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Negocios Seguros
Estos días he estado recibiendo bastantes emails de miembros de la Comunidad preocupados por el cambio de normativa de EEUU por el cual las operadoras tienen la obligación de compartir los datos de navegación de sus usuarios con el gobierno. El tema me parece interesante, pero debido a su extensión me parece más correcto publicarlo en exclusiva por nuestra intranet.
Hablé de ello antes de irme a Polonia, y hoy lo vuelvo a sacar a colación de un interesante artículo que leyía en el blog de TroyHunt (EN).
Básicamente este investigador había llegado a la conclusión que MySafeVPN, uno de estos múltiples servicios de VPN que en estos días han creado mucho revuelo como la mejor alternativa para combatir el espionaje gubernamental masivo, es de todo menos seguro.
- La empresa no existe.
- La web está creada con una plantilla prefabricada.
- No se sabe quién está detrás.
- El propio sistema de VPNs parece un queso gruyère.
Y recalco, era algo esperable.
La parte preocupante de toda esta ola de pánico es precisamente esta. Que haya unos cuantos amigos que, vete tú a saber dónde, les da por montar unos cuantos servidores para ofrecer un VPN de pago, invirtiendo de paso miles de dólares en publicidad digital (Adwords y Facebook Ads principalmente), con un retorno de la inversión considerablemente beneficioso.
Cuando hay demanda, hay oportunidad, tanto para los que cuentan con experiencia y recursos necesarios para salvaguardar esa seguridad y privacidad que demandaríamos a una VPN, como para oportunistas .
El resultado es una VPN casera, y como toda VPN casera, es tan segura y privada como nos hayamos molestado en tomar las medias oportunas. Pero para el grueso de esos nuevos potenciales usuarios lo único que van a considerar al respecto es lo que diga el portal web, generalmente falto en explicaciones técnicas y atractivo visualmente.
¿Es necesario una VPN para cada uno de nosotros?
Sinceramente no lo creo. Por mi parte estoy usando una de pago y solo para cuando por trabajo o por viajes me tengo que conectar a conexiones inseguras.
Pero basta hacer un uso con conocimiento de causa de nuestra navegación para minimizar el impacto de medidas como la estadounidense. A fin de cuentas, toda web con HTTPs impide a esas mismas operadoras saber qué hacemos dentro de sus fronteras, y esto compete también a cualquier conexión mediante SSL presente en programas y/o aplicaciones.
Ten en cuenta esto la próxima vez que vayas a recomendarle comprar una VPN a un amigo o un familiar.
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