Después de los problemas que tuvimos a principios de año con el último producto comprado con el dinero recaudado por la Comunidad (el Xiaomi Mi TV Box), volvemos a recuperar el timing habitual de reviews con el Steam Controller. Un mando desarrollado por Valve que aunque ya salió al mercado a finales del 2015, ha ido sufriendo algunos ligeros retoques hasta la versión que hay en la actualidad.
Y en especial, me interesaba probar en profundidad el Steam Controller no solo por su propuesta de trasladar cualquier tipo de juego a las mecánicas de usabilidad de un mando (entraré en detalle más adelante, ya que esto es verdaderamente disruptivo), sino también por esa capacidad que tiene de ofrecer una suerte de interfaz de control para cualquier tipo de programas o usos que una persona, tenga o no limitaciones físicas, puede requerir en un entorno de trabajo.
¡Empecemos!
Índice de contenido
El Steam Controller como periférico de videojuegos
Lo más probable es que el grueso de usuarios que compran el Steam Controller lo hagan única y exclusivamente para jugar. Es algo totalmente normal, habida cuenta de que históricamente los mandos han estado asociados a esta industria, que quien ha desarrollado este periférico es una empresa líder en el sector gaming de PC, y que para colmo, y hasta donde un servidor tiene constancia, se vende única y exclusivamente en Steam, una plataforma de contenido digital que aunque también ofrece entre su inmenso catálogo películas, música y programas, claramente está especializada en el mundo de los videojuegos.
Así pues, no me queda otra opción que afrontar este primer apartado de la review haciendo hincapié en los éxitos (y fracasos) que creo han tenido los chicos de Valve con el diseño del Steam Controller.
Por casa, hoy en día, tengo un mando de PS3 compatible con PC, uno de Xbox360, otro de Xbox One que recientemente me regalaba Microsoft España, y el Steam Controller. Ya he dicho en más de una ocasión que no soy un hard gamer, más bien un apasionado de la industria con poco tiempo para disfrutar de ella. Además, no me gustan mucho los FPS, dándole bastante más a los juegos de estrategia (casual sobre todo, aunque también algunos más inmersivos) y supervivencia, con algún que otro survival horror de vez en cuando.
El Steam Controller como mando «tradicional»
La experiencia de usuario del Steam Controller como mando tradicional de juego es ligeramente inferior a la que ofrece el de XBox. Es más ancho, es menos pesado (lo que hace que parezca más un juguete) y, al menos en mi caso, no he podido conectarlo por bluetooth directamente al ordenador, teniendo que usar para ello el receptor bluetooth USB con el que viene (lo que me obliga a tener un USB ocupado absurdamente).
Tiene, eso sí, algunas de las ventajas que ya tenía el mando de la XBox, como es el hecho de que es Plug and Play. Lo sincronizas la primera vez, Steam te lo reconoce al instante, te actualiza su firmaware, y sin hacer nada más el mando ya es compatible con cualquier juego que tengas instalado, esté o no dentro de Steam.
Si es de los que le da bastante a juegos de disparos, para colmo, creo que va a encontrarse con un hándicap extra. La decisión de trasladar los cuatro botones de acción al centro derecho del mando, dejando la parte derecha para el trackpad, hace ligeramente más incómodo su uso. A fin de cuentas, el trackpad generalmente no lo va a utilizar para este tipo de juegos, y el mando tiene entonces un espacio considerable ocupado por un controlador sin uso o con un uso secundario.
De aquí creo, de hecho, que vienen la mayoría de comentarios negativos que tiene el mando. El Steam Controller requiere que el usuario «vuelva a aprender» a utilizar un periférico de este tipo. No hay ningún mando en el mercado que ofrezca tal diversidad de experiencia de usuario. Y esto se ofrece a cambio de la necesidad de acostumbrarse a una estructura y un diseño que al menos, los primeros días, se sienten extraños.
El Steam Controller en juegos sin compatibilidad con mando
Bajo este prisma, entenderá usted que aún siendo el mando de la Xbox One (al menos para un servidor) el summum de la experiencia en interfaces de juego «clásicos», las limitaciones que tienen la mayoría de juegos de estrategia/rol/supervivencia obligan a que sean jugados con teclado y ratón.
Aquí es donde precisamente el Steam Controller saca pecho. Porque este periférico puede funcionar como mando tradicional, como mando totalmente mapeable, y también emular cualquier movimiento del ratón. Para ello, ofrece siempre la posibilidad de que nosotros mismos mapeemos las funciones que tendrá cada input del periférico (botones, trackpads, y también sensores de movimiento como el giroscopio que lleva integrado), o bien podemos hacer uso de perfiles ya creados para cada juego por la comunidad de Steam. El trackpad de la derecha funciona exactamente igual que podría funcionar un trackpad tipo de un portátil. Podemos mapearlo simplemente para que reconozca izquierda, derecha, arriba abajo y clicks, para que haga las veces de stick derecho, o bien para que sea a todos los efectos un ratón con un único botón:
Con este mando he podido jugar sin ningún problema a juegos como el Civilization o el Endless Space (en la imagen superior). Juegos que ni el mando de XBox, ni en definitiva cualquier otro mando del mercado, ofrecen dicha posibilidad. Eso sí, parece que la mayoría han optado, como es mi caso, por no utilizar el click del trackpad y trasladar el «click izquierdo» y el «click derecho» del ratón a los gatillos inferiores del mando. La rueda del ratón bien se puede manejar con los superiores, teniendo así un mapeado completo del ratón al que pronto uno se acostumbra. Mover la pantalla con el stick izquierdo y acciones que no se hagan mediante click, en los botones Y/X/A/B de toda la vida.
¿Qué necesitamos más botones? El Steam Controller incluye otros gatillos por detrás del mando. Yo no los he utilizado para nada todavía, pero vaya, que para juegos muy exigentes podrían ser de ayuda. Y lo mismo podemos decir del aprovechamiento de los sensores de movimiento, que cobrará verdadera importancia más adelante, cuando me centre en el papel del Steam Controller como periférico dirigido a personas con problemas de movilidad.
En el modo Big Picture, si vamos a Administrar Producto > Configuración del controlador, nos saldrán varias de estas opciones, mostrándonos las plantillas que ya han creado otros jugadores (con el tiempo de juego global y valoraciones que tiene dicho perfil) y la opción de activarlos para esta o también para futuras partidas.
Es más, podemos tener un máximo de dos perfiles distintos para cada juego, activándose por defecto uno de ellos cada vez que vayamos a jugar.
Esta característica nos abre a un verdadero mundo de oportunidades. Hablamos de que por primera vez en la historia, y sin recurrir a laboriosas configuraciones, podemos utilizar un mando como interfaz de juego indistintamente de si el desarrollador ha habilitado o no su compatibilidad con este tipo de periféricos. Adaptar nosotros, por tanto, la experiencia del juego a la experiencia que queramos tener, y apoyados, si así lo deseamos, por la experiencia que otros jugadores han tenido en nuestra misma situación.
El Steam Controller como interfaz de trabajo en entornos Windows
Aquí viene otro de los aspectos diferenciadores del Steam Controller. El mando no solo es compatible con juegos de Steam, sino en definitiva con cualquier programa del sistema operativo.
De forma nativa, sin hacer nada, podemos controlar la interfaz de Windows, y con ella, cualquier herramienta, como si estuviéramos ante un teclado y un ratón.
Si quisiéramos hacer esto con un mando del tipo Xbox One, además de estar limitados por razones obvias (este mando no cuenta con un trackpad, ergo va a ser una verdadera putada tener que manejar con un stick el ratón), necesitamos de un software de terceros para que sea compatible.
Que yo haya encontrado, parece que Gopher360 (EN) nos permite transformar el stick izquierdo del mando de Xbox en el movimiento del cursor, el botón A como click izquierdo, y el X como derecho, pudiendo remapearlo si así lo queremos.
Es un apaño, por supuesto, pero ni punto de comparación con lo que nos ofrece Steam Controller de forma nativa:
Se hace hasta raro estar tirado en la cama mientras modifico con un mando las fotografías en Photoshop. Ya ni hablemos de la comodidad de navegar en el momento en el que eres consciente que, sin haber configurado nada, X te permite subir unos cuantos párrafos hacia arriba y B hacer lo propio hacia abajo, pudiendo sí así lo queremos controlar nosotros el movimiento mediante el stick izquierdo o la paleta de dirección izquierda (qué, por cierto, también es táctil).
Clickando en el stick, por cierto, se nos abre un teclado dividido en dos partes (imagen inferior). Si nos movemos en la paleta de dirección izquierda podremos escribir las letras y funciones que nos aparecen en el lateral izquierdo. Con el trackpad derecho, la parte derecha. El movimiento, mientras esta pantalla esté abierta, está limitado a estos dos espacios, evitando así que se nos vaya «el ratón» fuera. Me ha parecido una salida muy ingeniosa para agilizar la escritura, que de paso se apoya en la típica biblioteca de palabras contextuales que ya tenemos en cualquier teclado móvil.
En definitiva: No voy a decir que sea más productivo que trabajar con teclado y ratón porque claramente no lo es. Pero te permite hacerlo, cosa que hasta ahora no podíamos hacer de forma cómoda, con una experiencia de usuario más que aceptable.
El Steam Controller como interfaz para personas con limitaciones físicas
La Organización Mundial de la Salud (ES) estima que más del 15% de la población mundial padece algún tipo de discapacidad. Más de mil millones de personas, que se dice pronto.
Gente que, por la razón que sea, ven mermados sus sentidos o su capacidad de movimiento, así como aquellos que tienen alguna de sus extremidades inservibles.
Párese un momento y piense en esta situación.
Por anecdótico que parezca, el mando tipo obliga a que el usuario lo utilice con las dos manos. Si solo tenemos una, o solo parte de ambas disponibles, este periférico no sirve para nada.
Para este tipo de casos, el Steam Controller puede ser una alternativa bastante interesante.
Chris Hepburn demostraba ya a finales del 2015 que el Steam Controller podía ser utilizado para manejar un juego tan, en teoría, complejo, como es el Skyrim, mediante un solo brazo, haciendo uso del giroscopio y de un cojín para apoyarlo.
Por aquí tiene el vídeo de demostración:
Ver en Youtube (EN)
Veía no hace mucho el documental «Gaming Throught New Eyes», en la que seguíamos la vida digital de Toby Ott, un chico de 27 años que sufre de Anoftalmía Bilateral (nacer sin ojos), y no podía parar de preguntarme qué posibilidades le ofrecería un mando como el Steam Controller.
En el vídeo podemos ver que él juega en base a la memoria. Un amigo se sienta junto a él y le va explicando las diferentes partes del menú, que luego memoriza y asocia a los sonidos que se producen al presionar o realizar una acción. ¡Todo esto con un mando de la PS3!
Ver en Youtube (EN)
El Steam Controller permite crear diferentes tipos de vibración. Una suerte de «retroalimentación háptica» que le podría simplificar la experiencia a personas como Toby. Es totalmente parametrizable, como ya expliqué, y para colmo lo hace de forma nativa simplemente teniendo instalado Steam en el ordenador. Descontando la gran cantidad de herramientas de accesibilidad con las que cuenta Windows (ES) para facilitarle la vida a una persona con visibilidad reducida.
Sinceramente, veo aquí una gran oportunidad de democratizar la electrónica de consumo a esas minorías que hoy en día están, de una u otra manera, desplazadas forzosamente de la revolución tecnológica.
El Steam Controller no va a ser la panacea, pero creo que sí puede ser una herramienta más de ayuda, e incluso volverse indispensable para según qué tipología de usuario y qué afecciones tenga.
Conclusiones
No es el mejor mando de la industria para jugar a los juegos que históricamente se han jugado con periféricos de este tipo, pero sin lugar a duda es el más completo, llegando bastante más allá de lo que hasta ahora entendíamos por este tipo de dispositivos.
Puntos positivos
- Usabilidad: Simplemente nos va a permitir controlar cualquier programa (juegos incluidos) aunque no tenga compatibilidad con mandos. Si es de los que le da a juegos de estrategia, o plantea usarlo como alternativa para trabajar de vez en cuando, no hay mejor opción (de hecho es la única que ofrece tanto).
- Plug and play: La configuración inicial es tan sencilla como sincronizarlo vía bluetooth y empezar a usarlo de forma nativa en cualquier entorno. Sin instalaciones, sin jaleos. Simplemente funciona.
- Accesibilidad: La capacidad de parametrizar prácticamente cualquier función del mando, unido a los sensores que incluye y al mapeado, lo dotan de un potencial inmenso como periférico dirigido a todas esas minorías con sentidos o movimientos reducidos.
Puntos negativos
- Diseño: Su tamaño unido a su poco peso lo hace parecer más un juguete, sobre todo si lo comparamos con el líder del sector (mando de Xbox One).
- Logística de envío: El Steam Controller lo vende únicamente Valve desde su plataforma Steam. Y lo envían desde EEUU, por lo que tardará en llegar una o dos semanas, y además hay que pagar los gastos de envío, que en mi caso (envío a España) fueron algo más de 13 euros.
- Re-aprendizaje: Si está habituado a un mando más tradicional como el de PS o Xbox, seguramente va a notar mucha diferencia. El Steam Controller requiere que nos adaptemos a él, y eso puede ser un verdadero problema si lo que esperamos es conectarlo y jugar como siempre hemos hecho.
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El Steam Controller (ES) tiene un precio de 54,99 euros, a los que hay que añadir gastos de envío (para España 11,40 más IVA). En todo caso, si espera a las próximas rebajas (cada cierto tiempo lo rebajan, y también suele estar rebajado en las Rebajas del Verano y las de Navidad), seguramente pueda obtenerlo al 30%. Nosotros lo hemos comprado con el dinero recaudado por la Comunidad a 52,29€, con gastos de envío e IVA incluido, y será sorteado estos días entre todos los miembros.
Si le gustaría ver más de estos tutoriales y análisis por aquí. Si el contenido que realizo le sirve en su día a día, piense si merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.