Hola, mi nombre es Pablo F. Iglesias, y soy consultor de Presencia Digital y Reputación Online en CyberBrainers, una agencia de reputación y presencia digital de la que soy fundador, director de Eliminamos Contenido, un servicio de desindexación de contenido en la red, gestor del sello editorial de autopublicación Ediciones PY, además de unos cuantos cargos más que puedes consultar con calma en mi perfil de LinkedIn.
Escribo a diario en esta santa casa, considerada una de las mayores referencias en materia de nuevas tecnologías y seguridad de la información de habla hispana, y en varios medios y blogs, tanto generalistas como especializados.
He tenido la suerte, además, de que hayan reconocido mi trayectoria como divulgador en Seguridad TIC en el XV Edición de los trofeos de Seguridad TIC de Red Seguridad. Dos años consecutivos quedando finalista de los premios Bitácoras a mejor blog de Seguridad Informática, dos veces finalista del Premio al Periodismo Tecnológico de ESET….
También doy formación (online y presencial) sobre Riesgos Digitales, y cuento con una comunidad de varios miles de suscriptores, algunos de ellos tan entusiasmados por el proyecto que mensualmente donan para que esto siga adelante.
He escrito dos libros de ciencia ficción: “Historias Conectadas” y “25+1 Relatos Distópicos“, como una manera de acercar al ciudadano medio de forma didáctica y entretenida a los retos y riesgos que suponen las nuevas tecnologías, y una trilogía de fantasía épica llamada “Memorias de Árganon“.
Actualmente asesoro a profesionales, PYMES y grandes empresas sobre cómo obtener valor de la información que circula a su alrededor. El punto medio necesario entre marketing, comunicación y seguridad de la información.
1.- ¿CÓMO HE LLEGADO HASTA AQUÍ?
Soy lo que podría llamarse un perfil multidisciplinar. Ya desde pequeñajo me volvían loco las nuevas tecnologías, y puesto que provengo de una familia humilde, encontré en eso de pensar “out-of-the-box” la manera perfecta de hacerme con aquello que por falta de recursos me era imposible.
Empecé, como algunos jóvenes de mi generación, con el pirateo de videojuegos. Y una cosa me llevó a la otra; para cuando me quise dar cuenta estaba estudiando la Ingeniería Superior de Telecomunicaciones en la Politécnica de Gijón (mi tierra).
Mi paso por esta carrera fue un tanto agridulce. Me metí allí asesorado por el director del instituto, después de que éste me dijera una frase que se me quedó grabada a fuego:
“Pablo, tú con lo bien que se te dan las matemáticas y la física no puedes acabar siendo informático.., ya que LOS INFORMÁTICOS SON LOS BECARIOS DE LOS TELECOS”.
Y claro, salió como salió. En clase me aburría como una ostra. Tanto, que después de tres años en los que aproveché para montar diversos
proyectos web, decidí salirme de Teleco para estudiar la que por aquel entonces era la única carrera oficial en la que
de verdad valoraban la creatividad.
¿Sabes de cuál hablo? Pues ni más ni menos que ¡Bellas Artes! En la Complutense de Madrid.
Tal cual como lo oyes.
Y te digo una cosa: ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.
En los cinco años de Bellas Artes he hecho más proyectos tecnológicos que lo que hice en tres en Telecomunicaciones, que se
dice pronto.
Cierto es que mientras me sacaba Bellas Artes hice también un ciclo formativo superior de Desarrollo de Aplicaciones Informáticas, y que antes de que terminase la carrera (aquí le tengo que dar las gracias a Chema Alonso, que era quien decidía por aquel entonces) Telefónica me eligió como uno de los 12 emprendedores del año, financiándome para que sacara adelante la que sería mi primera startup tecnológica: SecTrip.
2.- EL “BONITO” MUNDO DEL EMPRENDEDOR
Pues ahí estaba yo, terminando la carrera con especialidad en Diseño, y mientras tanto sacando adelante SecTrip, una aplicación móvil destinada a luchar contra el secuestro exprés, sobre todo en países de latinoamérica.
El dichoso destino quiso que justo los seis meses en los que estaba liado con el asunto, coincidieran con la llegada a medio mundo de otras aplicaciones relacionadas con el transporte urbano, como MyTaxi o Uber.
Para cuando quise sacarla al mercado, “el pescao ya estaba to’vendío”, que dirían por el sur, y el hecho de que me surgiera la oportunidad de trabajar en el desarrollo de Firefox OS con un equipo repartido por todo el globo de Mozilla y Telefónica I+D, hizo el resto.
Mil y una hackathones después, algunas de ellas que se saldaron con varios premios y que me llevaron a viajar bastante por Europa, acabé liado con algunos exTalentum en la que sería mi segunda startup tecnológica: SociWare.
¿Y a que no sabes cómo termino? Pues mal, por supuesto. Quien te diga que ha emprendido y a la primera le ha salido, o es que ha tenido una suerte increíble, o te está intentando engañar.
Cometimos esta vez uno de los típicos errores que no debería cometer ningún emprendedor: No firmamos un pacto de socios.
Y mientras estábamos liados desarrollando una plataforma de comunicación para Smart Cities todo bien, pero cuando empezaron a salirnos propuestas de varias decenas de miles de euros sobre la mesa todo se fue al cuerno.
3.- PUES VAMOS A APORTAR EXPERTISE A OTRAS EMPRESAS
Segundo momento cumbre de mi vida.
Mi contrato con Telefónica I+D terminaba, y me ofrecieron fichar para Telefónica Seguridad, lo que ahora conocemos por Eleven Paths.
Y entonces tuve una reunión con uno de sus directivos, que en un alarde de humildad me dijo:
“Pablo, si quieres entrar en mi equipo tienes sitio. Pero piénsate si quieres hacerlo. Te veo a ti ahora con esas ganas por hacer y no puedo evitar pensar en mi Yo de cuando era joven. Que aquí estoy genial a nivel económico y sigo aprendiendo muchísimo, pero es cierto que este trabajo me ha obligado a sacrificar otras cosas que quizás, y pensándolo fríamente, tenían más valor”.
¡Glub!
Oyes esto y te quedas a cuadros. Tanto como para que, en efecto, me lo pensara y decidiera que, al menos para el momento de vida en el que estaba, quería seguir volando solo.
Así que seguí emprendiendo. A la tercera va la vencida, ¿no?
Pues no.
Me costó caro, perdiendo la salud por el camino.
Se juntó en un año el proyecto fin de carrera (una instalación artística formada por un servorobot con forma de bebé que quería que siempre hubiera alguien cerca, ya que en caso contrario empezaba a activar todos sus sistemas para llamar la atención), con mi trabajo en Telefónica I+D, con un MBA que me estaba sacando online y con un trabajo que hacía para el BBVA sobre analítica… los fines de semana.
Aguanté medio año, casi antes de reventar. Y en ese momento se me abrieron dos opciones:
- O me iba a Canarias a vivir del surf y mandaba a la mierda el mundo tecnológico…
- O cambiaba de aires yéndome a Zaragoza, por eso de buscar un equilibrio: Lo suficientemente cerca de Madrid/Barcelona (ergo, del trabajo), lo suficientemente lejos para desconectar.
Y elegí lo segundo.
Afortunadamente, salió genial. Un añito para centrarme en lo que de verdad quería hacer, para volver con las pilas cargadas a Madrid con la idea de comerme (de nuevo, G.G) el mundo.
Ahí empezó mi andadura como consultor.
Al principio, y como muchos en este mundillo, como un falso autónomo. Que no me cuesta reconocerlo. Y viviendo con lo justo.
Pero oye, a base de hacer bien el trabajo los clientes fueron llegando. Y también los premios.
De hecho fui uno de los 15 afortunados en representar al Emprendimiento Joven Español en la primera Misión Tecnológica a Silicon Valley, donde además me salió la oportunidad de trabajar para Google. El que hasta entonces había sido uno de mis sueños.
Y curiosamente, tuve que encontrarme a las puertas del Edén, allí en el campus de Mountain View, para darme cuenta nuevamente de que, al menos para este momento de mi vida, no quería eso.
También he sido, por cierto, vicepresidente de AERCO&PSM, y he trabajado como CTO en varias consultoras (SocialBrains, Numerik…). Por el camino me he sacado varios másteres universitarios más, que sigo pecando de titulitis, y he
estado metido en varios proyectos como asesor externo que por no enrollarme más vamos a obviar.
Así que aquí estoy. Después de múltiples fracasos y algún que otro acierto, ayudando a otros a que no se equivoquen tanto como lo hice yo.
Colaboro habitualmente con varios medios de comunicación españoles y de latinoamérica. Puedes ver todas mis colaboraciones recientes en la sección Archivo de esta página.
En resumidas cuentas: Que soy un culo inquieto, siempre en búsqueda de nuevos retos.
El actual, sacar adelante una agencia especializada en Presencia Digital y Reputación Online con la loca de mi pareja. Una emprendedora nata: Èlia Guardiola.
Ella aportando humanidad, y yo aportando 0s y 1s 😊.
4.- EN CONTACTO
Así que si has llegado hasta aquí y quieres que trabajemos juntos, estaré encantado de escucharte y ayudarte en lo que pueda. Muchas gracias por visitar la página :).
Quién es Pablo F. Iglesias (para medios de comunicación)
Pablo F. Iglesias es consultor especializado en ciberseguridad, privacidad y nuevas tecnologías. Lleva más de una década escribiendo en www.pabloyglesias.com/blog y en www.cyberbrainers.com/blog, además de ser colaborador habitual en televisión, radio y prensa de los principales grupos mediáticos de habla hispana.
Ganador del trofeo a mejor divulgador en Seguridad TIC por Red Seguridad. Tres veces finalista a mejor medio de comunicación en materia de seguridad de la información por los premios Bitácoras y los premios ESET, representó al emprendimiento joven español en la primera Misión Tecnológica a Silicon Valley.
Hacker Fundador de la Consultora de Presencia Digital y Reputación Online CyberBrainers, del servicio de desindexación de contenido en Internet EliminamosContenido, del blog sobre nuevas tecnologías y seguridad de la información PabloYglesias, y del sello editorial Ediciones PY. Además, ha sido vicepresidente de la asociación de Marketing de España AERCO&PSM, ha trabajado como desarrollador y project manager para el BBVA, Telefónica y Mozilla, y ha sido CTO de varias consultoras tecnológicas (SocialBrains, Numerik…).
Escritor de varias novelas de ciencia ficción y fantasía épica, como son Historias Conectadas, 25+1 Relatos Distópicos, la colección Memorias de Árganon y el libro colaborativo Costumbrismo Alterado.