A mediados del mes pasado escribía una pieza sobre cómo la industria del videojuego en PC estaba en cuestión de meses cambiando radicalmente, de un escenario puramente centralizado (Steam como plataforma de facto) a otro en el que cada vez había más competidores serios.

¿La principal razón?

Depender de los designios de una única plataforma es una putada casi para todo.

Sin competencia las cosas evolucionan más lentas, y además quien gestiona la plataforma te tiene cogido de los $·»#€¬~#!.

En aquel entonces, el surgimiento de Epic Store era un canto de sirena que venía motivado, precisamente, por los porcentajes que manejan estos intermediarios. Con Steam, Valve se queda el 30% de los beneficios. A cambio, eso sí, de ofrecer una comunidad ya asentada y una serie de servicios (distribución de software, pasarela de pago, tienda online, foros…) que para un desarrollador indie lo mismo supone una ruptura de las barreras de entrada considerables, pero que para un gigante… como que le da igual.

Otro símil, que viene de la mano del mundo de los videojuegos pero en otro escenario (móviles), abría la caja de pandora ya hace unos meses. Epic decidía sacar el Fornite en Android… pero no en la Play Store. Quien quisiera jugarlo, tenía y tiene que descargarlo desde fuera del market oficial de Android.

¿La razón? Nuevamente la esperable. Si la aplicación se descarga en la Play Store, el 30% de los beneficios que produzca tienen que ir a parar a Google. Con esta estrategia Epic se aseguraba el 100% de beneficios, no el 70%.

Y estos días estamos viviendo lo mismo con Netflix, que ha decidido saltarse el sandboxing de la AppStore (EN) para sus suscripciones.

Hasta ahora, en iOS, y por cómo está diseñado el sistema operativo de la manzanita, todos los pagos tienen que pasar sí o sí por el market oficial (es lo que tiene Apple). Y por supuesto Apple se queda un 30% de todos los beneficios.

Una de las últimas actualizaciones de la aplicación para iOS ya no utiliza el sistema de suscripción de la App Store, sino que cuando el usuario va a hacer el pago, la aplicación le abre una página embebida de safari a la web de Netflix.

No son los primeros. Spotify levantó el hacha en Europa no hace mucho (EN).

Esto, según la normativa de la App Store, está prohibido (toda suscripción y pago por servicio debe pasar por sus entrañas), así que está por ver qué van a hacer los de Cupertino.

Si permiten que algún gigante se salte a ley a sabiendas que su ecosistema necesita a estos gigantes (no me imagino un iOS sin Netflix, sinceramente), o si en efecto se pone dura.

Steam, recuperando el tema anterior, ha optado por bajar el porcentaje de beneficio que gana de grandes cuentas. Y a Apple le va a tocar mover ficha, ya que precisamente por este mismo tema (un sistema operativo puramente monopolístico) está estos días frente al Tribunal Supremo estadounidense.

Principios de año empieza la mar de interesante :D.

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