Lo comenté de pasada cuando se presentó Apple Arcade, y un mes largo después de haber aprovechado los 30 días de prueba gratuita y haber renovado, lo sigo diciendo: Apple Arcade es, de lejos, la mejor iniciativa que hemos tenido desde el mundo de la movilidad a eso de democratizar el acceso a los videojuegos al gran público.
O al menos, claro está, a los usuarios de productos de Apple.
Android parece interesado en seguir su estela con Play Pass, pero sin lugar a dudas de una manera muchísimo más humilde (en ese pago mensual incluyen videojuegos pero también otro tipo de aplicaciones, y en ningún caso hay exclusivos).
Y ambos servicios cumplen por una sencilla razón: Los juegos incluidos en Arcade y Play Pass NO PUEDEN contener micropagos ni publicidad in-app.
Es decir, se prima la calidad y la experiencia sobre los intereses de negocio. Unos intereses que están ahí, y que por ahora, al menos de cara al público, desconocemos cómo funcionan (¿qué reparto de esos 5 euros por usuario se hace entre Apple/Google y el desarrollador? Y sobre todo, ¿cómo se realiza ese reparto entre desarrolladores? ¿Por horas de uso, por descargas, por género…?).
Sea como fuere, y en espera de ver si en el futuro la cosa, al menos con Arcade, sigue el buen ritmo de lanzamientos que está teniendo desde su lanzamiento, lo cierto es que de pronto cualquier usuario de dispositivos móviles (es decir, prácticamente la totalidad de seres vivos en el planeta) puede acceder a un catálogo específico y bien segmentado de videojuegos que, recalco, basan su modelo de negocio en el propio servicio de pago, y no en generar unas mecánicas de juego que impulsen la compra in-app o molesten con anuncios continuos.
Lo que de facto acerca la industria del juego móvil a la industria del videojuego tradicional. E incluso, viendo cómo está el sector con los malditos DLCs y los pases de temporada, abre la veda a una nueva época dorada en eso de jugar desde tu tablet o smartphone.
No debería ser por tanto una sorpresa que algunos estudios de videojuegos (de los de las consolitas) hayan dado el paso a Arcade.
Por ahí tenemos a Dodge Roll, que se encumbró en su día con Enter the Gungeon, sacando un Exit de Gungeon (ES) exclusivo (al menos de forma temporal) para Arcade como secuela indirecta de su primer éxito, o Klei, uno de mis estudios preferidos (Don’t Starve, Invisible Inc…) dando luz a otro exclusivo de la plataforma: Hot Lava (ES).
Pero más allá de hablar de estos títulos más “para gamers”, quería pararme en unas cuantas propuestas de la plataforma que creo son ejemplos perfectos de un producto creado dentro de la industria que perfectamente puede deleitar el apetito por nuevas experiencias de alguien que no se considera jugador. De todos esos usuarios de tecnología que sienten que el mundo del videojuego no es para ellos… pese a que le hayan echado más horas de las que les gustaría reconocer a un Candy Crush Saga o que en su día descubrieron de forma casi fortuita por el boca a boca algunas joyas ocultas en las tiendas móviles como Monument Valley.
Índice de contenido
Assemble With Care
Ustwo games es el estudio detrás de esta pequeña y magnífica obra. Los chicos de Londres se definen a sí mismos como diseñadores gráficos, y de hecho desde 2011 han participado más en la creación de apps móviles que en el desarrollo propiamente dicho de videojuegos.
Algo que de lejos quedaba claro en aquel primer Monument Valley, en sus inicios con Whale Trail Frenzy, y que roza la perfección en Assemble With Care.
En este título haremos las veces de una chica que se muda a un pueblo para probar fortuna. Y en sus poco más de una decena de capítulos nuestra misión será arreglar los objetos que algunos de sus ciudadanos nos piden.
Una excusa para mostrar, nuevamente, que de diseño Ustwo entiende “un poquito”. Ya no solo porque la historia se va narrando con una muy cuidada estética como de pintura hecha a mano en una suerte de diario que escribe y comenta la misma chica, sino porque es todo un deleite liarte a desmontar un cámara de fotos, observando el detalle de cómo según con la fuerza con la que desplacemos el destornillador la rosca se suelta más o menos rápido, que en todo momento tenemos en la pantalla una taza de café que sirve para activar el menú de opciones, o que cada pieza tendrá un espacio previamente elegido por los desarrolladores en la mesa que hará las delicias de los maniáticos del orden.
Assemble With Care no es un juego difícil, y de hecho se nota que no se ha planteado como tal. El objetivo es más contarte una historia en la que el materialismo es tratado de forma pura, sin ínfulas capitalistas, ya que permite que con nuestros arreglos sus dueños recuperen una parte del pasado o presente que habían perdido (una amistad, unos recuerdos, una manera de olvidar aunque sea temporalmente un mal que los azota…).
Y como no hay que monetizar salvajemente la propuesta, dura justo lo que debería durar: entre una hora y dos horas, según te pares más o menos a disfrutar cada capítulo.
Con un final hasta cierto punto previsible, pero que no por ello te deja peor sabor de boca. Todo lo contrario.
De hecho en un momento en el que un servidor se había ido este fin de semana a fregar los cacharros me encontré a Èlia de pie aprovechando para juguetear con una caja de música que estaba intentando arreglar :).
Muy pero que muy recomendable.
Aassemble With Care está disponible únicamente en Apple Arcade (ES).
Sayonara Wild Hearts
Tengo que reconocer que cuando le di al play iba muy poco predispuesto a disfrutar de un juego como este. No soy mucho de música electrónica, y menos aún de una propuesta tan sumamente psicodélica.
Pero nuevamente me han roto todos los esquemas, y no me queda otra que aplaudir lo que sin lugar a dudas es un gran ejemplo de “juego para cualquier público”.
La premisa de Sayonara Wild Hearts es por todos conocida: El desamor de una chica y la necesidad de pasar ese mal trago.
Partimos por tanto de un corazón roto que llevará a la protagonista, figuradamente, a cruzar una “autopista astral” en la que deberá de enfrentarse a diferentes cartas del tarot que simbolizan su estado anímico.
Y lo haremos al ritmo de música electrónica. En particular la de Jonathan Eng y Daniel Olsén, con la voz de Linnea Olsson, que han encontrado en esta propuesta una manera creativa de ofrecer un álbum de música electrónica interactivo.
Porque sí. Su veintena de capítulos son, a fin de cuentas, los títulos de ese álbum que para disfrutar deberemos hacerlo acompañando a la protagonista en unos muy pero que muy variados escenarios, con mecánicas totalmente distintas (tan pronto estás en juego de carreras como pasas a un bullet hell, a un shotter o incluso a una suerte de juego de lucha 2D…).
Todo al ritmo de la música. Adobado con esa búsqueda insaciable de corazones para llenar el de la protagonista (y que ofrece, de paso, una excusa para rejugarlo una vez terminado).
¿Que cuanto dura? Pues lo que dura un álbum de estos. A poco que seas un pelín habilidoso en apenas media hora puedes terminártelo. Aunque ya te digo que es un título que se presta, por eso de conseguir el Oro en todas las ¿canciones? a rejugarse.
Y si no lo eres tranquil@, porque tan pronto pierdas tres veces seguidas en un mismo sitio el propio título te ofrece la opción de pasártelo él mismo.
Que la idea es que disfrutes de la experiencia, no que te frustres.
Algo que hará las delicias de muchos. Aquellos que no son mucho de juegos, por eso de que es una excusa para escuchar de una manera diferente un álbum de música electrónica. Y aquellos que venimos del mundo del gaming, porque Sayonara Wild Hearts inmortaliza en esa corta experiencia muchísimo de los juegos clásicos que forman parte de nuestra historia.
Sayonara Wild Hearts está disponible únicamente en Apple Arcade (ES).
Mosaic
Y pasamos de uno de un ritmo frenético a otro muy pero que muy pausado.
Mosaic es una crítica voraz de la rutina consumista de nuestra época oculto bajo un estilo marcadamente anguloso y unas mecánicas de juego que son, como ya ocurriera con otros títulos que analizamos por aquí, consciente e ideológicamente molestas.
Te levantas, te lavas los dientes, te peinas, lloras un poco delante del espejo asqueado por la vida que tienes, te vistes y sales rumbo a tu trabajo. En el ascensor te cruzas con algunos vecinos, pero es que estos, absortos en sus propias mierdas, ni te saludan.
Después de caminar por calles repletas de personas que solo miran hacia delante y publicidad de productos que debes ayudar a crear para luego poder comprar con el dinero que has ganado construyéndolos, llegas a ese trabajo de mierda en el que pasas prácticamente todo el día, teniendo solo de aliciente el saber que esta noche, cuando vuelvas a casa, puedes jugar en tu smartphone a ese juego absurdo de click impulsivo para ver si consigues más puntuación que el día anterior mientras pierdes el tiempo viendo la televisión.
Y vuelta a empezar.
Un juego que ante todo invita a la reflexión. Porque, ¿qué pasará si hoy decido no asearme? ¿Y si me da por bajar las escaleras en vez de ir por el ascensor?
Una oda a romper el status quo de nuestros días, que también ofrece unas pocas horas de juego hasta que ves la pantalla de fin.
Mosaic está disponible en Apple Arcade y Steam (ES), y el año que viene pretenden que llegue también para Xbox, PlayStation y Switch.
Los juegos para los que no se consideran jugadores
He hablado por estos lares de tres, pero también podría haberlo hecho de Mini Motorways, de los creadores de Mini Metro (ES) y compañía, o cómo encontrarle el gusto a eso de crear el trayecto más adecuado entre diferentes puntos para que una ciudad no se colapse con el tráfico/atascos/metros/ferrocarriles, o Posessions (ES), un ingenioso juego de vista en el que tenemos que encontrar la manera correcta de ver una estancia para que todos sus elementos tengan sentido (el gato esté colocado sobre el sillón, esa manzana apoyada en la mesa y no volando…).
Son solo algunos ejemplos productos que expanden el universo de lo que algunos en la industria consideran “videojuegos”. Porque ya he explicado que hay vida más allá de los shotters y del resto de juegos violentos.
Si queremos que este mundillo se vuelva tan mainstream como se ha vuelto el cine, es necesario que apostemos también por iniciativas como la de Apple, y entendamos por qué algunos estudios están decididos a acercar sus creaciones a entornos tan históricamente dañinos como lo ha sido la industria del juego en móviles, con propuestas que son profundamente interesantes, que desafían la manera que tendemos a entender este sector, y sin caer, afortunadamente, en esas mecánicas de monetización que a muchos nos hicieron salirnos del medio.
Que 5 euros al mes si en efecto Apple me sorprende con uno o dos títulos de este tipo, considero que es un dinero bien invertido.
Hace tiempo que no tengo tiempo para dedicarle a un mismo título tropocientas mil horas. ¿Pero una experiencia corta, de una o dos horitas, que me deje buen poso? ¿Por 5 euros?
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