Lo que empezó con una moda pasajera, solo destinada a proyectos experimentales y algún que otro producto financiado mediante crowdfunding, empieza a ser adoptado por las grandes compañías, con lo que seguramente acabará por ser el futuro mercado de la electrónica de consumo.


iwatch-concept

En el 2012, ya vimos esbozos “reales” del wearable computing, con proyectos que salían adelante con microfinanciación, como el reloj Pebble, y seguramente el éxito y el apoyo de los ciudadanos a este tipo de gadgets ha calado hondo en las empresas del sector, que ven como el escritorio poco a poco caen en el olvido, el portátil empieza a oler a viejo, y hacerse con un pedazo importante del mercado de smartphones y tablets es ya complicado.

Antecedentes al Wearable Computing

Como ya dije al término del evento, el CES2013 tuvo un claro ganador, los gadgets, representados en su mayoría por las pulseras y relojes inteligentes. Pequeñas pantallas como la de Withings para el monitorizado de hábitos y el “yo cuantificado“, pulseras sociales enfocadas al máximo rendimiento como  Fitbit Flex, y relojes como centro de notificaciones del smartphone.

La necesidad de Apple por innovar y su supuesto iWatch. La suma de compañías de la talla de Samsung o HTC por los relojes inteligentes. La democratización de sistemas operativos móviles, la nueva tecnología de pantallas flexibles OLED, y el auge del lifeblogging, del obtener la máxima información posible, aumentando nuestros sentidos gracias a la tecnología, son algunas de las huellas que está dejando la irrupción de un nuevo mercado que viene con fuerza.

Un mercado en el que todos quieren entrar

Google ataca con un producto innovador, Google Glasses, el complemento perfecto a Android, capaz de transformar la realidad en realidad aumentada, con todo el potencial de Google Now por detrás, y un ecosistema de aplicaciones que no para de crecer. Un producto del presente, no del futuro, que ya está siendo probado por alguno de los miles de testers que han pagado los 1500 dólares que cuesta, y que saldrá a la venta en 2014.

Pero no todo son gadgets y complementos. La misma ropa se está reinventando, con proyectos como MachinaCC, una chaqueta de origen mejicano que permite componer música analizando los movimientos del usuario, o su correspondiente del MIT, que se encarga de “abrazarnos” cada vez que alguien nos da un “Me Gusta en Facebook.

Se produce entonces una ruptura en el modelo de interacción con los dispositivos. Hemos pasado del teclado al ratón, del ratón a la pantalla del dispositivo, y últimamente de la pantalla a los objetos que tradicionalmente llevamos en nuestro cuerpo.


Las aplicaciones de este tipo de electrónica de consumo son infinitas. Desde seguimiento de pacientes de enfermedades con Alzheimer mediante el GPS en los zapatos, hasta la interacción en tiempo real con el internet de las cosas que con seguridad irá apoderándose más y más de nuestros hogares.

Un nuevo paradigma de comunicación (o intercomunicación), que intenta dar sentido a una sociedad hiperconectada y sedienta de continua información.