Productividad empresarial

Me lo he encontrado ya tantas veces en entrevistas con empresarios que ya tardaba en preparar una pieza al respecto.


La productividad es una de las palabras más resonantes de la era. Y lo es aún más en una época cuya economía está profundamente basada en los servicios, ya que es por todos sabido que constituye el que posiblemente sea el factor clave principal del éxito financiero (y de cualquier éxito).

No hay más que ver cómo hoy en día quienes dirigen el cotarro acaban siendo empresas de intermediación. Que si unos como Amazon o Steam, que se dedican a poner en contacto bienes con interesados, que si otros como Betway, que ofrecen una pasarela para hacer algo tan de nicho como apuestas de fútbol en línea (ES), que si esa aplicación que leíste o viste el otro día que te ofrece acceder al estado del tráfico

En mis charlas a emprendedores, de hecho, suelo decirles eso de que tengo claro que quien escribe estas palabras no es la persona más lista que hay. Pero soy muy, muy cabezón constante. Y cuando me propongo algo, no paro hasta que lo consiga. Lo que de facto ha hecho que llegue a donde quería llegar mucho más rápido que algunos de mis compañeros. Profesionales que quizás son mejores que yo en lo suyo, pero que no han sabido o no han querido dedicar el tiempo que un servidor le ha dedicado a perseguir sus sueños.

Y esto en empresa además de ser crítico, hay que saber medirlo. Hay que tener en cuenta que la medición de la producción por empleado continúa siendo muy importante para el léxico empresarial, y como pretendo dejar claro con estas palabras, también en el éxito de la propia empresa.

Es así como el otro día hablando con un compañero que se ha tenido que ir a Reino Unido por trabajo, salía el tema de la productividad empresarial, y la importancia que tenía a nivel estatal. 

Mi tesis partía de que en Reino Unido (y en general en la mayoría de grandes economías del momento) se está trabajando de forma bastante sensata en la gestión de horas del trabajo, pero sin atacar el problema principal, que es la falta de una buena gestión del trabajo. Que podemos planificar horarios que concilien mejor la vida en familia, pero eso tiene que venir dado por una inteligencia y gestión que lamentablemente ni los empresarios saben cómo diseñar, ni la mayoría de empleados tan siquiera se lo han llegado a plantear.

La razón de la baja productividad es la falta de compromiso con nuestro trabajo y se puede trabajar más duro que los competidores sin obtener resultados. Pasa a diario y lo veo reflejado en la cara de algunos de mis clientes, al no entender cómo Pepito les está adelantando por la izquierda cuando su propuesta es objetivamente hablando peor que la suya.


Y es una mentalidad que comparto con Tony Danker (EN), director ejecutivo de Be the Business, creado por el gobierno de Theresa May (Be the Business, no su director) a finales de 2017 para impulsar precisamente un historial nacional de productividad.

El bueno de Danker cree que la relación que tenemos con nuestro trabajo y, por lo tanto, nuestra voluntad de hacer un esfuerzo adicional por nuestro empleador es mucho más complejo de lo que sugieren los simples números:

«La productividad es una palabra utilizada por los economistas y fuera del ámbito de la fabricación que realmente no tiene ninguna resonancia emocional para las personas.

El verdadero problema detrás de la productividad, es una falta de compromiso y una vez que aceptamos ese hecho, una gran cantidad de factores contributivos pueden ponerse en juego «.

Coño, esto debería ser de sentido común. Y el problema es que conforme la empresa pasa de ser una PYME con apenas unos cuantos trabajadores a una ME o una gran empresa, algo tan sencillo como esto se diluye.

Que cuando un empleado se queja, se dificulta todo, ya sea por la falta de autonomía personal o por una lenta toma de decisiones en la cadena, «simplemente están expresando el deseo muy humano de obtener más valor».

«Querer lograr más en su trabajo es lo mismo que ser más productivo, aunque se exprese de una manera directa y muy humana», agrega.


Que ese trabajador que tienes en la empresa, antes de nada, es humano.

¿Tanto cuesta entenderlo? Pues generalmente, cuando creces, sí.

Las mayores barreras para la productividad

Para entender cómo los empleados, en lugar de los jefes, ven la productividad tenemos el informe Workforce View in Europe 2018 (EN/PDF) de ADP, que involucró a una muestra de unos 10.000 empleados basados ​​en mercados europeos clave, y se encontró con que una quinta parte de los encuestados dice que solo alcanzan la máxima productividad en el trabajo «parte del tiempo». Mientras tanto, uno de cada diez empleados agrega que alcanzan la máxima productividad “rara vez o nunca”.

Y es que a mi modo de entenderlo la productividad depende también de factores endógenos como puede ser la afinidad con el trabajo que desempeñas. Está claro que si lo que haces te gusta, y estás cómodo haciéndolo, probablemente pases más tiempo siendo productivo que si el trabajo es solo una vía económica necesaria. Cosa que lamentablemente le pasa a la mayoría de personas.

Y así llego a la guinda del pastel:

Según el estudio, las tres mayores barreras para una mayor productividad en todos los mercados son:

  • La mala gestión, nombrada por el 19% de los encuestados.
  • Los sistemas y procesos ineficientes (18%).
  • La tecnología lenta e ineficiente (15%).
  • Demasiadas reuniones y correos electrónicos internos fueron vistos como problemas menores. 

Y eso que para mi estos últimos son la principal lacra a eliminar en las organizaciones que asesoro, principalmente porque generar una metodología de comunicación interna adecuada va asociada, por regla general, a… ¿adivinas? Una gestión adecuada, ergo unos procesos y sistemas eficientes, ergo unas herramientas digitales competentes.


También un liderazgo pobre o incompetente tiene un vínculo directo con la productividad. Pero ahí poco puedo hacer, sinceramente.

No hay una solución única para aumentar la productividad.

Si esto fuera un simple completar una checklist yo sería rico y además viviría aún mejor.

La realidad es que en ese afán de transformación digital, una buena estrategia y planificación inicial enfocada a la necesidad de esa organización en particular, representa el 70%. El resto a dividir entre implantación (no siempre resulta sencillo meter un CRM o hacer una migración a servicios en la nube) y gestión humana (la mayoría de trabajadores son reacios a trabajar de otra manera, aunque ésta sea más óptima).

Según Jeff Phipps (EN), director gerente de ADP para el Reino Unido e Irlanda, para las empresas que ya han descartado a gerentes inadecuados, comprender por qué un empleado puede sentirse totalmente involucrado en el trabajo y otro puede sentirse indiferente ante el destino de la empresa es algo esencial.

El estudio de ADP encuentra que alrededor del 47 por ciento del personal está motivado por el pago y la remuneración (de nuevo, esa gente que trabaja porque hay que hacerlo), por lo que vale la pena preguntarnos si paquetes de salarios más grandes resuelven el problema de la productividad (ya te digo yo que no).

Según Ben Willmott (EN), jefe de políticas públicas en el Chartered Institute of Personnel and Development mejores salarios no son necesariamente impulsores de productividad más efectiva:

«Una recompensa justa por lo que haces es importante tanto para ejecutivos como para las fábricas, pero gastar dinero en el problema de la baja productividad no será sostenible si hay otros problemas subyacentes»


¿Por dónde pueden ir los tiros?

Willmott sostiene que tener las habilidades adecuadas para el trabajo, además de que se le ofrezca un desarrollo profesional continuo, puede desempeñar un papel importante en el aumento del rendimiento individual.

Y mal que nos pese, el ver que la empresa está decidida a aprovechar al máximo el equipo que ya tiene en lugar de asumir que pueden hacerlo mejor contratando reemplazos, ayuda y mucho. De hecho es otro tema que me gustaría tratar en profundidad en algún momento (empresa basada en contrataciones basura y rápido crecimiento frente empresa basada en middleware profesional). Me lo guardo para la próxima :).

Eso junto a todo lo anteriormente dicho, que no es poco.

¿O pensabas que el tema de la productividad se iba a solucionar simplemente con unas cuantas apps por departamento?