Reconozco que no soy mucho de parques de atracciones. O mejor dicho, no soy mucho de atracciones. Sin embargo, soy muchísimo de espectáculos. Y más si, de paso, me puedo disfrazar :).
Cada vez que puedo, me intento escapar con Èlia al teatro o alguna actividad de estas que voy contando por mi cuenta de Instagram.
El caso es que hace apenas un par de semanas, con la idea de celebrar el cumpleaños de mi madre, decidimos hacer una escapada de dos días, y el lugar elegido fue Toledo.
¿La razón? Lo habíamos visitado hace ya muchos años, cuando yo era aún pequeño, y con la memoria que tenemos ambos como que no nos acordábamos de nada.
Y la suerte quiso que una amiga de mi madre le recomendase que, ya que íbamos a la antigua capital del reino, dedicáramos un día a visitar el Puy du Fou España (ES), un parque histórico que abrió sus puertas, al parecer, en 2019, de la mano de un magnate francés que tiene otro parque homónimo en Francia, y que todavía está en desarrollo (se espera que para cuando se termine del todo, dentro de diez años, sea necesario dedicarle alrededor de tres días para verlo todo).
Joder, volvimos encantados. Fue un día intenso, porque queríamos verlo todo en el mismo día (y se puede, aunque ya te digo que descansar vas a descansar poco si te empecinas en ello), pero merece MUCHÍSIMO la pena.
Tanto que fíjate, estoy dedicándole un artículo en esta Santa Casa. Que pondré de excusa algunos aciertos que han tenido a nivel tecnológico, por eso de que no me digáis que escribo de cualquier tontería, pero lo cierto es que si de algo tiene que servir estas palabras es para decirte que tanto si te gusta la historia, como si tienes niños pequeños por casa, dejes de mirar a Disney World (es también una pasada, pero me ha parecido infinitamente mejor este) y te animes a visitar este, en Toledo, más cerquita de casa.
Te quiero contar, como decía, algunas curiosidades que he ido descubriendo (sin spoilers) de la tecnología y experiencia que hay detrás del parque y sus espectáculos, pero antes, te dejo el trailer de este año para ir abriendo boca.
Un parque sin atracciones es posible (y para mi ha sido todo un acierto)
Como comentaba, en el Puy Du Fou no hay atracciones donde puedas montarte. Ni una sola, así que si vienes por aquí buscando la enésima montaña rusa, ya te digo que este parque no es para ti.
Lo será si, por ejemplo, te encantó aquella vez que fuiste a la Ciudad del Oeste, o eras de los que preferían Faunia al parque de atracciones de Madrid.
Al Puy Du Fou España vas a vivir un día (o dos, o los que vayas) el aire que se debía respirar en Alándalus, en Hispania, en el Imperio donde no se Baja el Sol. Puy Du Fou es un parque histórico, con una escenografía brillante no solo en sus actuaciones, sino en todo el parque, en el que no es posible ver un solo descuido, integrando elementos históricos para que oculten las muy necesarias virtudes tecnológicas de nuestra era.
Está a unos 15 minutos en coche/bus de Toledo. Y sí, hay bus de ida y vuelta. Digo esto porque es probable que si preguntas en el hotel donde te hospedes, o incluso en la oficina de turismo, te diga, como nos dijeron a nosotros por teléfono y a varios turistas que conocimos el día anterior, que la única manera de ir es en taxi o en tu propio coche.
Parece que el lobby de taxistas de Toledo tiene “bien pagados” a los recepcionistas, ya que como nos reconoció el gerente de la empresa que tiene los buses, ellos han avisado a absolutamente todos los dueños de espacios turísticos de la ciudad. Otra cosa es que prefieran decirte que vayas en taxi, y que con ello se lleven su comisión…
Una vez en tierra, toca caminar alrededor de 10 minutos por un camino bien señalizado hasta llegar a la zona de entrada al parque, donde un grupo de “plebeyos” bien vestidos con ropa medieval te recibirán.
Y a partir de ahí, coger tu mapa y el horario de actividades, y decidir por dónde quieres empezar.
Los espectáculos del Puy du Fou España
Puy du Fou ofrece en el momento en que escribo estas palabras (ya te digo que están expandiéndolo, así que si lees esto dentro de unos años seguramente hay bastante más que ver):
- 4 Grandes espectáculos: Tres de ellos de esos que requieren que estes previamente para pillar asiento (o hacer cola, pero en nuestro caso al ir de viernes no tuvimos que comernos ninguna), y uno de ellos que es de entrada libre entre las 13 y las 17:30.
- 3 Espectáculos menores: Que ocurren en algún lugar específico del parque (caminos principalmente) a unas horas específicas.
- Varios eventos a lo largo del día: Que son semejantes a los espectáculos menores, es decir, pequeños monólogos o conversaciones de actores con algún guión previo o improvisado para amenizar la experiencia.
- El gran espectáculo nocturno, llamado El Sueño de Toledo, y cuya entrada puede adquirirse por separado (hay gente que solo va a ver este, y luego se queda en las tabernas a tomar algo).
De todos estos, me voy a quedar con los grandes espectáculos, nocturno incluído, porque me han parecido auténticas obras maestras.
Por ambientación, por supuesto (cada una la que le corresponde), pero también por los juegos de luces, sonido y en líneas generales tecnología que hacen posible que vivas, de cerca, cada uno de ellos.
Y tranquil@ que no voy a hacer spoilers de ningún tipo.
- Solo decirte que uno de ellos se desarrolla en un cine/teatro con aforo de 2.000 personas y pantalla de 180º, que se abre, y que para colmo todo el complejo gira en 360º para contarte la historia de un ilustre caballero castellano llamado El Cid, mezclando cine y teatro en directo como nunca había visto.
- ¿En otro? Pues en otro han montado una escenografía en varios niveles, tanto de altura como de profundidad, de manera que en tiempo real los espacios se modifican para contar diferentes escenas donde actúan más de cincuenta actores, algunos de ellos a caballo, en una historia que mezcla personajes históricos de la literatura con una historia épica.
- También tienes un laberíntico pasillo que te transporta a las peripecias que tuvo que vivir Cristobal Colón para descubrir Las Américas. Está tan logrado que sientes la claustrofobia y ganas de botín que sufrieron los valientes hombres que acompañaron al loco Colón a cruzar el Atlántico, con paredes en movimiento que emulan los vaivenes del oleaje.
- El Sueño de Toledo es, nada más y nada menos, que un escenario de varios kilómetros con un enorme lago en su centro en el que te contará la historia de Toledo desde la llegada del Imperio Romano, con batallas a caballo, con infantería y hasta con artillería de varias decenas de actores, acompañado de un espectáculo de luces y agua, y con un entramado sistema interno que, sin lugar a dudas, te va a dejar con alguna que otra duda sobre cómo es posible lo que acabas de ver (yo aún sigo sin entender cómo ascendían los actores del lago sin ahogarse).
De verdad, que no puedo más que recomendar visitar el parque al menos una vez en la vida.
En un día, al menos en 2022, es posible verlo todo si no te entretienes y planificas bien tus movimientos. Y si no, pues oye, ya tienes la excusa para volver.
Un servidor tiene claro que lo hará. Seguramente con Èlia, que tengo claro que le hubiera encantado verlo.
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