Xenoblade Chronicles aspecto gráfico

El mundo no es una esfera redonda con océanos y continentes, sino una basta extensión oceánica en la que durante eones se ha librado una batalla entre dos titanes: Bionis y Mekhonis.


Una guerra entre dos formas de vida distintas, que termina en un empate cuando la espada de Mekhonis atraviesa el lomo de Bionis, y este hace lo propio con el brazo de su némesis.

Y de los cuerpos inertes de los dos grandes titanes, la vida florece:

  • En Bionis surgen los humas, la raza de los humanos, pero también otras como la de los nopon, unas pequeñas criaturas inteligentes, peludas y redonditas, o los éntidas, unos esbeltos seres de largas alas que les salen de las cabezas.
  • En Mekhonis la vida se desarrolla no en base al carbono, sino al silicio, con los mekhas, unas maquinarias capaces de pensar.

Dos mundos destinados a repetir los errores de sus creadores, en una nueva guerra entre biónicos y mekas, esta vez sobre los restos de los dos grandes titanes.

Ver el trailer de Xenoblade Chronicles (ES)

Esta es la base histórica en la que se levanta Xenoblade Chronicles, un juego de Monolith Soft, el estudio creado por un ex-trabajdor de Square, Tetsuya Takahashi (ES), que decidió en su día dejar la compañía en la que ayudo a crear títulos de JRPG tan importantes como parte de la saga Final Fantasy o Dragon Slayer, y que saliera hace ya unos cuantos años en exclusiva para la consola Nintendo Wii.

Un título que, sinceramente, no tenía en mente hasta que recientemente Monolith lo ha vuelto a sacar, esta vez para la Nintendo Switch.

Y joder, vaya si merece la pena comprarlo… Incluso aunque ya lo jugaras en su día.

Pero empecemos por el principio.


Xenoblade Chronicles combate
Los combates, pese a ser en tiempo real, son más un juego de estrategia

La historia y las mecánicas de Xenoblade Chronicles

Como decíamos, Xenoblade Chronicles es un JRPG de la vieja usanza. Un juego creado para dedicarle muuuucho tiempo.

Para que te hagas una idea, un servidor ha tardado la friolera de algo más de 70 horas en terminarme la historia principal y hacer algunas secundarias, entre las que está el haber completado la reconstrucción de Colonia 6. Pero por el camino me he perdido la amplia mayoría de conversaciones de afinidad (hay literalmente cientos). Tampoco he obtenido ninguna de las dos ramas de afinidad extra que al parecer tiene cada personaje (¡ninguna!), y mucho menos he subido la afinidad entre todos los personajes. Sin olvidarme de que creo que solo he matado a un superjefe de los varios opcionales que hay, y que tampoco he encontrado ninguno de los varios tesoros secretos con los que cuenta el título.

Une todo esto y tranquilamente tienes un juego para dedicarle más de 100 horas. Y eso sin contar con el DLC, que a mi me ha llevado algo menos de 10 horas, de nuevo pasando bastante de hacer secundarias.

Es decir, me he pasado la friolera de ochentaitantas horas jugando a Xenoblade Chronicles. Y al terminar lo que me ha apetecido ha sido comprarme el Xenoblade Chronicles 2 (ES) para pasar otras tantas. Un juego que salió antes en la consola de Switch.

Con esto te lo digo todo.

Estamos ante una obra maestra del JRPG, con una historia llena de giros de guión y sorpresas continuas, en la que raro será que te encuentres en algún momento aburrido de hacer lo mismo.

Una aventura en la que seguimos los pasos de Shulk, un joven huma huérfano amante de la tecnología que un buen día descubre que puede utilizar a Monado, la legendaria espada creada a partir de la propia espada del titán Bionis, y que es capaz de dañar a los mekhas, además de ofrecerle una serie de poderes, siendo el más importante de todos la clarividencia.


Esto no solo afecta a la trama (Shulk puede ver cosas que van a ocurrir en el futuro, y por tanto actuar para evitarlas), sino a la propia jugabilidad. En los combates, que son en tiempo real, tendremos momentos de flashforward que nos permitirán predecir las acciones de los enemigos, e intentar evitarlas atrayendo su interés hacia otro personaje, curando o protegiendo al que está a punto de morir.

Es, de hecho, y como en cualquier JRPG, las mecánicas de combate un aspecto crítico, y aquí Xenoblade Chronicles creo que ha dado en el clavo con un sistema que, por cierto, es ahora seña de los nuevos Final Fantasy: Los personajes atacan automáticamente si están al alcance del enemigo que tienen señalados, pero nosotros podremos ir activando sus habilidades (artes en el juego) si estas están disponibles cuando queramos señalándolas en esa cruceta inferior.

Lo que transforma un combate en tiempo real en un juego de pura estrategia. Ya no solo tendremos que decidir qué artes llevamos al combate y cuáles no, además de qué tres personajes elegimos de entre todos los que tenemos, sino que además deberemos por un lado posicionar a nuestro personaje en el campo de batalla mientras vamos ejecutando sus habilidades (algunas requerirán, por ejemplo, que estemos al costado del enemigo, otras que éste se encuentre desprotegido…), esquivando los ataques del enemigo, y teniendo siempre en cuenta cómo tenemos el medidor de afinidad, ya que esto nos permitirá recuperar a los amigos que se hayan quedado incapacitados, o realizar una secuencia de ataques con todo el grupo que se salta el combate en tiempo real y las inmunidades que tenga el enemigo.

Es decir, tomar varias decisiones (ser más ofensivo o defensivo) en cada momento, adaptándonos a cada combate.

Con una evolución de personajes que se siente viva e intensa. Prácticamente hasta el final del juego irás aprendiendo nuevas artes, y además tocará ir encontrando los libros que te permite mejorar los niveles de cada una de ellas, además de por supuesto subir de nivel los personajes.

Mención aparte para los escenarios, ya que como decía, todo el mundo de Xenoblade Chronicles se desarrolla alrededor de los cuerpos inertes de dos titanes. Eso quiere decir que, por ejemplo, Colonia 9, que es el pueblo donde vive Shulk y donde empezaremos el juego, está en el tobillo de Bionis. Lo que nos obligará a ir ascendiendo para ir conociendo el resto de pueblos y zonas del juego, utilizando incluso la espada de Mekhonis como puente para ya entrados la mitad del juego descubrir los secretos que alberga el otro titán.

No es raro, de hecho, quedarse embobado divisando el horizonte desde un altiplano que te permite observar, por ejemplo, la cabeza de Mekhonis, o la altura a la que estás tras varias horas de cruzar diferentes partes del cuerpo de Bionis.


Xenoblade Chronicles conversaciones
La localización está al nivel de las grandes producciones de Nintendo, con chistes y guiños al país destino

Más que una remasterización, menos que un remake

Pero lo que me lleva a escribir de este juego no es solo porque creo que es de lo mejorcito que nos ha dado el género en toda la historia del videojuego, sino porque este Xenoblade Chronicles Definitive Edition para Nintendo Switch me parece el nexo de unión perfecto entre un remaster y un remake:

  • No es únicamente un remaster del juego que saliera para la Wii original, ya que además de mejorar los gráficos, han rediseñado toda la interfaz del juego (menús y HUD de combate) para actualizarla a los tiempos que corren. Y además, todos los personajes se ha rediseñado con un estilo más ánime, muchísimo más detallado que la versión de Wii, que nos permite por ejemplo observar cualquier cambio que hagamos en el equipo de cada personaje no solo cuando combatimos, sino también en las propias escenas del juego.
  • Y no es estrictamente un remake, ya que el juego en sí sigue siendo el mismo. Hay añadidos, por supuesto. Han pulido mucho, pero tanto la historia como todo lo que ocurre es exactamente igual que antes… a excepción de ese DLC denominado Mundos Conectados, que es EXCLUSIVO de esta versión (se ha creado específicamente para la Nintendo Switch), que se puede jugar de forma asilada a la historia principal (cuenta con su propia página de títulos y sus slots de guardado y es accesible desde el principio, aunque por supuesto lo recomendable, ya que ocurre 1 año después del final de la aventura de Shulk y los suyos, es jugarlo bien si ya has jugado al original, o bien cuando termines el juego), y expande la historia y la jugabilidad con nuevas mecánicas.

Que ya no es que el DLC haya metido unas cuantas horas más de endgame (como suelen hacer la mayoría). Es que con los mismos recursos (artes parecidas a las que tenían los otros personajes, algunos protas iguales…) han creado mecánicas nuevas (el sistema de afinidad ahora sirve para activar unos ataques que dependen del número de seguidores nopon prospectores que tengas, y que a su vez se dividen entre ataques de daño, ataques de efecto o habilidades defensivas).

Mientras lo jugaba no podía dejar de pensar en que para mi esto debería ser el mínimo que exigiéramos a cualquier futuro remake/remaster, a sabiendas que ambos términos están tan denostados últimamente.

Una obra que pese a tener ya unos cuantos años, se siente totalmente nueva.

Xenoblade Chronicles shulk
El detalle de los personajes es sencillamente magnífico

Conclusiones

Por todo esto, no puedo más recomendar Xenoblade Chronicles Definitive Edition.

Un juego exclusivo de Nintendo que ha pasado a ser de mis preferidos en el género del JRPG. Con una trama interesante y profunda, con un estilo de juego sencillo y a la vez con potencial para profundizar y complicarlo tanto como queramos.


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