR.
Pero, claro está, para ello tienes que poder encender el terminal antiguo…
Así que no me quedaba otra que volver, uno a uno, a reactivar todos los 2FA, y la dicha hizo que justo unos días antes, un mecenas de la Comunidad sacase este mismo tema en el grupo privado que tenemos en Telegram.
¿Qué pasa si pierdes o se te rompe el terminal y tienes todos los 2FA en Google Authenticator?
Paradójicamente, yo fui de los primeros en responderle:
Pues te jodes. No hay manera de recuperarlos.
Tras esto, hubo una discusión muy interesante sobre los sistemas de 2FA que usaba cada mecenas, y llegamos a la conclusión de que había dos opciones:
- O apuestas por la seguridad: Y por tanto, apuestas por un sistema como el de Google Authenticator, que no comparte tus 2FA en la nube, a sabiendas de que si pierdes o se muere el móvil, tienes que volver a empezar.
- O apuestas por la usabilidad: Y apuestas por tanto por un sistema que sí comparta tus datos en la nube, con el riesgo que ello supone, a cambio de poder migrar a otro teléfono el día de mañana si algo malo le ocurre al tuyo.
Después de barajar opciones, un servidor ha acabado haciendo lo segundo, y apostando, en este caso, por Microsoft Authenticator. Funciona igual que Google Authenticator, pero tiene también un sistema de gestión de contraseñas incluido (que, sinceramente, no lo necesito para nada), y algunas herramientas extra de notas, direcciones y tarjetas de crédito (que tampoco voy a usar).
Su principal ventaja (y también lo que le hace más débil que la opción de Google), es que genera si tú quieres (hay que activarlo, que por defecto viene desactivado) una copia de seguridad cifrada en OneDrive/iCloud con los datos que ahí almacenes, de manera que el día de mañana, si me vuelve a pasar, debería poder simplemente loguearme con mi cuenta de Microsoft y acceder a todos los 2FA que tuviera.
Que, por cierto, ya puestos a ir uno a uno reconfigurándolos, tengo que decir que pude hacerlo con todos menos justo con el 2FA de una aplicación que usamos bastante en CyberBrainers, y que me forzó a escribirles a soporte para que me desactivaran ellos a mano el 2FA en la cuenta, y ya poder yo activarlo nuevamente.
Al final todo esto se tradujo en una mañana perdida. Pero como ves, tuvo final feliz. Al menos por ahora…
La cruz de apostar por la eSIM
De nuevo otro tema que ya había tratado por estos lares.
Las eSIM están muy bien, y sin lugar a dudas son el futuro de la industria de las telecos. Los fabricantes ahorran espacio en sus terminales, y el usuario debería poder cambiar de una a otra de forma muchísimo más cómoda.
¿Cuál es el handicap? Pues que ese escenario aún es teórico.
En la práctica, hoy en día, para cambiar de una eSIM a otra no te queda otra que ir FÍSICAMENTE a la tienda de la operadora y pagar 5 euros para que te den un código QR.
Un código QR que, por cierto, solo funcionará en el primer terminal donde lo instales. A diferencia de cualquier otra SIM física, que la metes y la sacas a donde quieras :).
Volviendo al tema, el Google Pixel 5 solo admite una SIM física. Pero claro, un servidor necesita tener al menos dos números de teléfono (el personal y el de empresa), por lo que al cambiar en su día al Pixel 5, no me quedó otra que pedir un duplicado de la SIM… en formato eSIM.
Y aquí empiezan los problemas, por que si bien es posible tener varios duplicados de SIM, casualmente, solo se puede tener una copia de una eSIM.
Es más, al hacer el duplicado de la eSIM desde una SIM física, la SIM física deja de funcionar. Y viceversa.
Como ya habrás imaginado, el Mi 9T no tiene opción a SIM virtuales, por lo que, de nuevo, tuve que dedicar otra mañana a ir a la tienda de la operadora, y pedir el duplicado de la SIM en físico.
Mientras tanto (pasaron dos días, que vivo en un pueblo) no pude recibir llamadas del número de empresa, tampoco activar 2FA que tuviera con él (ninguno, que vengo ya con la lección aprendida…) y afortunadamente sí podía revisar los whatsapp gracias a que desde hace pocos meses, para las cuentas de negocio en WhatsApp es posible tener hasta cuatro navegadores web configurados también como receptores, de manera que podía acceder a los mensajes (enviar y recibir) desde el ordenador.
Conclusiones
Y en esas estamos. He puesto ya queja a la oficina de consumo europeo por la empresa que me vendió el terminal y se niega a ofrecerme la garantía argumentando que en Italia con factura es de un año (es mentira, todos los países miembros de la UE tienen la obligación de ofrecer como mínimo dos años, pudiendo en todo caso ofrecer más si quieren).
Y mientras tanto, como te decía, este compañero ha conseguido revivirlo. Era, en efecto, cosa del contacto del botón de encendido, así que tras quitarlo y limpiar con alcohol un poco la zona, volvió a funcionar.
Eso sí, si quiero volver a utilizarlo, me toca nuevamente pasar por una operadora, pagar los 5 euros y cambiar la SIM que hice el otro día por eSIM, perdiendo la SIM en el trayecto.
Me preguntaban los mecenas que a qué modelo cambiaría si no tuviera solución, y la verdad es que tengo el corazón partido. Por un lado, me llama la atención el nuevo Pixel 7 Pro. Pero por otro lado, me jode tener que cambiar un terminal de gama media por uno de gama alta tan solo año y medio más tarde. Cosa que, al menos, por ahora, no pienso hacer.
Voy a esperar unos días más a ver si vuelvo al Pixel, o me quedo unos meses más con el Xiaomi…
Imagínate recibir en tu correo semanalmente historias como esta
Suscríbete ahora a «Las 7 de la Semana», la newsletter sobre Nuevas Tecnologías y Seguridad de la Información. Cada lunes a las 7AM horario español un resumen con todo lo importante de estos últimos días.