que es phubbing

Seguro que lo has vivido en más de una ocasión.


Estáis varios amigos en un restaurante a punto de cenar, y a la hora de pedir la carta, el camarero os informa de que desde el COVID solo ofrecen carta vía código QR.

Rápidamente todos sacáis el teléfono y os ponéis a decidir qué vais a pedir.

El camarero vuelve, alguien toma la voz cantante y pide cada uno de los platos.

Hasta aquí todo normal. El problema es que el camarero se va, pero varios de los que estáis en la mesa no guardáis ya el teléfono.

Uno se pone a revisar el chat que tiene con otros colegas del trabajo, soltando una carcajada que solo él comprende. Otro es que se ha acordado de un vídeo graciosísimo que le pasaron el otro día y se lo enseña al que tiene al lado, sorprendiéndose de que no lo hubiera visto ya. Y tú, ya que estabas con el teléfono en la mano, revisas estos cuatro emails nuevos que te han llegado, aunque solo sea «para eliminar la notificación».

A este fenómeno se le llama phubbing, y es un problema que muchos (yo me incluyo) generamos de forma inconsciente.

¿Qué es el phubbing?

Básicamente estamos ante todas esas situaciones en las que, pese a estar en un grupo, uno o varios de los presentes se ponen a revisar lo que sea en su móvil, aislándose, y con ello ignorando a los demás presentes.


Por lo que parece, el término se definió en 2012 de la mano de los editores del diccionario Macquarie, un diccionario australiano, con idea de definir justo este tipo de situaciones.

Se contrató a un grupo de expertos para que decidieran qué término era el más adecuado para llamar a ese estado en el que en un grupo, uno o varios de los presentes se aíslan con el móvil. Y de la palabra phone (teléfono) y snubbing (hacer un desprecio) surgió este vocablo.

¿Qué impacto tiene en nuestras relaciones sociales y familiares?

Aquí viene lo interesante, y que es la razón por la que me animé a escribir esta pieza.

El caso es que aunque todos estamos de acuerdo en que es un gesto molesto para la otra u otras personas, lo cierto es que los estudios que se han hecho desde entonces no dejan del todo claro qué impacto real tiene, al obtener resultados contradictorios.

  • Por un lado, en 2012 uno de los estudios se basó en una encuesta (EN/PDF) a sujetos que habían sido víctimas de este tipo de situaciones, llegando a la conclusión de que, en efecto, estas personas se sintieron muy incómodas en las conversaciones, y que esto se agravaba aún más cuando se estaban tratando temas emocionalmente importantes.
  • En 2013, un estudio de Przbylsky y Weinstein llegó a la conclusión de que la mera presencia del teléfono móvil en una mesa puede reducir la percepción de cercanía, confianza y calidad de conversación entre dos personas.
  • En 2016, otro estudio, esta vez de McDaniel y Coyne, afirmaba que los ordenadores y smartphones interferían en la relación de convivencia entre parejas según el grado de interferencia de las tecnologías. A mayor uso, menor safisfación, llegando incluso a relacionarlo con mayor porcentaje de síntomas depresivos.
  • En 2021, sin embargo, se repitió el estudio, obteniendo resultados muy dispares (EN). Puede que desde entonces hayamos aceptado más este tipo de feos, o que simplemente el universo de encuestados no era significativo en alguno de los experimentos anteriores.

Lo que sí está claro es que el phubbing está muy asociado a otros factores como la capacidad de autocontrol, y el FOMO, otro fenómeno del cual ya hemos hablado por estos lares, y que se ha vuelto una verdadera lacra en la sociedad actual.

¿Cómo podemos combatir el phubbing?

Un servidor, como decía al comienzo, tiene que reconocer que también caigo más de la cuenta en este tipo de situaciones. Con la excusa manida de que tengo que responder algún email o que debo resolver algún problema en la empresa, no es la primera vez que me doy cuenta de que me he aislado en una reunión grupal. Y soy consciente, por tanto, de que es algo en lo que debo mejorar.

Para colmo, en casa ambos somos emprendedores, así que ya te puedes imaginar que buena parte del día, pese a que ambos trabajamos desde casa, lo pasamos cada uno aislado frente a una pantalla.


Para remediarlo, de hecho, ya hace tiempo que decidimos como norma dejar el móvil boca a bajo y en modo silencio a la hora de comer y cenar, buscando aunque sea ese tiempo en pareja y/o familia que nos privamos el resto del día.

Es un pequeño acercamiento, pero al menos, y unido a mi decisión de tener el móvil siempre en silencio (solo vibra en horas de oficina y únicamente por llamadas), creo que puede marcar la diferencia a medio/largo plazo.

Obviamente, está el puro factor psicológico, y es que debemos desterrar la idea de que todo lo que nos llega vía notificación es urgente e importante. De hecho no hay casi nada que lo sea (y menos lo que te llega vía apps del móvil), por lo que muy seguramente eso que te acaban de enviar se pueda resolver dentro de unas horas, o al día siguiente, sin mayor drama.

Y tú, ¿haces algo para evitar el phubbing? ¿Me recomendarías hacer algo más?

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