Blockchain AI Summit

La semana pasada estuve cubriendo el Blockchain And Artificial Intelligence Summit (EN) de St. Julians, en Malta. Una de las mayores ferias del mundo de la industria, en la que Eman, uno de sus fundadores, estuvo a bien invitarme, supongo que por mi papel como miembro de la Comisión Blockchain de AMETIC.


El caso es que en sí el congreso me pareció decente a nivel de contenido y speakers, pero para mi gusto estaba muy enfocado al formato feria. Es decir, lo típico de ir de stand en stand hablando con los representantes de una u otra ICO/startup/servicio a ver qué te venden.

Que por otro lado entiendo que es el objetivo que se busca en este tipo de eventos. A fin de cuentas, la mayoría de los allí presentes, más que gente interesada por la tecnología (que también, ojo), era gente de negocio, con sus trajes, sus corbatas, y sobre todo, con una cartera lo suficientemente abultada como para poder resultar interesante que tu proyecto relacionado con blockchain y inteligencia artificial tenga aunque sea un puesto en la agenda.

¿Qué me gustó? Pues precisamente el formato que tenían de charlas. Entre 10 y 30 minutos para cada ponente y/o mesa redonda, cuando lo habitual es que hablemos de entre 30 minutos a una hora. Lo que sin lugar a duda agilizaba mucho la agenda… a cambio de, por supuesto, perder en profundidad.

Un congreso enfocado, nuevamente, a gente de negocio.

Pero más allá del tema principal del viaje, me ha parecido interesante dedicarle una pieza a desmitificar lo que la gente, desde fuera, piensa que es un viaje de este estilo.

Que claro, le dices a alguien que te vas una semana a Malta y espera que estés una semana en la playa con una cerveza en la mano.

Viajar por trabajo no es VIAJAR

Esto es lo primero que quería dejar claro. Tanto en viajes nacionales como internacionales, lo habitual es que te pases prácticamente todas las jornadas que estás en el otro lugar trabajando de forma intensiva.


A lo sumo, y si te lo puedes permitir, yo soy mucho de alargar el viaje unos días más para entonces sí disfrutar de la ciudad o incluso visitar algún sitio cercano. El haberme currado en estos últimos años un trabajo que me permite realizarlo desde cualquier lugar del mundo donde tenga una conexión ayuda. Pero los días del evento, o aquellas jornadas que viajamos también para dar formación o consultoría a terceros, se pasan en un plis-plas entre el propio tiempo que pierdes en el aeropuerto/AVE, los trayectos entre donde te quedes a dormir y el lugar de trabajo, y el trabajo en sí.

Y luego se junta el tema de que, de nuevo, vas por trabajo. Ergo, cuando no estás haciendo tu trabajo propiamente dicho (cubriendo un evento, dando una charla, impartiendo formación o currando como consultor en las oficinas de la organización que te ha contratado), lo tienes cubierto entre compromisos de la organización (cenas, entrevistas y/o reuniones extra) y dar salida al trabajo que tienes atrasado precisamente por hacer este viaje, o que debes hacer debido al trabajo por el que te han invitado/contratado (preparar la presentación, escribir un artículo, editar los vídeos, revisar la documentación…).

Sin ir más lejos, te estoy escribiendo esta pieza de sábado, justo después de que diera fin el congreso, y mientras estoy descargando las copias de seguridad de las webs de mis clientes.

Que al final el sábado, que podría tenerlo más o menos libre, lo estoy “perdiendo” también en trabajar.

También está el tema del alojamiento

Como explicaré en el vídeo que enlazo al final de la pieza, depende del tipo de trabajo que vayas a hacer estos viajes incluyen o no los gastos de los billetes, la dieta y el alojamiento. En éste en particular, por ejemplo, todo excepto el pase al evento, que al menos tenía el pase VIP y por tanto incluía una cena, corrían de mi parte.

Estás fuera de casa, y esto hace que tampoco descanses de la misma manera. Esta semana tuve la suerte de poder quedarme en casa de unos amigos que viven en la isla y que me cedieron un sofá para dormir. Pero es que incluso en los hoteles a los que te llevan cuando eres ponente en un congreso de este estilo, la propia presión de tener que hacer bien tu trabajo, unida a que tampoco tienes cerca a la familia (y eso créeme que desgasta), suele hacer que concilies bastante mal el sueño.

Ergo, más cansancio.


En fin, que tengas en cuenta todo esto la próxima vez que pienses eso de:

Joder Pablo, ¡cómo vives!

A mi me encanta mi trabajo, y de hecho esta semana (para cuando leas esto) estoy con Èlia acompañándola en sus talleres (ES) por Málaga y Sevilla (sí, con la tontería he dormido una sola noche en casa en estas últimas dos semanas).

Pero también te digo que este tipo de vida no está hecha para todo el mundo. Que de verdad tiene que gustarte mucho viajar, y sobre todo, concienciarte de que aunque vayas a sitios que son una pasada seguramente apenas los vas a poder disfrutar. E incluso, y aún más importante, que cuentes con una pareja o familia que entienda tu profesión y sea un verdadero apoyo, para poder seguir adelante.

Para terminar, te dejo por aquí el vídeo. Son casi 16 minutazos, avisad@ quedas, pero te enseño cómo es un día completo cubriendo un evento de este estilo.

Que lo disfrutes :).

Ver en Youtube (ES)