Manuela López (@manolilp), de la Universidad de Murcia, me contactó recientemente para solventar algunas dudas que tenía al respecto de cara a la tesis doctoral que está llevando a cabo, y gustosamente, le di mi punto de vista.
El objetivo del estudio es conocer la eficacia de las campaña en las que la empresa contacta con blogueros para que escriban sobre sus productos, interesados en particular en que si el bloguero acepta dinero de la empresa por escribir sobre sus productos o prefiere que le envíen el producto para que lo pruebe.
El tema tratado es complejo. Julio Alonso ya decía por 2007 que la compra de post por parte de marcas era algo habitual (ES) aquí y en EEUU, y que lamentablemente no había ninguna obligatoriedad de señalarlo como tal en el artículo, por lo que muchos bloggers recurren a ello sin ni siquiera informar. Desde entonces ha llovido, y el panorama sigue igual o peor, extrapolándose recientemente del medio tradicional al digital ese Native Advertising (ES) que fluye como la espuma, ocultándose bajo la misma normativa de estilo que el resto de publicaciones “legítimas”.
Por otro lado, están los defensores de la venta del espacio en webs (o cuentas sociales) de influencers (ya no hablamos de publicidad en forma de banner, algo que aunque un servidor hoy en día no ha hecho, entiendo que sea el pan nuestro de cada día en medios más voluminosos, sino al engaño del lector en entradas patrocinadas que no aparecen como tal) aluden al eterno presente en internet. Que las webs de por sí no dan dinero.
Y claro que no lo dan. Esta santa casa, con 15000 usuarios de media mensuales, cuesta a quien escribe estas palabras unos 100 euros anuales (sin contar el tiempo que me paso día tras día escribiendo, que entonces ya sería un cachondeo). Pero lo hago porque me gusta, y porque los lectores me pagáis con el debate de los temas tratados, con la difusión de las entradas, con el conocer nuevos usuarios afines, con posibles proyectos, con invitaciones a eventos,…
PabloYglesias nació como nacen muchas de estas iniciativas. Intentando crear un sitio donde plasmar mis inquietudes, y dudo mucho que el día de mañana se vuelva “institucional”. De hecho ya he dicho que no a la participación en alguna que otra red de bitácoras, ya que entendía que sería perder parte de ese atractivo “subjetivo” que puedes tener en separado.
Sé distinguir muy bien lo que es placer de trabajo. En el CIGTR (ES) escribo de seguridad informática, sabiendo que quien tengo por arriba tiene unos objetivos y unas prioridades que debo cumplir. Lo que escribo aquí sale de mi interior, y ya me pueden poner delante de la mesa un buen fajo de dinero o uno de los gadgets más in de la actualidad, que escribiré sobre el producto partiendo de mi experiencia y de mi propio juicio. Quien no le guste, tiene muchos otros sitios donde intentar comprar el espacio. Quien recurre a mí, recurre con la intención de que critique lo que tiene entre manos, para bien y para mal. No entiendo esta web como un negocio, sino como una agenda en la que dejar mi testimonio diario, y que me sirve tanto a mí como a vosotros como repositorio informativo.
Por otro lado, tengo muy claro que siempre os he avisado y siempre os avisaré cuando algo de lo que estoy hablando viene motivado por un artículo que me han cedido o al cual me han dado acceso. Y lo dejo bien claro porque me gusta ser honesto, porque opino que si llegara a decir cosas buenas del mismo, a un servidor le gustaría saber que salen de la experiencia del escritor y no son una mera forma de dar las gracias a la marca que hay detrás.
También hablamos sobre las prioridades que tendría para aceptar un producto. En este caso, tengo que decir que por falta de tiempo (y en algunos casos de ganas o afinidad con el mismo) suelo descartar bastantes. Escribo sobre lo que me gusta escribir, y como bien sabéis, me parece absurdo soltaros el rollo de requisitos/prestaciones/características de un producto sin dar un activo de valor diferencial del mismo (para eso tenéis los grandes medios tecnológicos, que seguramente leáis como yo también los leo), por lo que de todo aquello que llega a mis dominios, suele acabar siendo más bien poco lo que acaba por dar para una entrada, y siempre justificado en algún aspecto que sí me parece que puede interesaros (al menos a mí me interesa).
Y ya como corolario, enlazo por aquí una entrada que escribí hace ya tiempo sobre cómo contactar con un blogger, y que ya os adelanto que va en dirección opuesta a esas odiosas newsletters impersonales.
Hola Pablo, muy honesto lo que dices, y creo que debería ser así en otros blogs, hay algunos que ya huelen con el titular a comprados, sin embargo no dicen ni pío al respecto a sus lectores, aunque lo puedas intuir serán muchos los incautos que se tragarán el texto como objetivo, sin embargo, habrá quienes tras leerte un tiempo, saber de que escribes y cómo, capten ese detalle, será en ese caso donde no ser honesto te juegue una mala pasada, perder ese suscriptor o lector asiduo que tanto te ha costado captar por algo tan absurdo como no aprovecharte de esa confianza que ya tienes con él para decirle que necesitas ingresar unos euros por hablar de un producto.
Es justo lo que dices RaMGoN, me parece absurdo ya que cualquiera con dos dedos de frente, después de seguirte durante un tiempo, se va a acabar dando cuenta. Intentar ocultar lo que haces solo ocasiona problemas futuros. Y es más, no cuesta nada decir que en verdad es una entrada patrocinada, o que nace de un producto que ha sido “cedido” para tal caso.