Newsletter


Cogiendo aún aliento después del MWC y a falta de que vuelva a recuperar la metodología de trabajo diaria, quería dedicar este artículo a un tema diametralmente distinto.

Sobra decir que un servidor es un gran consumidor de información técnica. Creo que queda patente en los artículos que publico por esta y otras vías, en el sector dónde trabajo, y en definitiva, en todas las labores que hago de forma pública.

Y de entre ellas, sigo con profundo interés el cómo la sociedad aplica estrategias distintas para consumir información.

Siendo el RSS una de las vías más cómodas y productivas para mantenerte informado, lo cierto es que los feeds hace tiempo que no pasan su mejor momento:

¿Las razones? Ampliamente cubiertas en artículos anteriores, y que se resumirían en dos puntos:

  • Un interés de la industria por volver opaca toda la tecnología que tiene detrás el RSS, ofreciendo aplicaciones y servicios en los que el usuario no tiene control de lo que consume.
  • Un canal (el de los RSS) con unas barreras de entrada demasiado altas. Justo lo mismo que le pasa a Twitter (ES/requiere que el usuario nuevo busque activamente qué seguir para que ese canal sea en verdad efectivo).

Así, en plena segunda década del siglo XXI, parece que están volviendo los formatos de antaño, ya sea vía newsletter o vía SMS, y que para colmo, son una buena vía de monetización (o como mínimo, de reputación) para los creadores.

Una nueva oportunidad para medios… y creadores de contenido

Tengo ejemplos a patadas. Prácticamente casi todas las webs anglosajonas de tecnología que sigo (Verge (EN), TheNextWeb (EN), 9to5Mac (EN),…) han realizado un ejercicio adecuado para revivir el email marketing. Que lleva en ellas desde prácticamente su nacimiento, pero es ahora cuando pasan de simplemente “escupir” lo mismo que habían publicado en el día/en la semana, a hacer curaciones de su propio contenido, o crear contenido nuevo exclusivo para suscriptores.


En algunos casos, simplemente como un canal extra en el que ofrecer el servicio (convenientemente redirigido a sus páginas, en las que o bien tienen publicidad, o bien ofrecen producto), y en otros directamente como servicio premium.

Recalco esto último: Pagar mensualmente por recibir emails. Inaudito, seguramente para muchos, si nos hubieran preguntado hace unos años.

En España la cosa se ha animado recientemente, con la llegada de Eduardo Arcos (ES/Hipertextual) a este mundillo, y con Antonio Ortiz (ES/Weblogs S.L.) llevando a cabo aquello que llevaba tiempo amenazando con cumplir (pasar sus recopilaciones de artículos semanales a una newsletter).

En su último artículo en el blog personal, precisamente, comentaba las razones y sus “influencias” (ES), entre las que destaco la de David Bonilla (ES), que cada Domingo nos envía su artículo a los ya casi 6000 “tarugos” que estamos suscritos al servicio.

Por mi parte, llevo tiempo ofreciendo esa comunicación bidireccional a los más de 1.000 miembros de la Comunidad que tengo por mi humilde morada, demostrado en este último año ser la mejor gasolina para seguir día a día con esto. Y es que curiosamente el email sigue siendo una de las herramientas más efectivas para generar comunidad alrededor de una marca.

A diferencia de Bonilla (que monetiza a base de publicidad en cada artículo), un servidor aún no ha dado el paso, pero sí lo hago, al menos indirectamente, a base de donaciones en Patreon (ES), otra de esas plataformas que ha democratizado el “negocio” (nótese las dobles comillas) de los que generamos contenido. Javier Pastor (ES/Xataka) también apostó en su día por este formato, así como cada vez más Youtubers (patrios y extranjeros). Scanliner (ES) o los chicos de ScratckAttack (ES) son algunos ejemplos que se me vienen a la mente.

Juan Merodio escribía a principios de semana un artículo sobre la tasa de éxito de una estrategia de SMS marketing (ES/en torno al 90% de tasa de apertura), y me pregunto entonces si es que en efecto estamos volviendo a las tecnologías de antaño.


Reviviendo canales antiguos como servicios premium

Unos canales que hasta hace nada parecían dirigidos a ser la papelera de spam digital por defecto. Canales a los que el usuario se suscribía normalmente sin ser consciente (un checkbox perdido en no se cuál registro), y que si eran de pago, seguramente hasta eran un timo.

Ahora cobran un nuevo interés como medio de curación de contenido, como servicio premium para aquellos que buscan “algo más” frente a una persona, una temática, y/o una marca.

Sin olvidar a todos aquellos que ofrecen infoproductos, y que han apadrinado las newsletters (adecuadamente segmentadas para cada producto, y generalmente automatizadas) como una vía para mantener el contacto con sus clientes, y evitar, en la medida de lo posible, el abandono de ese curso o de esa serie de talleres.

Aunque algunos sigan empeñados en hacerlo todo vía máquina, cada vez veo más productores que, como en su día hicimos por aquí, deciden sentarse y ponerse a escribir personalmente cada email, cada mensaje.

Entiendo que ahí está la diferencia entre ofrecer lo que ofrecen todos, y ofrecer algo por lo que de verdad un lector (un cliente, un suscriptor,…) está dispuesto a pagar (aunque sea con tiempo o compartiéndolo entre sus redes).

Al menos es así como un servidor lo entiende, y me empeño en sacar tiempo cada semana para seguir ofreciendo lo mejor de mí mismo en cada pieza enviada.

Queda por ver, si esta tendencia sigue en aumento, hasta qué punto estaremos dispuestos a “pagar”. Y qué sitio habrá para nuevas propuestas. hoy en día estoy suscrito a alrededor de 10 newsletters. De ellas, colaboro económicamente de una u otra forma con 3. Si las 10 se vuelven de pago mensual (por poner un ejemplo), ya tendría que pensarme dónde poner el límite :).


Nada que no estemos ya sufriendo viviendo con el streaming de contenido, a poco que usted, como un servidor, sea consumidor acérrimo de varias series/películas con distintas licencias.

En fin, que si es productor de contenido. Si tiene productos o servicios que vender, no deje de lado las viejas tecnologías, porque bien usadas (evitando ser considerado spammer), y ofreciendo en verdad un servicio adecuado a los intereses de sus suscriptores, podrían llegar a ser hasta un canal de monetización real del proyecto. A ser la base de todo el proyecto.

Ya ni hablemos de reputación, de canal indirecto de venta, o de servicio para estar en contacto con todos sus clientes/usuarios/lectores.

Y, bajo mi humilde opinión, una salida más adecuada que la implantación de publicidad invasiva, lenta, y para colmo cargada de scripts de tracking, en las páginas web y apps.

Queda dicho por aquí. Luego no se me queje :).

 

P.D.: Con esto no quiero decir que tenga en mente volver de pago la Comunidad de NT y SecInfo de PabloYglesias. Faltaría más… El proyecto seguirá como hasta ahora, manteniéndose vía patronos, de forma totalmente voluntaria, a cambio de los beneficios que seguramente ya conozca. En todo caso, buscaría vías alternativas, asegurando que la base (lo que hay ahora) siga tal cual funciona actualmente. ¿Alguna sugerencia?