Se cumplía este lunes 43 años de la primera vez que dos computadoras (situadas en la universidad de California) se comunicaban entre sí. Esos apenas 4 metros y medio de cable que separaban un computador de otro es lo más parecido a la primera comunicación informática de la historia.


43 años más tarde, un equipo internacional de investigadores ha conseguido una proeza semejante, pero esta vez en entre la isla de Palma y la de Tenerife (143 km), y con un quantum bit (qbit), teleportando un fotón por un laser de gran potencia. Al cambiar el estado del fotón, este comunica su estado y cambia el del fotón receptor, y puesto que hablamos de velocidades iguales a la de la luz y sin retorno, el traspaso de la información es instantánea.

A quien esta palabra le suene a chino, os diré que los quantos es la medida informativa usada en las tecnologías cuánticas, y en este caso en las telecomunicaciones cuánticas, que parten de la paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen (Paradoja EPR) de la mecánica cuántica.

Como peculiaridad, esta tecnología, al funcionar fuera de las condiciones comunes de las ondas, ya no están sujetos a las limitaciones espacio-temporales de las señales radioeléctricas, y por tanto la comunicación es prácticamente instantánea. Aunque parezca ciencia ficción, lo cierto es que en un futuro quizás la computación sea cuántica, y por tanto, los procesamientos y la estructura interna de todo el sistema actual de tecnología sería muy diferente.

Hablando puramente del experimento, decir que esa distancia coincide con el radio en el que orbitan los satélites LEO (de órbita baja), y por tanto, podría estudiarse intentar comunicarse cuánticamente con alguno de ellos, convenientemente modificado.

Esto llevaría innegablemente a la creación de una red cuántica, casi imposible de desencriptar, e instantánea.