Quizás alguna vez te haya pasado.
Descargas de internet una película que casualmente está ahora en los cines (G.G). La calidad de imagen, por tanto, no es muy buena (algún ruso la ha grabado con una cámara metida dentro de una sala), pero el sonido, afortunadamente, está montado encima y tiene bastante calidad, lo que hace que al final la veas.
Pero si te fijas, si ocurre al revés lo más probable es que no lo hagas. Dentro de unos límites de imagen aceptables (que al menos se vea algo y que la cámara esté fija y no ande continuamente desenfocando y enfocando la pantalla), es el sonido lo que hace que realmente nos decidamos por consumir contenido audiovisual o no.
Y es justo lo que la mayoría de generadores de contenido amateur más dejan olvidado.
Las razones, a mi forma de entender, son obvias:
- Damos mayor importancia a la imagen, cuando realmente hoy en día casi todos los smartphones y buena parte de webcams ya ofrecen una calidad aceptable de vídeo.
- Editar un vídeo puede tener unas barreras de entrada significativamente altas, pero es que editar sonido parece magia para todos aquellos que no hayan tenido una formación musical. Ahí entra ya no solo el ojo (entender aunque sea una base de ritmo y ondas), sino lo educado que tengas el oído. Y eso, amigo mío, no es algo tan común entre los mortales.
Que lo dice alguien que en su día tocaba en un grupo, y que aun así, reconoce que no tiene el oído muy allá. Afortunadamente, sí sé valorar y hasta me atrevo a editar con relativa soltura clips de audio. Lo justo y necesario para eliminar el ruido de fondo, controlar un poco la ganancia y minimizar u ocultar sonidos inesperados.
Un trabajo que hasta ahora he tenido que ir haciendo con cada vídeo que publicaba por estos lares, y cuyo resultado en algunos casos dejaba mucho que desear (la edición llega hasta donde llega).
Así llegamos a nuestros días, en los que aprovechando las rebajas del Black Friday me dio por comprarme de una maldita vez un micrófono en condiciones.
Quería hablarte por aquí de las diferencias, de lo que tienes que tener en cuenta, y de algunas curiosidades.
Comencemos.
Índice de contenido
¿Por qué necesito un micrófono profesional?
La primera parada es obvia.
Si grabas contenido audiovisual (vídeos, podcast, streaming…) con relativa periodicidad tarde o temprano vas a tener que plantearte comprar un micrófono en condiciones. Por las razones antes mencionadas.
Para reuniones ocasionales no es algo que sea estrictamente necesario. Ya estamos acostumbrados a que en una llamada el ruido sea un factor más a considerar.
En interiores tenemos la suerte de poder controlar, hasta cierto punto, factores externos como la luminosidad (crítica para una buena imagen) y el ruido/eco de fondo (crítico para un buen sonido).
- El eco se produce cuando estamos en una estancia muy vacía. Y para reducirlo, bastaría con llenar la estancia de muebles, cortinas, alfombras y sofás. Algo que a veces es posible, y otras no.
- El ruido puede venir dado por múltiples fuentes, entre ellas el propio ruido que hacen los ventiladores de nuestros dispositivos. Sobra decir que cerrar la ventana minimiza el ruido externo, pero lamentablemente no siempre podemos eliminarlo por completo. Y además hay que decir que la mayoría de micrófonos que vienen incluidos en nuestros dispositivos ya cuentan con un ruido interno que, según la calidad, será más o menos palpable.
En exteriores, por supuesto, la cosa se complica, ya que no podemos controlar lo que ocurre a nuestro alrededor.
Es ahí donde entran las diferencias entre un buen micro y un micro genérico. Ya no solo hablamos de calidad de sonido, sino de capacidad de reducir el ruido ambiente con micrófonos direcionales.
Y para prueba, este vídeo que he grabado en el que te muestro la diferencia de sonido que se consigue con un micro de auricular de electrónica de consumo (mis actuales cascos bluetooth (ES)), los micrófonos internos de un convertible de gama alta (mi querido Lenovo Yoga (ES)) y un micrófono profesional como es el caso del Trust Emita (ES) que me he comprado:
Ver en Youtube (ES)
¿Qué tienes que tener en cuenta a la hora de comprar un micrófono profesional?
Las necesidades reales que tienes.
¿Vas a grabar solo o acompañado? ¿Vas a grabar desde un ordenador o desde un dispositivo móvil? ¿Qué sistema operativo tiene? ¿Necesitas o no movilidad?
En este caso me voy a centrar en todos aquellos que necesitéis calidad de sonido en entornos de escritorio (Windows, MacOS, Linux), por ser el entorno habitual de la mayoría de podcasters, youtubers y streamers, y dejaré para otra ocasión hablar de micrófonos para móviles, que ya te adelanto que es otro mundo.
Y para ello, lo más importante primero es saber a ciencia cierta que ese micrófono que queremos comprar es compatible de forma directa con dispositivos de electrónica de consumo.
Un problema muy habitual es que la gente compra un micrófono chollo por Internet, para darse cuenta cuando le llega a casa y lo conecta que el micrófono no funciona.
Esto pasa porque no todos los micrófonos cuentan con una etapa que permita directamente convertir el sonido análogico en digital, precisando por tanto de un dispositivo intermedio (una mesa de mezclas, por ejemplo) que lo haga para poder usarse.
Y con que tenga USB no basta. Mi pareja, de hecho, fue una más (compró en su día un micro para grabar y no ha podido usarlo nunca). Revisa la descripción del producto para asegurarte que funciona sin necesidad de otro dispositivo.
Por casa, como te decía, tengo ahora el Trust Emita (ES), en particular la versión GXT252, específicamente diseñado para gamers, streamers y podcasters:
- Es un micrófono direccional (ergo, como viste en el vídeo, minimiza mucho el ruido ambiente).
- Es Plug&Play, es decir, simplemente lo conectas por USB a tu ordenador y funciona, sin instalar controladores de ningún tipo.
- Viene con un filtro de pantalla doble y una tapa de espuma, y la idea es utilizar una de las dos (si puedes permitírtelo por espacio, el filtro suele homogeneizar mejor el sonido que la espuma).
- La calidad, como habrás visto en el vídeo, supera con creces en todos los sentidos a las alternativas.
- Viene acompañado con un estuche de aluminio (imagen inferior) por si tenemos que transportarlo.
Y como acompañamiento de vídeo me he hecho con una webcam normalita de la marca Papalook que estaba tirada de precio (ES), que cuenta con gran angular (muy reducido, tengo que decir) y que también es Plug&Play.
Tienes de hecho todos los productos que conforman mi setup de trabajo/ocio en esta lista de Amazon (ES), además del artículo que publiqué hace apenas unos meses con el unboxing de mi nuevo estudio.
Con todo esto es con lo que estoy empezando a grabar los vídeos de mis cursos y también de algunos talleres online que he estado haciendo para clientes.
Y créeme si te digo que la diferencia se nota.
Conclusiones
En fin, que por aquí mis recomendaciones a la hora de apostar por el sonido para todos aquellos que estéis empezando con la generación de contenido en la red, así como mi decisión final por hacerme con este micrófono frente a las alternativas.
Soy consciente de que no es un artículo para todo el mundo, pero oye, también es cierto que a mi me hubiera gustado que alguien me hubiera explicado todo esto de forma sencilla y rápida.
Puntos positivos
- El sonido es más importante que la imagen: Aunque te parezca lo contrario, está más que demostrado.
- Plug&Play: Este micrófono es compatible con cualquier sistema operativo de escritorio.
Puntos negativos
- No los tiene: Sencillamente ha mejorado por completo la calidad técnica de mis vídeos, así que no puedo más que recomendarlo.
El Trust Emita (ES) tiene un precio de partida de casi 120 euros, aunque con este enlace suele estar rebajado entre el 15 y el 25%.
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Si te gustaría ver más de estos análisis por aquí. Si el contenido que realizo te sirve en tu día a día, piénsate si merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.
Se nota muchísimo las diferencias de sonido usando los tres distintos elementos. Me quedo con el sonido de trust emita GTx252 y veo que tienes la switch! Jajajjajaja
Totalmente Mireya. Era como decía una asignatura pendiente.
Me falta ahora dar con la tecla adecuada para grabar en exterior. Me gustan los micros de corbata, pero preferiría que fuera bluetooth y tuviera manera de sincronizarlo directamente con el smartphone o la cámara deportiva. De lo primero no hay tanto problema (aunque no es tan fácil como parece), y lo segundo se me antoja muy jodido de encontrar (muy pocas cámaras deportivas incluyen soporte para micro externo, y menos vía bluetooth).
Así que ya miraré cuando tenga algo de tiempo alternativas “buenas, bonitas y baratas” para utilizar con el smartphone y el gimbal.
Y sobre lo otro, por supuestísimo, jajaja. La compré, de hecho, casi cuando salió, y en su día dije que me parecía el dispositivo más interesante del 2017. Antes de navidades la tenía en el salón, pero he visto que apenas juego allí, así que me la he vuelto a subir al estudio, y así de paso como cuenta con dos conectores USB me sirve para cargar dispositivos. También la tengo conectada a la pantalla, aunque como te digo apenas juego con ella en modo pantalla, sino más bien en portátil :).