Revisando la hemeroteca de esta página, veo que me subí al carro de los wearables a principios de la década pasada. Tan pronto empezaron a llegar al mercado, de hecho.
Desde entonces, he probado prácticamente todo lo que ha salido. Tanto lo más normal, como relojes y pulseras, hasta cinturones, collares, botones, cámaras espía, anillos… Por probar he probado hasta diademas de análisis de ondas cerebrales. Y no solo una precisamente :).
Pero centrándonos en los wearables más habituales, lo cierto es que tras la llegada de los primeros smartwatches (por ahí tienes la review de ese Moto360 que marcaría un antes y un después en la industria), hubo unos años en los que el sector de las pulseras inteligentes lideró todo el mercado.
De aquella época tuve varias Xiaomi Mi Band, y también alguna de Huawei.
Seguí, no obstante, probando algún que otro reloj, hasta que al final acabé por rendirme a la estética de los smartwatches cuadrados. Primero con el pebble (que desempolvé unos años más tarde tras haberlo probado de lanzamiento), y luego con alguno de los relojes de Amazfit, la marca blanca de Xiaomi, que me ha ido acompañando hasta que, recientemente, tuve que tomar la decisión de cambiar de modelo. El Amazfit Bip de primera generación me dejó colgado un par de veces con bajones bruscos de batería, y fue entonces cuando, tras mucho pensar (de hecho estuve durante unas semanas valorando pasarme a algún reloj de Polar, muy enfocado al deporte indoor, que es lo que hago principalmente), decidí volver a probar qué se siente con una pulsera cuantificadora.
Ver en qué ha cambiado la industria estos últimos ¿cinco, seis años? desde que dejara de usarlas en favor de sus hermanos mayores.
Así pues, y aunque en efecto por mis manos han seguido pasando varias pulseras, a principios del mes pasado y coincidiendo con la prueba que hice de comprar varios productos de Aliexpress por menos de 1 euro, también compré allí el nuevo modelo de la Xiaomi Mi Band. Uno que, por cierto, todavía no ha llegado a Occidente (me centraré en esto más adelante). Y llevo desde entonces usándola.
Hechas las presentaciones, ¡vamos al lío!
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Usando la Xiaomi mi band 8 antes de que salga en occidente
En particular, me decanté por el último modelo de Xiaomi. Uno que pese a haber salido a principios de año en China, aún no se ha sacado del país.
Esto es importante señalarlo por dos motivos principales:
- No está a la venta fuera del país: Al menos no lo encontrarás en Amazon y demás tiendas occidentales. En mi caso la he comprado en Aliexpress (ES).
- Para poder usarla por estos lares, hay que hacer algunos “cambios” en nuestro móvil.
Este último punto merece que nos paremos brevemente, y es que, como te decía, al no estar aún fuera del mercado chino, tendremos una serie de limitaciones para usarla.
Para empezar, la primera vez que la enciendes viene todo en chino. No hay problema ya que realmente no tienes que hacer mucho con ella, pero de un primer golpe, el tema asusta.
Otra limitación, y esta sí me ha jodido más, es que por ahora no es compatible con Zepp Life, la aplicación “oficial” de los dispositivos wearables de Xiaomi y Amazfit.
Aquí, una pequeña matización, y es que por si no lo sabes, Amazfit es una marca de Xiaomi… cuyos productos no desarrolla Xiaomi, sino otra empresa (Huami) que tiene colaboración con el gigante asiático.
De un tiempo a esta parte Huami ha ido adquiriendo presencia por sí sola. De ahí que la antigua aplicación “Mi Fit”, la app oficial de los dispositivos Xiaomi, cambiase de nombre hace cosa de un par de años a Zepp Life.
Desde entonces, hay un baile curioso de aplicaciones, ya que Xiaomi se ha sacado de la manga “Mi Fitness”, pero sigue ofreciendo compatibilidad con Zepp Life, por ser esta la que tienen la mayoría de usuarios de la compañía instalada en sus smartphones.
Sin embargo, justo este modelo, por ahora, no funciona con Zepp Life. Si intentas sincronizarlo con la app, verás que ni tan siquiera te sale la opción para la Xiaomi Mi Band 8, teniendo que hacer lo propio con la nueva app Mi Fitness.
Que llegados a este punto, te preguntarás que qué importa, ¿verdad? Y al menos en mi caso esto sí importa.
Primero porque yo en casa tengo una báscula de Xiaomi, la Scale de primera generación, que está sincronizada con Zepp Life.
Y segundo, pero aún más importante, es que Mi Fitness no sincroniza datos con Google Fit. Cosa que sí permite hacer Zepp Life.
Hay que dejar claro que esto es un problema temporal (como todas las limitaciones que explico en esta sección). Tan pronto salga la pulsera en Occidente, será compatible con Zepp Life y podremos, si así lo queremos, migrar a la app.
Pero por ahora, es lo que hay.
Así pues, te tocará instalar Mi Fitness, y aquí, un par de limitaciones más:
- Al no haber salido en el mercado occidental todavía, cuando crees la cuenta (o si ya la tienes creada, como era mi caso, yendo a los ajustes de la cuenta) tendrás que poner que tu país es China. Si no lo haces, no vas a poder encontrar el dispositivo para parearlo.
- Además, tocará cambiar el idioma por defecto del móvil a inglés. Fíjate que un servidor tenía el móvil en español como primer idioma, e inglés como segundo, y aún así me fue imposible. El primer idioma debe ser el inglés (o el chino, si te animas jajaj).
Hechas estas dos cosas, ya podremos parearla sin problema, haciendo que a partir de entonces la interfaz de la Xiaomi Mi Band esté en inglés.
Eso sí, tienes que mantener el idioma principal en inglés, ya que si lo vuelves a cambiar a español, la interfaz de la pulsera cambiará a chino…
Por último, y aunque es cierto que es una tontería, aunque toda la interfaz de la pulsera está en inglés, hay en la pantalla principal, al menos la que viene por defecto (es la que más práctica me parece, por cierto), un par de símbolos en chino que no tengo ni idea de qué son/dicen. Supongo que dirán algo del tiempo, pero me llama la atención que justo eso no lo hayan traducido.
Recalco, para terminar con este apartado, que todo esto son limitaciones temporales. En el momento en que se saque al mercado occidental, ya podremos usarla en nuestro idioma, con la app que queramos, y sin tantos jaleos de pareado inicial.
Pero es lo que tiene intentar estar en la vanguardia tecnológica. Xiaomi hace tiempo que con sus pulseras primero las saca en China, arregla las cosas que tenga que arreglar, y tras unos meses, desembarca en Occidente con una versión más estable.
Qué tal se comporta la Xiaomi Mi Band 8 en el día a día
Entrando ya en detalles, algunas observaciones que sí me han gustado frente a la experiencia que he tenido hasta el momento con las antiguas versiones de Mi Band, y con la mayoría de relojes cuantificadores que he ido usando desde entonces.
Para empezar, la interfaz que viene por defecto en esta Xiaomi Mi Band 8 me gusta muchísimo.
Fíjate que es posible cambiarla por otras pantallas de inicio (hay mucho donde elegir, tanto oficial como de apps de terceros), pero es que su diseño, y sobre todo su pragmatismo, me parecen perfectas.
Antiguamente lo normal es que esta interfaz, además de dar la hora, mostrar la batería restante, la fecha y si eso el tiempo, se centrase en alguna variable de monitorización en particular, como solía ser el número de pasos, y dejaba en segundo término algún otro como la frecuencia cardíaca.
En este caso, los de Xiaomi han apostado por mostrar tres barras en forma de L invertida con tres colores diferentes que corresponden:
- El rojo, a las calorías consumidas por actividad: Ya sabes que estos datos son estimados, y que además en este caso no se tiene en cuenta el gasto interno propio por el simple hecho de estar vivo. Lo que hace Xiaomi es calcular en base a la actividad que hayamos realizado cuánto podríamos estar gastando para nuestro peso, altura y género. Podemos configurarlo para ponernos unos límites más altos o más bajos.
- El amarillo, los pasos realizados en el día: Nada nuevo bajo el sol. Es la medición típica de todos estos sistemas de cuantificación personal. Funciona bastante bien en la Mi Band, por cierto (no he notado que marque pasos fantasma).
- En azul, dos opciones a elegir: Por defecto viene configurado para horas de actividad, teniendo en cuenta que para Xiaomi una hora de actividad es que te hayas movido al menos unos minutos en esa hora. Aunque también podemos ponernos de reto el estar X minutos realizando alguna actividad física en particular. Lo segundo, eso sí, tiene el handicap de que para que te cuente, tienes que tú proactivamente configurar la pulsera como que estás realizando dicha actividad (correr, gimnasio, algún deporte…). En caso contrario, que es lo que me pasó a mi los primeros días hasta que entendí su funcionamiento, ya te puedes matar a entrenar que estará siempre vacía. De hecho, por comodidad un servidor ha vuelto a la primera, en la que decides cuántas horas al día quieres proponerte estar activo, y la pulsera, si así lo quieres, te avisará cada hora para que al menos te levantes y te muevas un poco. También te digo que es sensible a que si, por ejemplo, haces mucho entreno en poco tiempo (una hora, por ejemplo), te cuente como varias horas de actividad, así que pese a que tengo definido yo como reto estar 12 horas al día activo, con ir a entrenar una o dos horas al día y el propio movimiento del día a día es raro la jornada que no me marca como completado este reto.
Es decir, que da por diseño igual de importancia a tres variables que muy probablemente para cualquiera de nosotros sea fácil cumplir. Algo que creo que puede ayudar a llevar unos hábitos saludables mejores:
Ya no solo se trata de caminar X pasos al día, sino también de intentar forzar un poco el cuerpo para gastar X calorías e intentar moverte un poco cada hora para también estar más activo a lo largo del día.
No voy a entrar en los modos de entrenamiento, porque el principal cambio a nivel de software desde la Xiaomi mi band 7 es que han metido como treinta deportes más, pasando ya holgadamente de los 100. Sinceramente, no es algo que utilice mucho, pero puede venir bien por ejemplo para los que salgáis a correr/bici, incluso los que hagáis HIIT o sigáis rutinas de tabata u otra técnica basada en intervalos de tiempo.
Eso sí, la pantalla nuevamente ha crecido de tamaño (más bien de grosor), por lo que si vienes de una de las versiones anteriores, siento decirte que las pulseras que tengas no serán compatibles con la nueva.
En exteriores tiene una luminosidad más que decente (se ve sin problemas en días de sol veraniego), y la autonomía sigue siendo la misma de siempre (una semana si como un servidor tienes todos los sistemas de monitorización funcionando 24/7, hasta 10 días si empiezas a quitar notificaciones y funcionalidades).
Esto, que hay que reconocer que es más que suficiente, en mi caso se queda corto debido a que venía precisamente de un reloj que me daba una autonomía de un mes de uso. Cierto es que ni medía estrés, ni oxígeno en sangre, ni todas estas variables que ahora se han puesto de moda. Pero bueno, quería remarcarlo, aunque soy consciente de que la mayoría ya estaréis acostumbrados incluso a cargar el reloj o la pulsera a diario.
Con esta tendréis que hacerlo cada semana más o menos.
Mi Fitness como aplicación deportiva
Te contaba que por lo menos, hasta que la 8 salga en el mercado extranjero, no queda otra que utilizar MI Fitness, y lo cierto es que en este tiempo me ha gustado muchísimo tanto la interfaz como la manera que tiene de dar importancia a las variables del día a día.
Eso sí, no considero que sea una gran app de monitorización deportiva. Está claro que su usuario tipo es el del común de los mortales. Aquellos que si eso hacemos deporte, pero como hobby, no como profesión.
Teniendo esto en cuenta, la app es un 10 en cuanto a forma de enseñarte los datos y ofrecerte recomendaciones basadas en los % a los que deberías estar por tu edad y por la media de usuarios que tienen.
Ahora bien, hay dos únicos peros que le pongo a la app:
- El que no se sincronice con Google Fit: Ya lo comenté, y es que la app de Xiaomi, frente a la Huami, no ofrece sincronización con los datos de Google.
- La sincronización en segundo plano, al menos a un servidor, no le funciona como debe: Recalco que debe ser algún problema que tengo con la configuración restrictiva de permisos en segundo plano que tengo en el móvil, pero me ha llamado la atención que pese a que voy a todos los lados con el móvil, si un día no abro la app, lo normal es que no se sincronicen los datos. De hecho, podrás ver en la imagen superior que prácticamente dos semanas enteras de principios de julio donde dice que no he hecho absolutamente nada, cuando la realidad es que llevo desde que empezó julio entrenando de media hora y media diaria, y por tanto cumpliendo de sobra los tres retos de cada jornada.
De reloj a pulsera: mi experiencia
Termino con una valoración personal, y es que un servidor tiene sentimientos encontrados entre el diseño de una pulsera y el de un reloj.
Me explico:
- Por un lado, creo que viste más el reloj que la pulsera: Es ya cuestión de etiqueta, pero creo que tenemos interiorizada la idea de que una muñeca con reloj da mayor personalidad que una con una de estas pulseras. Algo que en parte me echa para atrás la idea de seguir usando la Mi Band.
- Pero por otro lado, veo más pragmático el diseño de una pulsera que el de un reloj: Al menos para el uso que un servidor le da a estos dispositivos (solo quiero tener la hora y que me midan los retos, ya que no pienso ni consumir notificaciones y mensajes en ellos, ni mucho menos ponerme a hablar desde la muñeca). La pulsera por razones obvias ocupa menos, y por tanto es menos molesta en el día a día. Además, y ya esto es algo personal, noto que me hace menos daño en la piel (también porque ocupa menos espacio) que lo que me hacen la mayoría de relojes.
Así pues, como ves, para gustos colores.
Yo por ahora seguiré una temporada con esta pulsera, y ya veremos si el día de mañana me rindo a la etiqueta y apuesto de nuevo por un reloj, o incluso valoro la opción de tener ambos y utilizar cuando así lo corresponda uno u otro.
En todo caso, la Xiaomi mi band 8 sigue siendo la mejor opción calidad/precio en cuanto a pulseras cuantificadoras.
No hay en el mercado nada que se le acerque en ese rango tan absurdo de precio.
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