Llevan ya días por mis feeds varios artículos cuyo centro de interés es o toca en algún punto a Xiaomi (ES), una empresa que podríamos considerar familiar, de apenas 3 años de vida, y que hoy en día es noticia por dominar el mercado de telefonía en el país del Sol Naciente, y haber fichado a nada menos que Hugo Barra (EN) como vicepresidente de expansión, quien fuera uno de los tres grandes nombres detrás del proyecto Android.


Xiaomi

Y hasta ahora que no me he atrevido a plasmar mis inquietudes sobre esta luz en un mar de oscuridad. Una empresa que ha sabido mover las fichas tan sumamente bien como para posicionarse donde está, siguiendo una mentalidad opuesta al resto de grandes compañías.

Dicho esto, varios tips a tener en cuenta:

Los negocios son como el fútbol, y yo me identifico con una estrategia como la del Barcelona, en la que todo el equipo juega compenetrado y con un objetivo común.

  • Básicamente lo que quiere decir aquí el Sr. Lei Jun, la mente detrás de Xiaomi, es lo que hablamos recientemente en el artículo La crisis de las grandes compañías, en tanto en cuanto, conforme una empresa se expande y aumenta en volumen, es cada vez más complicado mantener la filosofía “startup” de decisiones ágiles y virajes.
  • Control de toda la cadena de producción: Desde el hardware hasta la distribución, pasando por el software. Una estrategia que apunta ineludiblemente a las comparaciones con Apple, y en definitiva, con la tendencia actual de otros grandes como Amazon y cada vez más Google, Samsung o Microsoft.
  • Humildad en sus productos: Un hecho que muchos parecen obviar, y que rivaliza precisamente con el aparente homólogo occidental que todos señalan. Apple desarrolla productos de alta gama para usuarios de alta gama. Xiaomi desarrolla productos de alta gama para cualquier usuario. Y es importante este hecho, ya que mientras la mayoría de empresas se cierran a ganar dinero con el hardware, Xiaomi ofrece sus terminales casi a precio de coste, en un movimiento que lo asemeja bastante más a Amazon, y con la certeza de que el negocio está en los accesorios y en los servicios.
  • Una empresa que sabe escuchar: Vuelvo a repetirme, pero es que es lo que me llevo de Xiaomi. La asiática es un ejemplo a seguir en cuanto a comunidad. Una comunidad de usuarios que se encarga de decidir todas y cada una de las características que tendrá el siguiente producto, bien sea por los propios foros de la compañía, bien sea por las redes sociales. Hablamos de una empresa con el oído constantemente puesto en la red, algo que muchos se olvidan, y que a la vista de su capitalización, ya no solo ofrece los beneficios sociales esperables (integración e intervención del cliente, que siente el producto como suyo) sino económicos.

Ahora queda por ver cómo gestionan la internacionalización, un momento cumbre para cualquier empresa, más si cabe para una cuya principal baza es la cercanía con un cliente tan distinto como el que se van a encontrar en el mundo occidental. Un movimiento de los más interesantes del año (al menos para un servidor, ofrece un discurso mucho más revelador que la salida a bolsa de Twitter (EN), que parte con la ventaja histórica, y que previsiblemente evitará seguir los pasos de Facebook (ES) en cuanto a prepotencia de valor e impaciencia), y que de salir bien, estaríamos ante el nacimiento de otro competidor más por el pastel tecnológico, algo que siempre viene bien.