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Negocios Seguros

BNPL

Tenía pensado publicar para hoy por estos lares un artículo sobre PassKey de Apple, pero también quería hablar de este otro tema que nos dejó la keynote de la semana pasada, así que he publicado justo hace un instante el de PassKey en CyberBrainers, y así me puedo centrar por aquí en el BNPL.

Vamos al lío.

Básicamente un sistema BNPL es un modelo de financiación controlado, del tipo Buy Now, Pay Later, por el que cualquier cliente puede comprar algo y pagarlo en plazos más adelante.

Hasta aquí, nada extraño. Históricamente han sido los bancos y demás empresas crediticias las encargadas de ofrecer estos incentivos a sus clientes. A veces con comisiones, a veces sin ellas.

El caso es que, de una parte a la actualidad, y siguiendo la tendencia en auge de empresas tecnológicas ofreciendo servicios financieros, este tipo de modelos de pagos están cada vez más al acceso del grueso de la sociedad.

Que se han democratizado, vaya.

Y justo quería hablar de esto.

Porque mira que a un servidor le encanta que cualquier cosa se democratice, oye.

Pero es que justo esto, pues como que le veo cosas negativas.

Me explico.

Una tendencia de compra difícilmente gestionable por usuarios sin conocimientos financieros

Tanto Google, Amazon, Facebook, como en este caso Apple, se están subiendo al carro de los pagos en cómodos plazos.

La idea es por tanto que lo que compremos en sus markets lo podamos empezar a consumir ahora, y pagar en X meses sin intereses. Normalmente, en cuatro.

Así, facilita el acceso, por poner un ejemplo, a un iPhone para alguien que no podría pagar de golpe, digamos, 1400€, pero quizás sí unos 400€ durante tres o cuatro meses.

¿Qué problema le veo a esto?

Pues que se use de forma puntual, ninguno. De hecho, poniéndonos estrictos, es algo positivo para el cliente, ya que tiene más opciones para financiar las compras.

El problema surge cuando estos servicios, que como decía antes estaban solo al alcance de un porcentaje limitado de la sociedad, y mediante servicios intermediadores de pagos, pasan a estar disponible para todos, y de forma directa en la propia tienda, utilizándose por tanto como reclamo publicitario para cualquier compra que realices.

Tener, como decía, un pago a plazos puntual está bien, pero en el momento en el que empezamos a aglutinar plazos que se solapan unos con otros, y más en el grupo de consumidores generalista, sin conocimientos financieros de ningún tipo, es donde sale el verdadero negocio, que no es otro que el siguiente.

El negocio está en los impagos

Casualmente, todas estas tecnológicas tienen en común que sus sistemas de financiación de compras tienen unos pocos meses de pago sin intereses, pero cuando el plazo final se cumple es cuando los intereses afloran (EN).

Es, a efectos prácticos, un lobo con piel de cordero, ya que la idea pasa por sembrar a todas sus plataformas de servicios de financiación, con la esperanza de que cuando varios pagos se junten (algo que, recalco, acabará pasando con aquellos usuarios sin conocimientos fiscales que son precisamente el objetivo de las campañas de marketing de estos sistemas) y el cliente no pueda afrontar los plazos, tenga que pagar un sobrecoste que irá aumentando incrementalmente.

Unos sistemas creados ex profeso para aprovecharse de las personas financieramente más vulnerables, que son las que por un lado requieren más de estos servicios de financiación, y por otro, tienden más a caer con mayor pretensión en el bucle de pagos con demora e intereses cada vez más altos.

De cara a estas empresas, por supuesto, todo son ventajas, ya que con ello incentivarán la compra de productos con costes mayores entre una clientela precisamente que hoy en día no es capaz financieramente de acceder a ellos, y además, arañarán unos cuantos pagos recurrentes con sobrecoste de los que no puedan afrontar la financiación sin intereses.

Que sí, que es cierto que todo este movimiento comienza precisamente en un país, Estados Unidos, con una ciudadanía muy habituada al pago vía crédito (y en muchos casos esclavos ya de este sistema de financiación a plazos). Pero no deja de ser preocupante el hecho de que algo que hasta el momento dependía de directamente del sistema de pago, ahora se enmarque verticalmente en el proceso de compra.

Una manera más de incentivar el consumo irresponsable e inmediato. El que sale del corazón, en caliente, y no del cerebro. El consumo basura que tan interesante es para una compañía como Apple, como Amazon o como Google, por poner los tres grandes ejemplos tecnológicos que se han subido al carro.

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