Interesante la propuesta de Datacoup (EN), una startup hoy en día en fase beta cerrada (1500 usuarios), para democratizar la compra de datos personales.


SellYourData

La idea es bien sencilla, y por aquí no es la primera vez que lo hablamos. Tus datos personales valen dinero, y tal y como están pensados actualmente los servicios de internet, todo este negocio se hace de forma opaca al cliente.

Aceptas la política de privacidad, y con ella la explotación de tus datos, a cambio de disfrutar (normalmente) de un servicio «gratuito». En el otro lado de la balanza, una explotación excesiva de información, que acaban siendo vendida a terceros por un precio bastante superior al que en verdad estás pagando, lo que unido a la tendencia cada vez más habitual de ofuscar este mercado, acaba por mandar por tierra la privacidad del cliente.

Como contrapartida, decir que esta situación solo es rentable cuando hablamos de servicios con una masa crítica de usuarios, por lo que resulta terriblemente complicado para un desarrollo local llegar a obtener en verdad el beneficio necesario para mantener la estructura basada en venta de datos personales, a no ser que por el carácter del servicio, obtenga información personal realmente valiosa.

En su momento un servidor propuso una manera de democratizar este sector, y que pasaba por la creación de perfiles personales donde compartieras única y exclusivamente los datos personales que tú deseases. Para ello, un buen comienzo era apoyar a proyectos como Persona de Mozilla, de tal manera que en esta cuenta estuvieran enlazados diferentes «perfiles» que sirvieran a modo de cartera, y que te permitieran al entrar en un nuevo servicio, «pagar» con uno o más perfiles. El fin era que el cliente tuviera control de qué información estaba cediendo, pudiendo cambiar este perfil o eliminarlo, y de esta manera «dar de baja» este canal de datos personales en todos los servicios donde estuviera operando, algo que hoy en día no tenemos.

Además, con este método matamos dos pájaros de un tiro. El primero el del control de qué cedemos y qué no, y el segundo la privacidad, al separar información personal de primer orden de la de segundo, de tal manera que las compañías interesadas obtienen la información necesaria para segmentar su público sin por ello vulnerar los derechos de libertad del tercer entorno («no me interesa quién eres, sino qué quieres»).

Datacoup ha hecho algo parecido, no tan ambicioso, y centrado en la parte económica. Hace de intermediario entre el cliente y las compañías, de tal forma que los primeros venden sus datos a según qué compañía, y los segundos reciben los datos de forma anónima (información contextual). Por debajo, una plataforma que asegura cifrado AES 256 y control exhaustivo y anónimo de tus datos personales.


No estaría muy esperanzado con el futuro de proyectos de esta índole. Lamentablemente, y aún frente a las terribles noticias de vulneración de nuestros datos personales protagonizadas tanto por grandes empresas como por gobiernos, el grueso de la sociedad ni le va ni le viene. No hay conciencia social, y además de peligroso, es hasta insultante.

Quizás la decisión de ofrecer dinero real, y no «únicamente» servicio, simpatice con algún que otro colectivo, que pueda ver en esto una manera de sacarse un dinerillo fácil. Por detrás, un fin noble, que propone una capa intermedia de anonimato en un sector que está cruelmente masificado.