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De un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda el “No-Code” (ES) que no es otra cosa que diseñar herramientas online sin tirar líneas de código.
Sin necesidad de contar en plantilla con un programador.
En grandes líneas, por supuesto, me parece un paso adelante, por eso de que democratiza y reduce las barreras de entrada para la creación de proyectos digitales, y eso siempre es bueno.
Descontando el hecho de que conforme más te metas en la filosofía “No Code” más acabarás aprendiendo… y siendo consciente de que necesitarás tarde o temprano aprender, aunque sea, una base de programación para seguir avanzando.
Te enganchas a este mundillo porque quieres automatizar la publicación de X contenido en tu cuenta de Twitter, y para cuando te das cuentas, ya has aprendido conceptos como los bucles y el funcionamiento, aunque sea muy superficial, de las llamadas a APIs.
De ahí a animarte a tirar unas cuantas líneas de código en python hay ya muy poco :).
Vamos, que me parece una idea cojonuda para amueblar cabezas, y estructurarlas para que sean capaces de comprender cómo funciona la tecnología que usan a diario.
Sin ir más lejos, no hace mucho publiqué por aquí un tutorial de cómo en unos minutos me monté una “página web” utilizando simplemente la suite ofimática de Google.
Sin depender de contratar un hosting, ni tener ni puta idea de gestión de dominios. Y mucho menos sin pegarme con un CMS como WordPress, o una base de datos MySQL.
En unos minutos ya tenía una casi web accesible por cualquiera mediante una URL.
Por supuesto, no tiene ni de lejos la misma funcionalidad que una web al uso. Ni va a posicionar como potencialmente puede posicionar una web. Pero oye, para pasársela por WhatsApp a conocidos y salir del paso, pues cumple.
Ahora bien, es importante que, cuando apostamos por No Code, seamos conscientes de lo que estamos sacrificando.
¿La razón? Te la pongo bien grande, a modo de titular.
“No Code” significa que el código lo hace otro
Es tan sencillo (y complejo) como parece.
Con No Code democratizamos la creación de proyectos online… a costa de asumir mayor riesgo, por eso de que dependemos de que esos servicios intermediadores que hemos usado sigan funcionando tal y como funcionaban en el momento de desarrollar el proyecto.
Cuando uno de ellos se cae (el servicio se abandona, la funcionalidad que usábamos pasa a ser incompatible con nuestro sistema…) estamos vendidos.
Y sí, que pasa lo mismo con la programación orientada a objetos y el uso de frameworks de desarrollo. Es decir, con la programación que hoy en día todos los desarrolladores utilizamos para diseñar sistemas.
Pero con el matiz de que, en este caso, hay una base mucho más consolidada, tanto de cara al creador, que entiende las tripas de ese desarrollo, como de cara a toda la industria, por eso de que muy probablemente haya una comunidad alrededor de ese framework capaz de clonar la funcionalidad en otro repositorio y/o encontrar alternativas-caminos aledaños para llegar al mismo objetivo.
Tienes, por resumir, muchísimas más herramientas para minimizar el riesgo.
Eso y que, como le comentaba recientemente a un lector de esta página que había creado su web profesional mediante No Code, hay limites claros en lo que puedes llegar a hacer con No Code y lo que puedes llegar a hacer con programación.
Con esto no estoy diciendo que No Code no sea recomendable. Más bien todo lo contrario.
Si gracias a ello reducimos el coste de poner en funcionamiento un proyecto y poder testar entonces si es rentable en el mercado, ¡adelante!
Filosofía MVP (EN) a tope.
Pero no me gustaría que mi negocio, el que da de comer a mi familia, dependiese por completo de un débil equilibrio, del que para colmo no tengo ningún control, entre herramientas generalistas diseñadas por terceros.
Ya hemos visto mil veces el daño que algo así puede llegar a hacernos.
Para eso (tu negocio core) está el desarrollo convencional. Y para eso hay que pagar a gente que sepa hacerlo, o formarte.
¿Para lo demás? No Code en vena, que abarata muy probablemente los costes, tiene menores barreras de entrada, y además es un ejercicio de diseño realmente enriquecedor para quien se lo plantee.
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