Cuando Google anunció en septiembre del 2014 el lanzamiento de Android One, ya adelanté que era un momento que marcaría un antes y un después.
Por aquel entonces Android One era el Android enfocado a terminales de gama baja, principalmente con el ojo puesto en países en vías de desarrollo. Y fue, de hecho, el movimiento que haría desaparecer al resto de sistemas operativos minoritarios. El primero, Firefox OS, del que un servidor fue desarrollador al servicio de la dupla Mozilla/Telefónica I+D. Más tarde Ubuntu Phone OS, en el que también colaboré como Canonical Ambassador, y por último, aunque éste todavía esté pegando coletazos, Windows Phone.
Del 2014 hasta ahora mucho ha cambiado en el panorama móvil. Android sigue reinando, pero lo hace con una hegemonía casi aplastante. Descontando mercados como el estadounidense y el inglés, en la mayoría de países la presencia de Android ronda el 90% de cuota de mercado, que se dice pronto.
Por otro lado, los problemas de requisitos de los terminales Android han pasado a un segundo plano. La miniaturización de componentes hace posible ya encontrar terminales por debajo de los 100 dólares que se defienden en un sistema operativo que hace tiempo ha superado en prestaciones a su competencia directa (iOS). Los tiempos en los que el SO de Apple marcaba el camino a seguir quedan ya lejos, y aunque la compañía sin lugar a duda sigue teniendo ese halo de misticismo y buzz mediático incomparable en cuanto a implantación de tendencias anteriormente desarrolladas por otros, en el apartado del software no hay ni punto de comparación.
Así, Android One ha pasado de ser la versión lite de Android a un programa que busca acercarse a la experiencia de Android puro en terminales de terceros. Es decir, lo más parecido que tendremos a los Nexus y Pixel sin que venga con el sello de la californiana.
Y bajo este prisma, el Xiaomi Mi A1 es, junto al ya anunciado HTC U11 LIfe y el Moto X4, uno de los primeros móviles en apostar por este nuevo programa.
Llevo ya utilizándolo algo más de una semana como móvil principal, y ésta ha sido la experiencia.
Índice de contenido
Xiaomi como fabricante y el Mi A1 como smartphone
Xiaomi lo ha vuelto a hacer. Sencilla y llanamente no hay hoy en día una compañía capaz de ofrecer tanto por tan poco.
Mi anterior teléfono era un Xiami Mi5, un terminal que seguiría recomendando, y que de hecho lo voy a vender a precio de saldo no porque no funcione a la perfección después de un año de uso intensivo (si está interesado, ya sabe), sino porque el Mi A1 le ha acabado por ganar terreno.
También utilizo la Mi Band 2 y la Mi Scale 2 como sistemas de cuantificación personal, y a todo esto habría que sumar los casos bluetooth Mi Sport. No tengo también un portátil Xiaomi porque tuve que comprar mi último por urgencia (ains, qué Navidades tuve el año pasado…) y no quería esperar las dos-cuatro semanas de envío a España.
¿Por qué no se ha comido el mercado entonces? Principalmente por dos motivos:
- Hasta ahora no habían salido de China: Hablamos del quinto fabricante que más smartphones vende en el mundo (cuarto en España, por cierto), y el primero en cuanto a ventas de wearables (ventas, no beneficio económico, donde Apple con los Watch gana por goleada). Y sin embargo, estamos ante una compañía que hasta noviembre del 2017 no había abierto mercado fuera de China. Ese es el nivel. Desde hace relativamente poco, en efecto, ya tenemos tiendas físicas y de terceros, y lo más importante, soporte y garantía europea, fuera de Asia.
- MIUI y el entorno pensando en el mercado asiático: De la mano de lo anterior viene esto. Comprar un Xiaomi era enfrentarse a un libro de instrucciones en chino mandarín, y si no nos fijábamos, lo mismo a un dispositivo con la ROM china, cuyo problema no es el idioma, sino todas las aplicaciones y servicios que utilizan en el país, junto con la falta de los servicios de Google. Por supuesto, ya llevan tiempo ofreciendo versiones globales de sus terminales, pero aún con todo había un elemento que a algunos les echaba para atrás: su ROM. MIUI es la ROM que históricamente han tenido todos los terminales de Xiaomi, y es una ROM que o te encanta o la odias, ya que invasiva es un rato. En mi caso soy más de los partidarios que de los detractores, sobre todo teniendo en cuenta que hasta Android 6/7 había elementos como la posibilidad de elegir qué permisos tiene acceso cada aplicación, que de forma nativa no existían en el sistema operativo, y que sí ofrecía MIUI.
Así llegamos al Xiaomi Mi A1 (ES/enlazo al Mi A2 Lite ya que el Mi A1 ya no está a la venta), cuyas principales características (si quiere verlas todas en detalle entre en la página oficial (ES)) son:
- Android One (ROM stock, no MIUI).
- Pantalla LCD de 5,5 pulgadas Full HD.
- Procesador Snapdragon 625 de ocho núcleos a 2,2Ghz.
- 4GBs de RAM.
- 64GBs de almacenamiento interno más slot para micro SD.
- Dual SIM.
- Batería de 3.080 mAh con carga rápida.
- Doble cámara de 12MPX, con cámara frontal de 5MPX.
- LTE, WiFi, Bluetooth, GPS, lector de huellas… Solo podría echar en falta NFC.
¿Qué obtiene con estas prestaciones? Un terminal más que solvente en prácticamente cualquier situación.
La decisión de montar un Snapdragon 625 y su batería (3.080 mAH) eran dos de los temas que más miedo me daban.
- Un procesador de gama media: Un procesador que había demostrado ser muy bueno, ojo, pero que quizás se iba a quedar atrás respecto a las apuestas de este año. Pero claro, hablamos de Android Stock, y la verdad es que todo va como un tiro. Por cierto, que para hacer esta review he estado sacándole fotos al terminal con mi Mi 5 y no me había dado cuenta de lo lento que era en comparación. A lo bueno te acostumbras rápido… Cierto es que tampoco soy de jugar a videojuegos exigentes en el dispositivo. Todo lo más a Hearthstone, y estos días al nuevo de South Park, que ya ve usted, y como cabría esperar se ha comportado como un campeón. Había leído por ahí que algunos habían tenido pequeños carraspeos jugando, pero al menos a mi no me ha pasado. Entiendo que lo mismo con algún Asphalt o alguno de estos juegos muy potentes pueda pasar (el 625 da para lo que da), ¿pero con el Hearthstone? ¿En serio? He podido jugar perfectamente, cosa por otro lado esperable…
- Batería sorprendentemente longeva: Además, tiene un punto aún más positivo, y es que el gasto energético es considerablemente menor. Estos días por Eslovaquia he podido comparar sus prestaciones con el Galaxy S8 que llevaba uno de los periodistas. Y sí, estoy comparando peras con mazanas (por el precio del S8 te compras casi tres Mi A1), pero es que en batería, e incluso cubriendo un evento (ergo, pantalla encendida casi todo el tiempo más producción y envío de contenido en diferentes aplicaciones mediante roaming) he llegado a consumir solo un 70% de la batería. El S8 a media jornada ya pedía carga. En días normales me dura perfectamente, y suelo levantarme al día siguiente (soy de los que prefiere no cargarlo por la noche) al 50%, por lo que apurando dos días llegaría. Sobra decir que no soy un usuario básico de smartphone. A mi madre este le duraría tranquilamente tres días sin cargar.
La doble cámara, sin comparación en igualdad de precio
¿Qué busca en un dispositivo móvil? Al menos en mi caso hay un punto importantísimo, y ese es que me permita sacar las mejores fotos posibles en el rango de precios que hoy en día estoy dispuesto a pagar por un smartphone (menos de 350).
Y éste lo cumple con creces.
El Xiaomi Mi A1 monta una dual camera, de 26 y 50 milímetros respectivamente, con un f de 2.2 y 2.6,Flash Dual LED y zoom óptico x2 (sí, óptico, que por fin podemos acercar un poco la imagen en smartphones sin perder nitidez).
Por aquí arriba puede ver dos ejemplos del modo Retrato, quizás lo más llamativo de contar con dos lentes, tanto de día (condiciones lumínicas aceptables) como de noche (ya no tan aceptables). Hay que decir que, ya sea en este terminal, ya sea en todos los que se han subido a la moda de la doble cámara, el modo Retrato se hace mediante software (saca ambas fotos, las une y desenfoca la parte que entiende que queremos tener desenfocada para dar sensación de profundidad). Y eso quiere decir que no va a quedar tan perfecto como queda en una réflex (es un smartphone, recordemos :D), y que a veces (sobre todo con elementos muy finos como puede ser un paraguas, o muy oscuros como una prenda negra que se intuye debajo de la ropa) puede confundirse. Ahora bien, también tiene su punto bueno y es que al ser por software Xiaomi podría mejorarlo en futuras actualizaciones.
En todas las fotos, por cierto, tengo HDR activo (lo aplico al terminar de sacarla, que mientras estás en modo Retrato no puedes activarlo). Que sé que muchos lo odiáis, pero a un servidor le encanta :D.
En interiores con luz y sin recurrir al modo Retrato las fotos salen como cabría esperar. Cuando no hay tanta luz, como puede ver en ésta de la derecha, hay un poco más de grano. Sobre todo la mayor diferencia respecto a la cámara del S8 (y en general, de cualquier smartphone de gama alta) radica en el valor de f. Fotos de noche con un f de 1,7, que es la que tiene el terminal de Samsung, salen realmente bien, mientras que aquí tenemos uno de 2,2 que como cabría esperar oscurece bastante la imagen.
También he notado que la velocidad del obturador no es tan inmediata. Es muy rápida (tardará como una cuarta parte de un segundo en sacar la foto), pero sobre todo cuando tenemos HDR activo se nota ese pequeño delay que por ejemplo no he sentido con algunos de los móviles top de gama presentados este año.
Es lo que hay. No se puede pedir más por este precio.
Dejo para terminar otra en modo Panorámica de Viena.
Android One y la garantía de actualizaciones de dos años
Decía al principio del artículo que el Xiaomi Mi A1 lleva Android One, y no MIUI, como es habitual en cualquier dispositivo de Xiaomi.
Esto quiere decir, entre otras cosas, que para cuando escribo esto tengo la versión 7.1.2 de Android, y que antes de que acabe el año nos llegará Android 8.
Por lo tanto, he podido probar estos días Google Assistant (no deja de ser un Google Now vitaminado, qué quiere que le diga…) y la experiencia de Android “casi” puro.
Y digo casi porque realmente el Android que lleva el Mi A1 tiene únicamente dos aplicaciones extra de Xiaomi (el Mi Remote, para controlar pantallas como si fuera un mando a distancia, y otra de feedback de la compañía).
Todo lo demás es tal cual Google querría que tuvieran todos los dispositivos Android. Se acabó eso de tener Chrome y un navegador random, el reproductor de música y también otro del fabricante, y decenas de aplicaciones absurdas que vienen impuestas por éste.
A cambio, eso sí, viene con toda la suite de Google, que en mi caso no es algo que me importe (soy usuario diario de todo su ecosistema), pero que puede mosquear a algunos. Aunque también hay que recordar que toda aplicación se puede inhabilitar.
El resultado es que todo va muy, muy, muy fluido. Muchísimo. Es una verdadera gozada hacer transiciones entre aplicaciones y ver que no hay tan siquiera ningún pequeño vaivén de pantallas. Que recordemos que estamos ante un dispositivo de menos de 250 euros, ojo. No en uno de más de 500.
Pero si hay algo que me ha incentivado a hacerme con este smarthpone, y no con su hermano mayor el Mi6, además del precio (cuesta menos de la mitad), es sin lugar a duda el saber que al menos durante dos años vamos a contar con actualizaciones de Android Stock.
Con un matiz importante: No es Google quien envía las actualizaciones, sino Xiaomi, por lo que puede haber una demora entre que los Pixel reciben la actualización y nos llega al Mi A1. Sin ir más lejos para cuando estoy escribiendo esta pieza estamos a 21 de noviembre, y la actualización del 6 de noviembre de seguridad aún no me ha llegado (Actualización dos días después: Ya la tengo :)). Sigo, como puede ver en la imagen superior, con la del 1 de octubre.
¿Qué significa eso? Entre otras cosas, que ya no soy vulnerable a Blueborne (EN/vulnerabilidad crítica en el protocolo bluetooth), pero sí lo sigo siendo a KRACK (vulnerabilidad crítica en WPA2) (Actualización dos días después: Ya no lo soy :P). Al grueso de la sociedad quizás esto no le de más, pero bajo mi humilde opinión el compromiso que adquieren los fabricantes con Android One en cuanto a seguridad y actualizaciones debería ser el futuro de Android. Uno en el que el SO de Google lleva flaqueando desde su creación.
Entiendo que será cuestión de días que esto se solucione, y tengo ganas ya de probar con Android Oreo cómo será la experiencia a pantalla partida… Seguiremos informando :).
Por cierto, que entiendo es cosa de Nougat, pero me ha gustado ver que por defecto el dispositivo ya viene cifrado de serie. Que de hecho no da la opción a no cifrar su contenido desde ajustes (su apartado es meramente informativo). Poco a poco medidas que los paranoicos de la seguridad/privacidad tomábamos se están estableciendo como el camino a seguir, y eso es bueno para todos.
Conclusiones
Por aquí algunos puntos a considerar.
Puntos positivos
- Calidad/precio: No hay hoy en día nada en el mercado a igualdad calidad/precio. Tan sencillo como suena.
- Fotografía: Cámara dual de 12 MPX, zoom óptico x2, Flash LED… Hay poco más que añadir, señoría.
- Android Stock y actualizaciones aseguradas: Tanto las mensuales, como las del propio sistema operativo. A ver qué smartphones que no sean el Pixel de Google y algunos Nexus pueden ofrecer lo mismo…
- Batería: Con 3.080 mAh pensé que se iba a quedar corto. Nada más lejos de la realidad. Ha aguantado como un jabato coberturas de eventos internacionales, y eso es algo que no puedo decir de ningún otro smartphone (los phablets quedan aparte) que haya probado hasta la fecha.
Puntos negativos
- Sensor de la cámara: Le podríamos pedir que su f bajase a 2.0 o incluso menos, pero es que a este precio no hay nada que sea comparable en el mercado.
- Procesador: Hablamos de un procesador de gama media, y por tanto, se quedará presumiblemente corto si somos hard gamers. A cambio, eso sí, una batería que llega a durar 2 días con un uso normal.
- Sin NFC: Es decir, sin posibilidad de pagos móviles. En mi caso es algo que hasta agradezco, en espera de que el ecosistema madure lo suficiente como para resultar seguro, pero entiendo que puede ser un elemento a considerar por algunos que ya se han subido al carro.
El Xiaomi Mi A1 ya no está a la venta, pero tenemos el Mi A2 Lite a un precio bestial (ES).
¿Me he dejado algo? Por aquí me tiene para resolver cualquier duda.
Edit dos días después: Ya me ha llegado la actualización de seguridad de noviembre.
________
Si le gustaría ver más de estos análisis por aquí. Si el contenido que realizo le sirve en su día a día, piense si merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.
El Xiaomi Mi A1 se ha actualizado ya a Android Oreo. Avisaron casi en Noche Vieja que iba a empezar a llegar la actualización vía OTA, y al final a mi me ha llegado tres días después.
Los problema xianimo A1, necesita copiar o mover a mi PC windows 7 peros mas largo tiempo mas 12 horas o 48 horas, no puede ser copiar y mover en foto y video en datos, es poco problemas muy lento xianomi copiar a PC, es oscurre ante comprado hace 1 años y medio pero movil nuevo xiaomi A1, oscurre no puede applicacion esta llenos 4GB ram es muy insuficientes y tambien agotado memoria para foto y video muy llenos 64GB , me prehubados coger foto y video hacer a mi ordenador windows 7 hacer copiar fotos y video hasta usb disco duro 1TB pero problemas lentos fotos y video dice durantes mas 12 horas o mas 48 horas. No me gusta chino xiaomi
por favor ayuda urgentes
Óscar, por lo que te he entendido no puedes pasar fotos y vídeos de tu Xiaomi Mi A2 a tu ordenador con Windows 7 porque va muy lento.
Me da a mi que o bien estás utilizando un cable muy viejo, o bien el problema será que tu ordenador por lo que sea va bastante mal.
Yo tengo un Mi A2 y vaya, que si lo conecto (la mayoría de las veces me lo paso por WiFi) me va rapidísimo. En unos minutos tengo subidas carpetas enteras llenas de fotos y vídeos.