La altiplanicie era como un navío anclado en un estrecho de polvo leonado. El canal zigzagueaba entre orillas escarpadas, y de un muro a otro corría a través del valle una franja de verdor: el río y sus campos contiguos. En la proa de aquel navío de piedra, en el centro del estrecho, y como formando parte del mismo, se levantaba, como una excrecencia geométrica de la roca desnuda, el pueblo del Malpaís. Bloque sobre bloque, cada piso más pequeño que el inmediato inferior, las altas casas se levantaban como pirámides escalonadas y truncadas en el cielo azul. A sus pies yacía un batiburrillo de edificios bajos y una maraña de muros; en tres de sus lados se abrían sobre el llano sendos Precipicios Verticales. Unas pocas columnas de humo ascendían verticalmente en el aire inmóvil y se desvanecían en lo alto.
—¡Qué raro es todo esto! —dijo Lenina—. Muy raro. —Era su expresión condenatoria favorita—. No me gusta. Y tampoco me gusta este hombre.
[…]Todavía le gustó menos lo que le esperaba a la entrada del pueblo, en donde su guía los dejó solos para entrar a pedir instrucciones. Suciedad, montones de basura, polvo, perros, moscas… Con el rostro distorsionado en una mueca de asco, Lenina, se llevó un pañuelo a la nariz. —Pero, ¿cómo pueden vivir así? —estalló.
Este extracto de Un Mundo Feliz de Aldoux Huxley define con bastante exactitud la sensación que muchos de nosotros vivimos al conocer por primera vez la India.
Una visión distorsionada por la falacia de La Gran Mentira del mundo occidental, por la aparente evolución y superioridad de nuestra civilización.
India es un país enorme, pervertido a su manera por el influjo del consumismo, y donde la cultura y la religión siguen jugando un papel fundamental en la sociedad.
Así, vuelvo a España después de 11 días de viaje, y de más de 1500 kilómetros recorridos en carretera, con una intensa confrontación de sentimientos.
Un país de contrastes, que definiría, vitaminados por otros tantos que de por sí un servidor ya traía de casa por la cultura que me ha amamantado durante toda la vida.
El duopolio higiene y pobreza
Resulta imposible no chocar en estos puntos cuando se visita por primera vez India.
Los olores, los animales salvajes, el continuo ruido de los cláxones, la basura en el suelo,… es difícil olvidarse que estamos en un país en vías de desarrollo.
La falta de higiene hace que el paso por India se vuelva, hasta cierto punto, un viaje de aventura.
Nuestras defensas naturales, aletargadas por decenas de años de delegación de sus labores en productos químicos, empobrece la experiencia y te hace vivir en un permanente estado de alerta. Del grupo con el que coincidí en el viaje, creo que todos hemos pasado por varios problemas estomacales, incluso considerando que únicamente bebíamos agua embotellada y comíamos en lugares considerados en principio seguros (hoteles y restaurantes).
Esa forma de vida más cercana a lo natural (a lo salvaje, que diría Bernard en la obra de Huxley) arroja riesgos para aquellos que provenimos de un país más avanzado (al menos desde nuestro punto de vista), donde la higiene y el control de las calles hace que hayamos dejado muchos de estos problemas tiempo ha.
La suciedad viene de la mano de una sociedad mayoritariamente pobre. 1100 millones de personas viven en India, y la mayoría lo hace por debajo del umbral de pobreza.
Y en cambio, es uno de los países con más multimillonarios del mundo. Una desigualdad que nuevamente contrasta con lo que estamos acostumbrados a ver.
No hay clase media. Existe una aparente vida de supervivencia (intento vender lo que tengo día sí día también para obtener algo de dinero con el que alimentar a mi familia), que transcurre alrededor de calles sin asfaltar, de auténticos vertederos de basura (no suele haber papeleras ni muchísimo menos un sistema de alcantarillado), de animales salvajes, de humedad y calor. El caldo de cultivo perfecto, vamos.
El papel fundamental de la religión
Con un 80% de ciudadanos, el hinduismo es la religión mayoritaria del país, seguida muy de lejos por el islam (14%) y otras minoritarias (budismo, cristianismo, sikhismo,…).
Una religión que juega como engrasante perfecto para controlar a la sociedad, excusándose en que los deseos son nocivos para alcanzar la felicidad, y que según en qué familia nazcas tendrás derecho a prosperar hasta cierto límite.
El sistema de castas no está amparado por la ley, pero sí por la comunidad. Cualquier persona por ley puede aspirar a una vida mejor, pero en la práctica una persona de una casta inferior seguramente encontrará problemas para obtener un trabajo dirigido a una casta superior, o incluso para casarse con otra persona de distinta casta.
Son elementos básicos en un sistema de control que en nuestra sociedad ha ido evolucionando hasta el despotismo de la barrea de acceso nula al conocimiento.
En India la información que consume el ciudadano es mayoritariamente la información que llega desde organismos oficiales y regulados, habiendo todavía una gran brecha generacional y tecnológica.
Con tan solo un alfabetismo del 60% (y de este, un 20% que únicamente sabe leer y escribir su nombre), el principal problema de India no radica en su falta de infraestructura, sino en la falta de herramientas educativas que transforman a sus habitantes en meros títeres de un gobierno corrupto y asquerosamente rico.
Y sin embargo, hay situaciones en las que la religión arroja buenas impresiones. Al igual que ocurría con el estado de control basado en el Little Brother que nuestros países parecen estar empezando a vivir, la religión en India es un arma de doble filo.
Tan pronto sirve de control de la ciudadanía, como para su autoregulación, generando un sentimiento de humildad y apoyo al prójimo que lamentablemente no tenemos en nuestros países.
Religiones como la de los sikhs, que no dudan en abrir sus templos para ofrecer comida y alojamiento a cualquier persona que así lo requiera, me devuelven la esperanza en el ser humano. Esa falta aspiracional permite que la mayoría de personas sean felices con lo que tienen. No existe (prácticamente) en India los problemas asociados a la presión social (ansiedad, estrés,..). Quizás influenciado por el desconocimiento a lo que hay más allá, pero ¿hasta qué punto esto supone una desventaja para el individuo? ¿No es nuestro mayor objetivo encontrar y disfrutar de una vida feliz?
El propio afán de servidumbre, e incluso el saludo convencional de los hindúes (namaste) demuestra que hay elementos en la religión que deberían ser integrados en nuestra cultura. No por lo que representan, sino porque en esencia son esas pequeñas cosas (solidaridad, empatía, humildad) que hacen prosperar realmente a una sociedad.
Vuelvo por tanto al confort de una civilización proteccionista, defensora a ultranza del capitalismo, y dejó atrás otra cultura más hedonista, con sus claros y sus oscuros. Y seguramente vuelva “infectado” por aquellos elementos que gustosamente he dejado entrar.
Dicen que viajar es la cura a muchas de las dolencias culturales. Y suscribo este corolario.
Lo que me ha quedado claro después de todos estos días, es que ese Malpaís que Lenina criticaba desde los ojos de una ciudadana del mundo no salvaje, demuestra que hay culturas ahí afuera que todavía tienen ese germen libre de la hegemonía occidental. Esa peligrosa necesidad de posesión de bienes, de empoderamiento de lo material frente a lo espiritual.
Lo cual es un alivio, a fin de cuentas. Pese a que nos resulte raro. Pese a que “no nos guste“.
Gracias por compartir tu experiencia, seguramente da para muuuchos artículos mas.¡Qué sociedad tan distinta!!! parece imposible que tanta gente viva su vida sin más ni menos, sin tener una visión global del mundo, sin tener una visión de cambio. Lo que más me impresiona es la capacidad que tienen de “aceptar lo que les toca”, y listo. No digo que es mejor ni peor… pero es tan ajeno a nuestra forma de vida… lo que sí me parece muy injusto es la extrema pobreza de muchos y la “extrema” riqueza de pocos… 🙁
Lo has definido muy bien. Vuelvo y no me queda claro qué modo de vida es mejor. Quizás de hecho no sea tan sencillo.
He visto muchísima felicidad en sus gentes, y es algo que en países desarrollados no tenemos. Y por otro lado, creo que no hay nadie que una vez tiene el conocimiento (el cual parece que nos hace más infeliz) no sigue indagando para enriquecerlo y vuelve atrás. Por algo será.
La cuestión es que hasta cierto punto es un alivio ver que todavía hay países (y países tan grandes) libres (hasta cierto punto) de esta vorágine informativa. Que al menos haber hay elección por ahora.
Caso aparte es el tema de la pobreza y el aceptar lo que te ha tocado, que entiendo juega un papel trascendente para mantener a raya a 1100 millones de personas. Porque imagínate qué pasaría si de repente, esos 1100 millones quieren tener un coche, o quieren tener unos estudios superiores, o…
Gracias por este pequeño relato de tu experiencia. Seguro que ha sido fascinante el choque cultural y hasta emocional.
¡Qué mundo tan increible!…(En lo bueno y en lo malo). No conozco India, pero siempre la imagino con un olor, digamos que “muy diferente” a lo que acostumbramos.
Un viaje apasionante, sin duda, Agustín. Totalmente recomendable.
Eso sí, hay que ir preparado. El choque es fuerte, tanto por todo aquello que a nosotros como occidentales hemos dejado atrás hace mucho tiempo, como por todo aquello que no entra en nuestra cultura, pese a que sea más humano y ético.
Gracias por el comentario, ¡y a ver si te animas!
Tremendo viaje que te has pegado Pablo, ¿cuántos días te costó digamos adaptarte al choque de cultura y medio? ¿o uno no llega nunca a adaptarse y menos en sólo 10 días?
Hombre, en tan poco tiempo solo te quedas con la superficie. Ten en cuenta que aunque me recorrí más de 1500 kilómetros, he visto apenas una pequeña parte del noroeste de la India. Y que además, aunque también he estado por pueblos, he visto quizás la parte más turística del país (Delhi, Jaipur y Agra).
Todavía será más impactante la zona sur, con sus pueblos campesinos.
En todo caso, te vuelves dolido y entusiasmado. Es difícil explicar las sensaciones, la verdad. Hay tantas tonterías que son tan diferentes en una sociedad oriental que al final es una continua confrontación con tus creencias y cultura, y la de ellos…
Hola Pablo!! Gracias por compartir tu experiencia, yo soy una enamorada del país; 6 meses trabajando como voluntaria, 32 días viajando con mochila sola 2 años consecutivos y todavía guardo esa esencia que no se puede olvidar; sus colores, su magnetismo, felicidad sin tener nada, su espiritualidad y tantas cosas que tu habrás percibido en estos días. Idependientemente de si entendemos su manera de vivir o su religión, ellos están dotados de algo que nosotros carecemos y es que saben ser felices sin necesidad de nada y en nuestro Mundo consumista no tenemos tiempo de meditar que cuanto más necesitamos más vacíos estamos. Un saludo Pablo!!
Estoy totalmente de acuerdo con lo que mencionas. Y me queda pendiente volverme de forma reposada, mochila en mano, y sin las “prisas” de conocer. Simplemente disfrutar del momento, de sus gentes, y respirar la libertad de una vida más cercana a la naturaleza, con sus pros y sus contras.
Muchas gracias Elia.
Gracias Pablo Por compartir tus experiencias en pais tan diverso y con mucho contraste, nos podria brindar tu opinion que es lo que pasa con la otra “mayoria de extrema riquesa”, que hacen, como desarrollan la tecnologia, como logran “vivir tranquilos” si puede decir asi el transcurso de sus vidas, se entiende sustentados por su religion. Nuevamente gracias y bienvenido.
Te lo podría decir, pero sería de oídas. No he vivido ese mundo, ya que he ido con la idea precisamente de alejarme de todo aquello (y seguramente mi cuenta no está a la altura jajaj).
Pero básicamente hay que entender que India es un país enorme, una potencia emergente que está aún por despegar.
Hay mucho trabajo por hacer, y donde hay necesidades, hay oportunidades. De ahí que por ejemplo las universidades de ingeniería estén muy bien valoradas a nivel mundial.
India es la cuna de varios de los grandes ingenieros que pueblan actualmente las empresas estadounidenses. Son muy trabajadores y vienen con una base muy buena.
A esto, hay que unirle que la corrupción y el sistema de castas es una buena herramienta para volver más ricos a los que ya lo son y más pobres al resto. El actual presidente de India viene curiosamente de una casta baja, y está luchando por primera vez en años contra estas desigualdades (hasta ahora, India había sido gobernada por el mismo partido). Y aun así, se calcula que de cada 100 rupias que salen del gobierno, llegan 30. Por el medio, manos negras que se encargan de llevar comisiones para “permitir” que las iniciativas que harían prosperar al restos de castas salgan adelante.
No hay un gran control (entiendo que es muy pero que muy difícil hablando de 1100 millones de personas), y eso favorece el hurto y los negocios clandestinos, que nuevamente vuelven más ricos a quienes ya lo eran.
En fin, que es una unión de muchos factores: Oportunidad, una buena cantera de profesionales, una cultura trabajadora, corrupción, sistemas sociales injustos e intereses por mantener el statu quo. Más o menos lo que se puede vivir en el resto de Asia (China, Myanmar,…).
Gracias por compartir tu experiencia, aún cuando la describes desde tu punto de vista, también me permite conocer e imagino cada descripción que das, pienso en las cosas que hay en común entre las personas de ese país y nosotros (me refiero a mi país 😛 ), en los aspectos en los que coincidimos y en los que somos diferentes.
Siempre hay un punto de opinión Yahaira, pese a que se intente ser lo más objetivo posible (y en este caso no era lo buscado :)).
Me alegro que te haya servido. Muchas gracias!
Hola Pablo. Interesante reflexión sobre la India. Reflejas lo que todo aquel que ha visitado este lugar por primera vez siente.
Me gusta que menciones nuestro “supuesto desarrollo” porque, una de las cosas que descubres tras un viaje así, es, que desarrollo tecnológico suele cursar con falta de empatía y humanismo en la población.
Te recomiendo que visites mi blog personal a fin de leer el resumen que he hecho sobre mi viaje a India. Aquí te dejo el Link:
Enlace (ES).
Muchas gracias por tu artículo.
Un saludo;
Soraya R. Oronoz
¡Qué seriedad! Como si no te conociera jejej.
Cuenta con ello Soraya. Muchas gracias por el apoyo, y me alegro que te haya gustado :).
Gracias por el aporte!!!
He escuchado y leído muchas cosas de India, me impresiona cuan diferencia le encuentran en comparación; Dejenme contarles que cuando te toca vivir en un país en “vías de desarrollo” te das cuenta que India es como una prima lejana y a donde va se lleva un poco de lo que encuentras en un país como el mio (aunque puede ser al contrario).- Sin duda podemos tener culturas diferentes y… pero siempre se encontraran con un diamante en bruto en medio de la suciedad.
Por supuestísimo Angie. Por supuesto.
Y quiero que quede claro este punto. Igual que había cosas que sin duda no me han gustado, envidio esa sociedad que parece al menos desde fuera más feliz que la de mi tierra, con toda la importancia que la felicidad tiene en la vida, que no es baladí.
Muchas gracias por el comentario!