Los Angeles Times (EN), uno de los pocos periódicos digitales verdaderamente disruptores del mercado, rediseñaba recientemente su página con algunos aciertos que al menos a un servidor le han sorprendido. LATimes Dos formas de consumir las noticias:

Y cuando digo formas lo digo en serio. La página cuenta con un formato de periódico más clásico, y otro tema más visual, donde el fondo se vuelve negro y la imagen destacada de cada artículo es reina de la pantalla. Y por supuesto, totalmente responsivas, apuntando a una usabilidad heredada de las apps de revistas digitales para el consumidor de pantallas táctiles (páginas navegables mediante scroll lateral, botones superiores de grandes dimensiones,…). Un acierto, se mire por donde se mire. El que quiera seguir disfrutando del periódico de papel en la web que lo haga, y para esas nuevas generaciones que no entienden el porqué de un diseño editorial tan estricto, ahí está la otra.


Pérdida del miedo al espacio:

Todo diseñador sabe que enfrentarse a los espacios en blanco es un tema delicado. Si abusas de ellos, se pierde la estructura e incluso la composición de todo el cuerpo. En LATimes me encuentro, sobre todo en la versión más editorizada, el límite justo entre lo que puedo aceptar como buen uso del espacio y el abuso del mismo. Quizás pecan (aunque ya se sabe que esto es cuestión de gustos) de esa alineación a la izquierda (dejando un extenso margen lateral en la versión escritorio) en artículos de vídeo. Una decisión que me chirría ligeramente (quizás un servidor hubiera optado por colocar ahí el título y los enlaces sociales del mismo), pero que de sobra se resuelve con el magistral trabajo del resto de las secciones.

Socializando la lectura:

Un tema que me apasiona, y que LATimes ha sabido explotar hasta la saciedad. Cuando tienes un blog, el incluir o no enlaces sociales tiene dos puntos de vista muy diferentes. El primero es el porqué de implementarlos en las páginas. Por un lado, el uso que se le dan a los mismos suele ser más bien bajo (la mayoría de las personas que comparten tienen en el propio navegador las herramientas para compartir), y para colmo, suelen ser los elementos que más hacen que la web tarde en cargar. Por otro, sirven de recordatorio, lo que subconscientemente nos invita a compartir algo que leemos, y si recurres a un desarrollo asíncrono (o delegando en otra pantalla), el tema del rendimiento se soluciona (como es el caso de esta santa casa). Otro tema es ya dónde colocarlos. Por eso me ha gustado sobremanera el nivel de detalle que LATimes ha conseguido para favorecer la compartición. Por un lado, recurre a los iconos de las RRSS en pequeño, que cargan en otra página, y tanto por encima como por debajo del artículo (y ojo, por encima del título). El copy de estos botones (la pequeña descripción que suelen incluir) es semejante al titular. Sin embargo, si empezamos a leer el artículo, nos encontraremos con que aquella información trascendente (citas, párrafos resaltados) cuentan también con su propio botón de compartir, que hace lo propio, con un copy específico (si citamos algo, cita ese algo, y no únicamente comparte el titular del artículo). Puede que a alguno le parezca una chorrada, pero uno de los mayores problemas de los botones sociales es que el visitante no siempre lee la totalidad del artículo, e incluirlos en el medio (o recurrir a un panel deslizante lateral) no suele ajustarse de forma correcta a la lectura que estamos acostumbrados.

De esta manera en LATimes han conseguido revolucionar un poco más el auge de los medios digitales, que para bien o para mal (y lamentablemente en muy contadas ocasiones) son casi los únicos que proponen verdaderas disrupciones en el diseño web.