Hay dos condicionantes que me han llevado a escribir este artículo: El primero es la última actualización de Chema Alonso (ES) al respecto, y el segundo algunas de las críticas (incluso de dentro de la compañía) que he recibido a raíz de la imagen que acompaña la entrada, y que es pieza fundamental de la web TALENTUMS (ES) que estoy desarrollando para la iniciativa de Telefónica.


talentum

El problema radica en la interpretación social del término hacker, asociándolo a unos valores muy distintos de los que en un principio definieron su sino, y que para colmo resultan perjudiciales.

Y te das cuenta que algo falla cuando la primera respuesta que arroja Google de la búsqueda del término hacker te lleva a la wikipedia (ES), y en esta la primera frase lo describe tal que así:

En informática, un hacker o pirata informático es una persona que pertenece a una de estas comunidades o subculturas distintas pero no completamente independientes.

Si vamos a la wikpedia (EN) original, la cosa mejora sustancialmente:

Depending on the context although, the term could refer to a person in any one of several distinct (but not completely disjointed) communities and subcultures.

El problema es la asociación de hacker con informática, y más aún, con el término pirata informático. Quizás la culpa la haya tenido el MIT, que fue una de las instituciones que puso en boca de todos el término al ser el que internamente se usaba para definir a su comunidad de desarrolladores y diseñadores, allá por los años setenta. Pero su función era la de englobar en un mismo grupo a toda esa gente apasionada en un tema específico, que en este caso se trataba de informática, pero que podría haber sido cualquiera.


De ahí a lo que vemos hoy en día. Cuatro periodistas (lo siento, pero os ha tocado) hablan de algún pirata informático (o cracker), se refieren a él como hacker, y ya la hemos liado.

Un término devaluado por el estereotipo social

Esta situación me recuerda alarmantemente a la que ocurre con el término friki. Un adjetivo por lo general peyorativo, en el que se engloba un grupo asocial de personas amantes de los videojuegos o los comics manga, y cuyo valor en su lenguaje materno (freak) es bien distinto. Quizás por ello, si habéis visto la serie Héroes, os habrá llamado la atención el abuso de esta palabra para refererirse a sus protagonistas, aquellos que tenían capacidades únicas, y por tanto, eran distintos del resto de la sociedad.

Entiendo que todo ello pueda venir influenciado por ese pesismismo tan innato en la sociedad española (e incluso en la latinoamericana). Mientras los estadounidenses tienden a ofrecer un discurso más esperanzador, a utilizar el lenguaje para narrar las virtudes de la vida, el español está repleto de connotaciones negativas.

Todos deberíamos ser hackers

Así de sencillo. Y en menor o mayor medida lo somos.

Si eres un apasionado del bricolaje, o de la cocina, o del cine. Si dedicas tu tiempo libre a aprender idiomas, a cuidar animales, a luchar por tus derechos, eres un hacker.

Puedes ser hacker y no ser un experto. Seguramente lo acabes siendo, ya que tienes en tu interior el germen del éxito: el interés. Pero cualquiera puede ser hacker, y eso es bueno.

Un servidor se considera hacker. Pero no porque me guste la seguridad informática (es más, no cabe duda que tengo más conocimientos sobre diseño y desarrollo), sino porque me apasionan varios temas (con los que afortunadamente trabajo), y no dudo en usar el tiempo libre para aprender más y ejercitarlos.


Por lo que espero que esta entrada sirva para que la próxima vez que veáis el término hacker escrito por ahí, o salga en una conversación, lo uséis correctamente, y entendáis que ser hacker es algo a admirar, y que de hecho rara vez está unido a la piratería.