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Negocios Seguros

servicios privados

Ya sabes cómo funciona el lanzamiento de un servicio digital:

  • Si tiene un alcance potencial masivo: Nace siendo completamente gratis, para luego encontrar la manera de monetizarlo.
  • Si tiene un alcance limitado (B2B, por ejemplo): Nace ya con un modelo freemium, o directamente con opciones de pago.

No hay medias tintas, y el ejemplo lo tienes con el lanzamiento practicamente cada semana de alguna otra nueva red social que va a ser la futura TikTok.

¿El problema? Pues que si llega madurar y consigue el mínimo número de usuarios como para ser interesante, es entonces cuando llegan los sistemas de monetización.

Y, lamentablemente, con ellos la cosa se suele joder.

Lo veíamos estos últimos días con tres temas que quería tratar en estas líneas. A saber:

Como diría Jack el Destripador, vamos por partes…

INSTAGRAM Y LA PUBLICIDAD

Meta no está precisamente en su mejor momento.

Con dos trimestres de pérdida consecutiva de usuarios en sus plataformas, y con esa TikTok haciéndole sombra, a Zuckerberg le están soplando la nuca los inversores para que haga movimientos que aseguren un flujo de caja superior.

Y eso pese a que tienen una baza tan potente como es el hecho de contar con plataformas masivas de pseudo-sociabilidad digital. Al menos, más que BeDance, dueña de TikTok, con una plataforma ahora mismo muy lucrativa pero de puro entretenimiento (frente a Instagram, donde algunos todavía lo usan para contar qué hacen en su vida, a TikTok se va a perder el tiempo viendo vídeos).

Entre las acciones, una muy esperable: aumentar el número de anuncios que consumimos en la que es su app más exitosa: Instagram.

Como si no hubiera ya pocos… Hace unas semanas, de hecho, hablábamos precisamente de ello.

El caso no es, por tanto, que haya más, sino dónde se van a colocar, y es que además de la publi en el timeline que tenemos actualmente, la idea de Instagram es meter publi en los carrouseles de las búsquedas, y ojo, también en los perfiles de los usuarios.

Concretamente, en la versión de navegación a una columna, cuando un tercero visite nuestro perfil.

Es decir, que cuando entre en ejecución este cambio (que ya están, al parecer, probando en un limitado número de perfiles), los perfiles de cada una de nuestras cuentas también estarán monetizadas por la plataforma.

Y nosotros, además, que somos los productos de contenido gracias a los cuales la plataforma es interesante, al no vivir en EEUU, no veremos ni un mísero céntimo de todo lo que facturen por ello.

Otro ejemplo más de los riesgos que asumimos al basar nuestra presencia digital en plataformas de terceros.

YOUTUBE Y EL 4K

Saltamos de Instagram a Youtube, y es que la plataforma de vídeos ha informado que está probando pasar la reproducción de vídeos en 4K a los usuarios premium, de manera que si quieres ver vídeos en esta calidad, o pasas por caja, o no los ves en Youtube.

Es un ejemplo más de guión de servicios que nacen con una serie de funcionalidades, y más adelante las capan artificialmente para hacer más atractiva su versión de pago.

Hablaremos en conclusiones más en profundidad sobre esto.

GOOGLE COLAB LIMITA SUS RECURSOS DE COMPUTACIÓN

Y seguimos con Google, porque su plataforma de ejecución de código en la nube ha hecho un movimiento semejante. Aprovechando un cambio de tarifas, y asegurando que ahora incluyen muchas más opciones, lo cierto es que esto solo beneficia a la empresa.

Y por tres motivos principales:

  • La versión gratuita, que antes no estaba per sé capada, parece estar ahora oculta en sus opciones de tarifa, y además, según reportan no pocos usuarios, desde el cambio da la casualidad que no tienen capacidad de computación mínima. Algo que, ojo, Google ya se reservaba a hacer, al no garantizar por POS estos recursos a los usuarios gratuitos (solo podrían aprovechar los recursos que no estuvieran en uso por usuarios de pago). Debe ser que ahora, de pronto, la mayoría se ha pasado al pago…
  • La versión de pago «Paga por lo que uses», que desde Google aseguran que ahora es mucho más flexible, es justo lo contrario. Antes podías contratar, por ejemplo, 120 unidades de computación, pero a partir de ahora las unidades se venden por paquetes de 100, de forma que si necesitas 120, vas a tener que comprar 2 paquetes, y por tanto pagar más.
  • Para colmo, el cambio de infraestructura, de unas GPU Nvidia T4 Tensor Core, a unas GPU Nvidia V100, tiene trampa. Primero porque las segundas, aunque las contrates (pagando su precio), su acceso no está garantizado. Y segundo porque además, al no garantizar cuál vas a poder usar en cada caso, y consumir más recursos las V100, se espera que haya menor rendimiento de los packs, lo que se traduce, nuevamente, en el hecho de que tocará pagar más.

CONCLUSIONES

Como podemos observar, tenemos por aquí tres ejemplos de servicios gratuitos que capan su funcionalidad por exigencias del negocio.

Una estrategia que me parece sencilla y llanamente lamentable, más que nada porque existe otra opción, que por cierto es la que un servidor ha llevado a cabo en esta santa casa y en todos los productos que desarrollo, y que no es otra que mantener lo que antes dabas gratis, e INCLUIR nuevas funcionalidades para los usuarios de pago.

Fíjate la diferencia:

  1. En el primer caso, lo que haces es limitar funcionalidades que antes el producto o servicio tenía para forzar a que los usuarios a pagar.
  2. En el segundo, mantienes lo que ya dabas de forma gratuita, y das alicientes para los que quieran un plus de pagar por ello.

Pues debe ser que la primera funciona mejor a nivel de negocio, oye, por que da la casualidad que es la que hacen casi todos los grandes.

Joder y forzar al pago cuando ya tienes una masa mínima de usuarios dependientes del servicio.

A ver si aprendemos…

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