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¿A que tú por la calle no vas enseñando un listado de los amigos que tienes? ¿Y a que para todo lo que dices no hay un registro de la gente que te ha demostrado estar de acuerdo?
Pues esto desde el siglo XXI ha sido la norma en el tercer entorno.
Las redes sociales nacieron con una excusa muy pero que muy buena: poner en contacto a la gente indistintamente de su situación geográfica. Ofrecer unas plataformas para que alguien que no tenía ni ganas, ni tiempo ni sobre todo conocimiento, pudiera dar a conocer lo que diablos quisiese entre aquellos que considera conocidos, o incluso entre una audiencia al más puro estilo medio de comunicación.
Y fue entonces cuando todo se fue a la mierda.
Los KPIs vacíos
Lo he repetido hasta la saciedad: El negocio detrás de la sociabilidad digital está basado en métricas que son puro humo.
Y ojo que lo dice alguien que en parte vive de ello. Que los likes, los RTs, los shares y demás compañía, por sí mismos, son variables que no aportan nada. Son meros números que intentan definir de una forma terriblemente simplificada y vaga la compleja red de efectos que lleva a una persona a estar de acuerdo o discrepar sobre algo, a querer uno u otro producto.
Pero claro, MOLA.
Que los humanos somos así de gilipollas.
Y que para ser el chulo del cole en nuestra época tenías que ser el macarra y ligón de la clase, pero en la de ahora tienes que tener miles de seguidores en Instagram o en TikTok.
Aunque esto no sirva para nada. Aunque sea puro humo.
Estos días Instagram está probando una versión de su aplicación que no muestra públicamente los likes en siete países: Australia, Brasil, Canadá, Irlanda, Italia, Japón y Nueva Zelanda.
Hace un par de meses, decidió aplicar un nuevo diseño del perfil que reducía en tamaño el impacto de los números (seguidores/seguidos) en favor de una imagen de perfil más grande y, sobre todo, mayor importancia al nombre y la descripción.
Y Twitter lleva tiempo haciendo pruebas semejantes.
La cuestión detrás de todos estos movimientos es que como decía no hace mucho, tiene pinta de que 2018 será el punto de inflexión que muchos esperábamos para ver caer la hegemonía de las redes sociales de esta primera parte del siglo XXI en pos de una nueva sociabilidad digital que:
- Antepone la privacidad (y el sentido común): Al menos de puertas hacia afuera, eliminando de un plumazo, o aunque sea dando mayores controles al usuario sobre la mochila histórica que hasta ahora hemos ido creando con nuestra presencia digital (o la falta de ella).
- Dará menor valor a los números: De nuevo, al memos de puertas hacia afuera. Que los KPIs seguirán estando ahí, pero justo donde de verdad tiene mayor sentido que estén (que sirvan de base (y solo de base, no como hasta ahora) para los algoritmos de recomendación de contenido). Los perfiles y el contenido que generemos a lo sumo debería darnos un feedback privado (saber que este contenido ha funcionado mejor que otro), no público.
Que claro, una cosa son pequeñas pruebas que lo mismo no llegan a nada, y otro es que en efecto veamos el día de mañana un Facebook o un Instagram donde de verdad el contenido sea lo único importante.
Que seguramente si le preguntas a una persona de la calle, y esa persona quiere ser sincera, siga prefiriendo que se vean esos likes que tanto nos hinchan el ego.
Pese a que esté demostrado que esto genera un bucle autodestructivo cuyo impacto a futuro tan solo podemos imaginar. Pese a que seguramente una sociabilidad digital sin números haría más feliz (o al menos quitaría parte de presión) a los usuarios.
Porque te recuerdo que esas redes sociales que utilizamos, y que como decía en su día fueron creadas para unir a la gente, ahora son un negocio. Un negocio que DEPENDE únicamente del uso que le demos.
Y si no hay presión por los números, el aparentar y los rankings, lo mismo pasamos a utilizarlas únicamente para estar en contacto, reduciendo drásticamente el tiempo que les dedicamos, y por tanto afectando muy significativamente a su negocio.
Y con la Iglesia hemos topado, amig@.
P.D.: Y sí, sigo liado con la mudanza. De ahí que ayer no tuviéramos email de la Comunidad…
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