No sé si te has fijado que culturalmente, cuando alguien nos pone una cámara delante, tendemos a sonreir.
A veces más forzado de lo que nos gustaría, pero lo cierto es que hay algo antropológico (cultural) en eso de intentar aparentar en todas las fotos que lo estamos pasando mejor de lo que realmente lo estamos haciendo… en la mayoría de ocasiones.
Y que oye, tampoco hace falta estar muerto de risa para pasarlo bien…
Pero, sea como fuere, esa media sonrisa, o esa sonrisa de oreja a oreja suele aparecer en casi todas las fotos que tenemos de nosotros, y que vemos de nuestros amigos y familiares.
Sin embargo, hay en toda esa hemeroteca gráfica de nuestra vida una sección donde no se suele recomendar sonreír, y que de hecho en algunos países está hasta prohibido.
Hablo de las fotos para el DNI, documento de conducir o pasaporte.
Por qué no se recomienda (e incluso se prohíbe) sonreír en las fotos para el DNI o el Pasaporte
Más allá de posibles estereotipos, hay dos razones de peso para que esto ocurra así.
Es más, en Reino Unido o en Francia, directamente, te echan para atrás la foto a la hora de renovar uno de estos documentos si apareces sonriendo en ella. En España, no obstante, lo permiten siempre y cuando no sea una sonrisa muy amplia (se puede sonreír ligeramente).
Son algunas de las limitaciones que se unen a otras más conocidas como el hecho de que no puedes llevar puesto nada que tape parcial o totalmente tu cara, como pueden ser gafas de sol, mechones de pelo…
Por supuesto, la primera razón de todas es una obvia: facilitar la identificación de la persona a los cuerpos de la seguridad y el orden.
Por regla general, cuando vayas a tener que identificarte, por ejemplo, en una cola de aduanas, o en un control de la Guardia Civil, lo que menos sueles querer hacer es ponerte a sonreír.
Si en la foto sales muy contento, y luego al mirarte ven la cara de perro que llevas después de ese viaje de 12 horas, y a la vuelta de una noche de fiesta, pues como que puede haber falsos positivos y pensar que la persona que tiene delante el agente no es quien dice ser.
Pero hay otra razón que es aún más importante, y es que, por si no lo sabes, el pasaporte no solo es un libro repleto de hojas vacías esperando un sello. En esa lámina de policarbonato donde viene impresa tu foto y tus datos, y en tu DNI (siempre y cuando lo hayas hecho en esta última década) contiene también un chip que, entre otras cosas, almacena toda la información biométrica de tu rostro.
Gracias a ello, por ejemplo, habrás visto que si eres ciudadano europeo y estás viajando por Europa, puedes pasar los controles de aduanas mediante unas maquinitas automáticas que te leen el pasaporte y te piden que te pongas delante de una cámara para ver que eres tú, sin que intermedie ningún agente humano.
Esto se debe a que la máquina está leyendo del chip de tu pasaporte la información biométrica de tu rostro, es decir, un conjunto de 1s y 0s que miden, principalmente, las distancias entre ojos, nariz, boca y orejas para crear un patrón único de cada persona. En total, el pasaporte europeo mide entre 14 y 20 puntos del rostro a la hora de crear ese patrón.
¿Y qué pasa si sonríes? Pues en efecto. Que esas distancias se deforman, aumentando o disminuyendo su valor según dónde se coloquen los músculos para realizar el acto de sonreír.
Debido a esto, si te estabas riendo en la foto del pasaporte, y luego cuando vayas a pasar el control de aduanas, estás serio (como estamos todos cuando lo pasamos) es bastante probable que el sistema no pueda identificarte, mandándote de nuevo a la cola general para extranjeros. Es decir, generando más problema que el que solventan. Los sistemas de reconocimiento mediante patrones biométricos tienen un margen de error relativo, por supuesto, pero este puede ser inferior a la deformación que sufrimos cuando estamos sonriendo frente al estado normal (relajado) de los músculos faciales.
Por todo esto, lo mejor, para evitar problemas mayores, es aparecer serio, o como mínimo en un estado neutral cuando sacamos esa dichosa foto. Con un gesto neutro y relajado, que no nos fuerce a tener un estado anímico específico el día que necesitemos identificarnos, sobre todo si estamos ante una máquina.
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Buenos días. Acabo de leer tu artículo y me sorprende lo que comentas. Porque acabo de hacerme la foto para el pasaporte y en la tienda me han dicho que podía sonreír. Espero que no haya problemas, ya que quiero ir a Escocia. Aunque de todas formas, cuando llego al reconocimiento de una aduana, suelo esbozar una sonrisa triunfal, pensando que por fin he logrado llegar hasta ahí, después de una larga cola. Donde no suelo tener buena cara, es cuando estoy en la cola. Así que eso igual me beneficia.
Jajaja, pues sí. El tema es ese, que generalmente pasa justo al contrario. Lo que menos te apetece es ponerte a sonreír a una máquina después de haberte comido esa cola xD