El algoritmo de Hummingbird (EN) por el que Google ha apostado recientemente podría considerarse como la antesala de una web basada en la semántica y no únicamente en la contextualización.


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Y es pronto para afirmar algo así (de hecho la propia semántica requiere de sistemas inteligentes, una utopía que algorítmicamente aún no estamos en potestad de recrear), pero suponiendo un panorama en el que los buscadores entiendan nuestras peticiones más allá de la comparativa de palabras, el peso de las mismas y la relación entre ellas, habría que ver dónde queda el SEO “de la vieja escuela.

Pienso en ello, y no le veo sentido a las cabeceras. De hecho cada vez más me encuentro en la tesitura de dejar un header más limpio, algo que en su día parecía impensable. Y por supuesto la tendencia de estos últimos años de generar cabeceras para casos de uso como el Open Graph de Facebook, los recetarios de Google o los tweets extendidos de Twitter perderán validez cuando los casos de uso sean simplemente infinitos. Le doy vueltas a la idea de posicionar palabras clave en el texto, y tampoco es que se me iluminen los ojos. En una web semántica, el verdadero valor de una pregunta está en el significado de la misma, y no en cómo está estructurada.

Y entonces llego al contenido, ese que hoy en día es dueño y señor del posicionamiento, y me asaltan las dudas. Qué haría el buscador ante preguntas del tipo: ¿Qué juego de mesa me recomendarías para ejercitar mi capacidad cognitiva?, o las clásicas comparativas tales como ¿Qué tiene más ingredientes, un plato de lentejas o uno de garbanzos? Preguntas totalmente habituales que el buscador deberían analizar como lo que son, un complejo sistema semántico que busca una respuesta sencilla, y en el que intervienen varios elementos que hoy en día analizamos por separado de forma únicamente lingüística.

Es ahí donde las cosas se complican. Porque si el contenido es el rey, eso significa que el buscador debería ser capaz de analizar tanto las preguntas como el propio contenido de cada web, categorizarlo mediante grafos relacionales, y tirar de ellos para ofrecer la respuesta, y no un array de urls a una posible respuesta.

Un tema complejo, del que apenas hemos arañado la superficie.

¿Qué opináis al respecto?