vision pro

El lunes volvimos a tener misa conferencia de presentación de dispositivos y software en Cupertino.


El hype estaba por las nubes, ya no solo por ver ese nuevo ordenador Pro y lo que traerían de nuevo las nuevas versiones de cada sistema operativo de la manzanita (mejoras iterativas, nada que me haya llamado la atención), sino porque todo apuntaba que sería el día de la presentación oficial de las gafas de Apple.

Y así fue.

Las Vision Pro (ES) de Apple llegarán a finales de año/principios del que viene a EEUU, y a los pocos meses, irán desembarcando en el resto de mercados.

Es, de hecho, el primer dispositivo nuevo que la compañía lanza en años. Uno que abre un nuevo mercado, como en su día ocurrió con el iPhone, con el iPad, o con el iWatch.

Un mercado que ya cuenta con otros referentes, pero que como suele pasar, faltaba que Apple entrase para que probablemente acabe llegando al público masivo.

Aunque con un pequeño matiz, y es que las gafitas de Apple cuestan 3500 dólares sin impuestos (como se presenta en EEUU todo). Lo que con impuestos y el cambio que suelen hacer las tecnológicas para cubrirse de la inflacción, tranquilamente supondrá que acabarán llegando a España por cerca de 4.000 euros, si no es más.

Un coste que lo aleja, al menos quiero pensar que así es, del público generalista.


Pero este no es el problema del que hablaba en el título. Se trata de otro bien distinto, y que afecta tanto a gafas como las Hololens de Microsoft (que rondan ese coste, por cierto), como otras como las MetaQuest de Meta o las PlayStation VR (por debajo de los 600€).

Hablaré no obstante de ello más adelante, porque antes hay que decir lo que creo es incuestionable: En efecto estamos ante un dispositivo tecnológico de vanguardia.

Uno que quizás ni tú ni yo necesitemos para nada.

vision pro opacidad

La propuesta de Apple por la realidad mixta

Empecemos por el principio.

Las Vision Pro de Apple son unas gafas de realidad mixta, lo que quiere decir que aplicará una capa de realidad aumentada… sin tener que aislar por completo al individuo que las usa, que seguirá, si así quiere, viendo su entorno.

En este punto ya se diferencia de la mayoría de gafas enfocadas al ocio/gaming, que apuestan por la realidad virtual sin contemplaciones.

Las Vision Pro cuentan con una corona como la del Watch que permitirá definir el grado de “opacidad” que tendrán las gafas. Y además, un tema que me ha parecido muy interesante es que usará las cámaras delanteras para identificar si alguien se nos acerca, de manera que en ese momento bajará la opacidad tanto de lo que ve el usuario, como del propio visor, para que la otra persona pueda ver los ojos de quien está utilizándolos y mantener, se supone, una conversación fluida sin tener que quitárselas.


Mi duda en este sentido es si como pasaba al menos con la primera versión de las Hololens (la que probé en su día), esa realidad mixta supondrá aceptar un nivel de oscuridad considerable de nuestro entorno. Con las Hololens pasaba (con ellas puestas parecía que estábamos siempre con las luces apagadas, como en penumbra), y con estas en principio no debería ocurrir al poder regular la opacidad, pero ya veremos…

¿Otro acierto? Pues que no necesitaremos estar conectados a un ordenador para usarlas.

Dentro de las Vision Pro está el procesador M2 que tan buenos resultados está dando a la compañía (un servidor, que usa como ordenador principal un mac con M1, puede constatarlo), y además se han sacado de la manga un SOC extra llamado R1, encargado de hacer que esa realidad mixta se sienta de verdad fluida delante de nuestros ojos.

Con una autonomía de 2 horas como mucho, eso sí, utilizando una batería externa (que no me ha quedado claro si vendrá incluida o habrá que pagar otro riñón por ella), o con la opción de enchufarlo a la corriente, y perdiendo entonces esa libertad total de movimiento.

Las pantallas, por cierto, con calidad 4K. No han dejado claro la resolución real que tendrán, pero hablan de que cada micro-OLED que tendremos pegada a los ojos cuenta con 23 millones de pixeles, lo que probablemente suponga que, en efecto, estaremos ante una experiencia que se acercará bastante a la que hemos visto en el vídeo de presentación.

¿Qué mas?

Me ha parecido muy interesante la propuesta por usar estas gafas para recordar momentos pasados. Y me explico:


  • Obviamente, las gafas cuentan con cámara frontal con la que podremos inmortalizar los momentos, pero eso sí (y aquí la novedad), creando una suerte de vídeos e imágenes en 3D, y con el sonido envolvente que ya vimos en otros productos de la manzanita.
  • Esto supone un paso adelante en la idea de recordar momentos costumbristas, pudiendo “entrar” dentro del recuerdo para verlo más o menos desde diferentes puntos de vista. Un poco como lo que hacía Tony Stark en Iron Man con el recuerdo del último día que estuvo con sus padres, pero obviamente, con las limitaciones que la realidad tecnológica nos impone (él era capaz de ponerse a tocar el piano en esa secuencia y caminar alrededor de la sala…).
interfaz vision pro

Pero, ¿para qué sirven entonces las gafas?

Es aquí donde quería llegar, porque si bien esto de los vídeos mola, y la idea de ver películas totalmente inmersivas, o conectarle por bluetooth un mando y jugar a los juegos de la Apple Store también apunta maneras, lo cierto es que los de Cupertino esperan que este dispositivo cambie por completo la manera que tenemos de interaccionar con la informática, y por ende, cambiar la forma que tenemos de trabajar.

Lo harán por tanto ofreciendo una suerte de pestañas que podemos “colocar” alrededor de nuestro, como si de un marco de fotos se tratase, y que serán obviamente interactivas.

Además, también podremos usar nuestro ordenador (Mac, por supuesto), expandiendo sus pantallas en la realidad mixta simplemente mirándolo.

Y es que aquí llegamos al punto diferenciador de las Vision Pro frente al resto de propuestas parecidas: Aunque podamos usar un teclado y ratón con ellas, la idea es que toda interacción se realice mediante reconocimiento de movimiento ocular y ligeros movimientos con las manos.

  • Para lo primero, tiene que estar analizando constantemente el movimiento de nuestro iris: Y aquí Apple ha salido rápido a tranquilizar a los preocupados de la privacidad, como un servidor, asegurando que han creado un sistema que separa informáticamente la información personal de la acción. ¿En qué se traduce esto? Pues que, a falta de poder auditarlo, Apple gestiona la información obtenida por nuestro movimiento ocular de manera que solo se comparte el “clic” final (a dónde posamos la vista) y no todo el movimiento que hacemos en las páginas y aplicaciones. Por tanto, se supone que el desarrollador solo tendrá información de la acción a realizar (abre esta pestaña) y no cómo hemos llegado a ella.
  • Para lo segundo, un conjunto de sensores alrededor de las gafas se asegurarán de identificar los movimientos de los dedos, y decidir en cada momento si queremos realizar una acción o no previo aprendizaje de una serie de gestos predefinidos (hacer zoom, darle clic, cerrar, cambiar de pantalla…).
vision pro privacidad

¿Dónde queda la privacidad de lo biométrico?

Me gustaría detenerme mucho más en estos puntos (es, de lejos, lo que de verdad me parece más innovador de toda la propuesta), pero es que poca más información tenemos…

Lo único que me preocupa en este sentido, más allá de que se acaben encontrando vulnerabilidades a ese sistema de almacenaje de información biométrica, es que para realizar este tipo de acciones Apple tiene que haber diseñado un sistema que permita “leer la mente”.

Leerla con matices, por supuesto. Más bien intentar predecir qué acciones quiere realizar una persona cuando esta solo tiene de interfaz sus ojos.

¿Te acuerdas de aquella funcionalidad del mando de Google Stadia que buscaba también predecir movimientos futuros del jugador? Pues no solo basado como era aquello en la probabilidad, sino en los datos biométricos directamente leídos del usuario.

Y esto nos acerca considerablemente a los ya habituales dilemas éticos de la tecnología invisible.

Algo que, ojo, no me estoy sacando de la chistera.

Sterling Crispin, que trabajó durante tres años en este proyecto como ingeniero de desarrollo en Cupertino, publicaba recientemente su preocupación al respecto a sabiendas de la gran cantidad de datos biométricos que Apple estaría registrando:

Te lo resumo, que el hilo es largo de cojones.

A variables como el movimiento ocular, la actividad eléctrica de nuestro cerebro, el movimiento de los músculos de la cara, el ritmo cardíaco, la densidad sanguínea y un largo etcétera, se les une cuestiones un tanto más etéreas y considerablemente más sensibles como puede ser la identificación del “estado mental” de la persona (para comprender si está, por ejemplo, más eufórico y poder regular las acciones a este estado en particular identificando, o más bien discriminando, micro-gestos que puedan venir dados por el propio estado y no por la acción en sí).

De nuevo, recalco, es temprano para levantar la voz de alarma con ello.

Apple precisamente suele tener estas cosas bastante en cuenta. Suele tenerlo, claro…

Habrá que esperar a que tengamos más información para poder dejar las cosas claras.

Pero si en su día se armó la que se armó con las Google Glass por considerarlas invasivas para la privacidad por el simple hecho de tener una cámara incluida (cámara que, por cierto, cuando funcionaba encendía un led para que la otra persona supiera que estaba siendo grabada), no me quiero ni imaginar la que podría o debería armarse con un dispositivo como este, a varios niveles más invasivo tanto para el usuario, como para su entorno (recordemos que tiene que mapear toda la estancia para poder pintar sobre ella las pantallas, y que además debe estar permanentemente analizando los alrededores para identificar otras personas que se nos acercan).

vision -pro realidad mixta trabajo

Y pese a ser un “the next big thing”, el mismo problema que el resto de gafas del mercado

Pienso en todo lo que ofrecen, y obviando el precio que tendrán de salida, la pregunta obvia es: ¿me las compraría?

Ahí entran dos Pablos en juego.

  • El Pablo analista y geek por supuesto quiere meterle mano lo antes posible. Llevo literalmente años analizando nuevas formas de interacción con la máquina, y todo lo que ofrece Vision Pro, viniendo como viene de una firma como Apple, ME INTERESA, y mucho. De hecho, pondría la mano en el fuego al asegurar que la experiencia usándolas será magnífica. Muy cercana, probablemente, a lo que nos han mostrado en los vídeos de presentación. Pese a que parezcan ciencia ficción.
  • Sin embargo, el otro Pablo, el que maneja el sentido común, me dice que pese a que a nivel tecnológico las Vision Pro son una virguería, su uso real, en el día a día, va a ser más bien anecdótico.

Fíjate tú, exactamente igual que está pasando con el resto de gafas del mercado.

  • Ahí tenemos las enfocadas al gaming y al entretenimiento, que están genial (ya he probado varias y en casa, de hecho, tengo dos), pero no dejan de ser eso: un mero entretenimiento. Una forma un poco diferente de ver una película o jugar a un videojuego. Algo con lo que quedar bien cuando vienen unos amiguetes en casa y pasar un rato riéndonos, pero poco más.
  • Y por otro lado, tenemos aquellas que apuntan al sector profesional, con las Hololens de Microsoft y estas Vision Pro a la cabeza. Ambas apostando por la realidad mixta, y proponiéndonos mil y una formas de ser más productivos con pantallas alrededor de nosotros y la apariencia de estar en Minority Report.

¿La realidad? Que dudo mucho que por muy bien que funcione el reconocimiento de movimiento ocular y los gestos, podamos ser más productivos con esto que con un teclado y ratón.

Esto es así se mire por dónde se mire.

Para un trabajo de oficina, no hay nada como un teclado, un ratón, y una pantalla. Que no será lo más innovador del mundo, claro, pero es lo que hay.

Ni hablarle a un dispositivo, ni mucho menos hacer las cosas con los ojos. Si estas maneras de interaccionar con el entorno fueran más eficientes, una persona con la columna vertebral rota y años de ya estar usando este tipo de interacciones tecnológicas serían el referente de productividad de toda la sociedad.

Cosa que no ha ocurrido, y dudo mucho que acabe por ocurrir en el futuro.

gafas apple realidad mixta

¿Qué pasará entonces con estas Vision Pro de Apple?

Pues, mal que me pese, me parece que acabará ocurriendo algo parecido a lo que ocurrió con las Hololens. De producto diferencial, a un dispositivo que puede tener mucho sentido en según qué mercados (por ejemplo, industria, para esos ingenieros que necesitan hacer algo fuera de la oficina), y por tanto, puramente de nicho.

Con Apple, sin embargo, ese nicho será mucho mayor. A fin de cuentas es Apple, y no Microsoft, quien está detrás.

Que tengan el coste que tienen por supuesto tampoco ayudará, pero recordemos que es la primera versión, y que si tiene buena acogida en esos mercados profesionales (arquitectos, diseñadores, ingenieros industriales, médicos…), con el propio peso de la evolución tecnológica igual llegará el momento en el que el dispositivo pasa a ser asequible para el grueso de los mortales como herramienta de entretenimiento.

Eso sería lo mejor que le podría pasar a Apple.

Algo por cierto con lo que concuerdo con el reportaje que le hicieron en The Verge (EN), uno de los medios que sí pudo probarlas. Nilay Patel, y un servidor, tenemos claro que Apple no ha sabido, al menos por ahora, responder a la pregunta de para qué demonios queremos ponernos unas gafas que por mucha realidad mixta que ofrezcan, no parecen ofrecer nada nuevo.

¿Ver unas pantallitas ahí flotando? Queda genial, pero ¿es útil?

Permíteme que lo dude…

Las Vision Pro no son, por tanto, el nuevo iPhone, ni el nuevo iPad, ni el nuevo iWatch, por mucho que lo presenten como The next big thing.

Es una sacada de chorra de Apple. Es un dispositivo increíble a nivel tecnológico, y de seguro abrirá un mercado que hasta ahora era más bien anecdótico.

Pero de ahí a que en cosa de una década o dos dejemos de teclear, al menos para los que trabajamos en las STEM, y no entendamos la vida sin unas gafas de estas puestas, hay un largo trecho…

EDIT UNA SEMANA DESPUÉS: He publicado otra pieza en la que analizamos en profundidad cuatro puntos que por falta de información no pudimos profundizar en este artículo.

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