Consolas retro-mini arcade: nostalgia pura en embase micro

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Negocios Seguros

Un mes más, y otra excusa para hablar del proyecto de micromecenazgo de esta página.

Ya sabes, que PabloYglesias publica todo en abierto a excepción de dos contenidos semanales:

• El artículo del martes, en el que trato de forma un poco más profunda un tema de actualidad tecnológica.
• La newsletter de los jueves, que es un recopilatorio de todo lo importante que ha ocurrido a nivel de seguridad informática en los últimos días.

Esto es lo que se ve desde «fuera». Pero lo cierto es que el mecenazgo de PabloYglesias incluye bastantes más cosas. Que si el grupo privado de mecenas en telegram, que si el envío antes de que salga al mercado de un ejemplar de mis libros firmado y dedicado, que si consultorías, que si patrocinios… y también, que es de lo que quiero hablar hoy, de un regalo tecnológico dos veces al año, que fue la periodicidad elegida por los mecenas en su día (a más tiempo entre regalos, más valor tendrá lo enviado).

Desde que empecé con esto hemos ido regalando un poco de todo. Que si gafas de realidad virtual, que si herramientas de ciberseguridad… En fin, de esos típicos gadgets que a un friki como tú o como yo nos gusta tener, pero que no siempre acabamos comprando.

El caso es que echando la vista atrás, los últimos regalos que había enviado a las casas u oficinas de los mecenas eran muy centrados en la productividad y la seguridad. Es decir, accesorios muy útiles para el día a día, pero «poco entretenidos».

Así con eso en mente, y puesto que estábamos en Navidad, me apeteció regalarles otra cosa que de útil tiene más bien poco, pero es entretenida de cojones.

Una consola mini retro arcade.

De consolas mini retro arcade va la cosa

Dicho y hecho.

Me puse a buscarla el 30 de diciembre por diferentes páginas, y acabé dando con un vendedor que tenía stock de sobra, a un precio más que accesible, y que enviaba de importación desde Reino Unido.

Me cercioré de que las dimensiones y lo que ofrecía era lo que buscaba (hay muchas en el mercado que son de tamaño llavero, y sinceramente son más un adorno que otra cosa, mientras que yo buscaba algo que sirviera de adorno pero que se pudiera jugar), e hice el pedido.

Como suele pasar en estos casos, a cada mecenas que vive en España le llegó prácticamente cuando a mi (a las dos semanas, que era de importación), mientras que para los que estáis fuera, os ha tocado esperar varias semanas más. Es más, a alguno de los que vivís en EEUU, no sé por qué, pero todavía no os ha llegado (manda narices que llegue antes a países de latinoamérica que a EEUU…).

Sea como fuere, y como puedes ver por las fotos que acompañan este artículo, me acabé decidiendo por una consola mini retro arcade de Heavy Barrel, un juego que tiene exactamente la misma edad que un servidor («nació» en 1987) para los arcades de la época (ES), aunque más adelante se acabaría portando también al Apple II, Nintendo NES y hasta DOS (IBM).

El típico juego de tiros en 8 bits, en el que te desplazas en un falso plano cenital en las ocho direcciones matando a todo lo que se te ponga por delante, y evitando que te maten a ti.

Es probable que alguno de los que estáis por aquí lo hayáis incluso llegado a jugar en arcade. Creo que no ha sido el caso de un servidor, que sí lo había tocado pero ya en su versión de Nintendo NES.

Tras ponerle las 4 pilas AAA que pide (y que no trae en la caja) el juego en sí se juega sin problemas. Y señalo esto porque a veces, en consolas de dimensiones muy reducidas, o con acabados baratillos, acaba siendo imposible disfrutar de estos juegos.

Para solventarlo, como puedes ver, han sido listos a la hora de meter una cruceta con joystick incluido (facilita mucho el movimiento) y puesto que es un juego que con solo dos botones se disfruta sin problemas (disparo normal, disparo fuerte), tienes todo lo necesario para darle al vicio.

A nivel físico, por cierto, la consola es fiel a los grabados que probablemente en su día tendría la arcade original. Que no le falta detalle, ojo, incluyendo los laterales y la parte de arriba. Sencilla y llanamente, es preciosa de por sí. Incluso como un mero adorno.

Se enciende, por cierto, con un botón grande central que emula la zona donde históricamente los arcades tenían el agujerito para meter la moneda (tiene hasta unos led que se quedan encendidos mientras juegas), y por lo demás es exactamente lo mismo, con la salvedad de que aquí, y por razones obvias, la pantalla es de 2,75″.

En fin, una tontería de esas a la que probablemente le des una tarde, y luego quieras dejarla cogiendo polvo en la estantería. Exactamente igual que con el resto de consolas retro mini que han ido sacando últimamente (un servidor tiene el despacho de Madrid la NES y la PlayStation).

Uno de esos regalos que mola dar, y sobre todo quiero pensar que mola recibir.

En unos meses, el siguiente :).

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