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Como ya adelantaba en los objetivos de este año, iré trayendo por estos lares, de vez en cuando, artículos relacionados con cómo invertir nuestras finanzas personales y empresariales, que es un tema al que le llevo dedicando bastante tiempo, y que además, creo que mal no le va a hacer a nadie.

De hecho, ya he ido publicando piezas sobre inversión en crypto por estos lares, y muy probablemente irán cayendo a lo largo de las próximas semanas algunas más.

¿La razón? Pues que llega el día en el que por suerte, y tras trabajar como un cabrón, acabas ahorrando algo de dinero en la cuenta, y te planteas qué demonios puedes hacer para ponerlo en circulación.

Y puesto que voy a hablar de temas económicos, quería empezar esta primera pieza de lo que espero sea una serie de artículos con un disclaimer y varios axiomas que creo son críticos conocer para todo aquel que esté en esta tesitura.

Disclaimer sobre cómo y por qué invertir

Hay que dejar claro, por si alguien aterriza en este o futuros artículos de esta serie y no me conoce, que YO NO SOY ECONOMISTA ni un gurú del interés compuesto. Simplemente soy un ciudadano más con la imperiosa necesidad de consumir información y sacar sus propias conclusiones.

Es más, y esto es importante: NO VOY A VENDERTE UN CURSO o recomendarte tal plataforma porque tenga un acuerdo con ellos. Un servidor vive de la consultoría tecnológica, que tiene poco que ver con todo esto. Y por ello, todo lo que voy a decir en este artículo y en los próximos relacionado con la inversión viene dado por lo que he ido aprendiendo este tiempo. Por mi experiencia y conocimiento personal. Punto.

¿Que te sirve para ahorrar algo de tiempo a ti? Perfecto.

¿Que te parece una gilipollez? Perfecto también.

Eso quiere decir que lo que voy a decir por aquí no debe tomarse como algo más allá de una mera enumeración de postulados que un servidor comparte. Ni voy a recomendar invertir en tal o en cual activo, ni te voy a quitar las ganas de hacerlo.

Cada uno gestiona su patrimonio como le da la gana, que para algo es suyo. Y lo mejor de todo esto, como además voy a dejar claro en múltiples ocasiones, es que ni el más gurú del mundo es capaz de acertar siempre.

Más bien todo lo contrario.

Y te pongo un ejemplo:

De hecho, fíjate que en forex se parte siempre de la premisa de intentar batir el 50% de posibilidades de acierto que tienes al decidir comprar (invertir) a la alza o a la baja un activo, y que viene dada por la propia suerte.

Es decir, que de base, sin tener ni puta idea de lo que haces (como si pones a tu perro a darle a uno u otro botón según lo que le apetezca), tienes un 50% de ganar y un 50% de perder. Igual que jugando a rojo o negro en una ruleta (y vale, sí, está por ahí el 0 que haría que tuvieras alrededor de un 48% de ganar y un 52% de perder… pero por resumir).

Todo el conocimiento y valor que le saques a él (lo que venimos llamando sabiduría), bien usado, solo hará aumentar ese porcentaje de éxito, reduciendo por tanto el fracaso.

Pues esto es la inversión. Simplemente probabilidad más o menos alta de acertar.

Pese a ello, si hay algunos elementos incuestionables en esta ecuación. Constantes que sabemos a ciencia cierta que siempre se cumplen, y que un servidor ha reducido a 4.

Vamos con los axiomas que rigen mi estrategia de inversión.

Axioma 1: 100 euros en la década de los 20 no serán lo mismo que 100 euros en la de los 40

Lo he dicho de pasada hace un rato, pero lo meto por aquí para que tenga entidad propia.

Si en 2020 con 100 euros podías comprar X cosas, te aseguro que en 2040 con esos 100 euros vas a poder comprar X-Y cosas, siendo Y un número mayor que 0.

Eso quiere decir que si vives feliz pensando que vas a dejar a tus hijos 40.000 euros en esa cuenta corriente que tienes en el banco, para cuando los pobres vayan a sacarlo, esos 40.000 no valdrán ni de lejos lo que valen hoy en día.

A esto, además, súmale el hecho de que hace ya unos cuantos años que tener dinero en la cuenta corriente, y salvando honrosas excepciones (hablaré de ello más adelante), no te produce absolutamente nada. Lo que en el argot de los banqueros es tener un TAE del 0%.

Por tanto, y como veremos a continuación, la estrategia de dejar el dinero debajo de la almohada conlleva en sí misma un riesgo considerable, al saber que sí o sí estamos con el tiempo devaluando nuestro patrimonio.

  • No invertir = Perder dinero.
  • Invertir = [Perder OR ganar] dinero.

Que cada uno piense lo que le merece.

Y vamos con la siguiente máxima.

Que lo interesante de cualquier sistema complejo (como es una evolución macroeconómica) es que no hay manera alguna de predecir el futuro, y por tanto de adelantarse a los acontecimientos.

Me explico.

Axioma 2: Ni tú ni yo podemos saber qué va a pasar en el futuro

La única manera de predecir qué va a ocurrir el año que viene o dentro de 5 años es que tengamos acceso a información privada de los agentes que manejan el cotarro.

Es decir, que tengamos un primo con muchísimos contactos en las altas esferas. Los suficientes, al menos, para enterarse cuándo tal compañía va a quebrar, o va a ser comprada por x otra, o que tal país planea emitir más billetes o subir los tipos de interés.

O, ya puestos, ser amigo de Dios y saber cuándo nos va a lanzar la próxima pandemia.

Como eso, ni yo, y supongo que tampoco tú, lo tenemos al alcance, mi estrategia de inversión a largo plazo pasa por basarme en el histórico de estas últimas décadas, y jugar a la lotería (ese 50% más el conocimiento que estos axiomas me da) corriendo el menor riesgo posible.

Es decir, DI-VER-SI-FI-CAN-DO.

El palabro de moda. Y no es para menos.

Intentando exponerme al menor riesgo posible. Una cosa que veremos más en detalle en próximos artículos, y que, ya sea dicho de paso, me hace dormir más tranquilo.

¿Que podría ganar más dinero si invirtiese en forex analizando gráficas de velas y con complejos estudios de la cuadratura del círculo?

Pues es posible. Aunque, ya puestos, tanto este estudio realizado con los datos de usuarios en Robinhood (EN) como este otro de eToro (EN) dice exactamente lo contrario: La amplia mayoría de los supuestos traders pierden más que ganan.

Que lo que busco es vivir tranquilo, a la larga no perder capital, y con suerte, hasta ganar algo para la jubilación o los problemas que me puedan venir el día de mañana.

¿Que cómo se consigue esto? Pues sigue leyendo.

Axioma 3: Solo hay algo que sabemos a ciencia cierta, y es que el mercado es cíclico

Desde que tenemos registros (es decir, desde principios del siglo XX) en el mundo capitalista, que es en el que nos ha tocado vivir, hay una verdad absoluta, y es que en cada época el mercado está en uno de los siguientes cuatro estados:

  1. Expansión: Es decir, época de bonanza. De crecimiento. El mundo de la piruleta, donde todo va genial.
  2. Inflación: Las cosas se tuercen, y los precios suben más que la propia economía. Justo en cómo estamos actualmente.
  3. Deflación: El contrario de la inflación, al bajarse los tipos de interés (que pasan a ser negativos) y por tanto caen en picado los precios. Se devalúa la economía.
  4. Recesión: La particular de este estado económico es que el crédito se frena y el dinero en circulación disminuye. Hay menos «pasta» en el mercado.

Por supuesto, hay matices, y los estados económicos tienden a superponerse unos con otros. Pero en líneas generales, y por simplificar muy mucho cómo funciona el capitalismo, en cada momento estaremos al menos en uno de estos estados, que será el mayoritario.

Axioma 4: Para cada momento económico hay activos que funcionan mejor que el resto

Lo chulo de las ciencias económicas es que, analizando la evolución histórica de nuestra economía, es posible saber (a toro pasado, claro, que para eso está el axioma 2) qué hubiera sido la mejor estrategia para minimizar la hostia en cada caso.

Y me explico:

  1. Economía en expansión: En este momento sin lugar a dudas lo que mejor funciona es la inversión en acciones, por eso de que las empresas son los activos que más crecen en un mercado en crecimiento (lógico, ¿verdad?).
  2. Economía inflacionaria: Al subir los precios, el ciudadano pierde poder adquisitivo, y por ende la moneda vale menos. ¿Qué hacer en estos casos? Pues buscar un valor refugio que no dependa en exceso de las monedas. ¿Y cuál se ha usado durante casi toda la historia de nuestra civilización? Pues sí, el oro, que no se devalúa tanto como el resto de materias primas por ese valor que históricamente le hemos dado.
  3. Economía deflacionaria: En esta época, la mayoría de las inversiones se frenan, por eso de que los inversionistas están esperando a que el precio de los activos baje aún más para volver a comprar. ¿Qué funciona mejor? Pues los bonos, por eso de que al caerse la economía, son los Estados los que más hacen para levantarla, aumentando el beneficio obtenido de los bonos.
  4. Economía en recesión: Realmente en esta época no hay ningún activo de inversión que funcione del todo bien. ¿Qué se hace para evitar la hostia? Pues, por anecdótico que parezca, lo mejor es guardar los billetes debajo de la almohada. Es decir, tener liquidez, que es justo lo que falta, y es lo que nos permite comprar a mejor precio (recuerda que el resto de la sociedad no tiene capital líquido para invertir).

Axioma 5: El mercado a la larga SIEMPRE va a la alza

Y añado un dato más: En la historia reciente de la economía capitalista, hemos pasado por más épocas de crecimiento que de crisis, de forma que mirándolo a nivel macro, el mercado, con sus bajones cíclicos, ha ido siempre en aumento.

Esa es la razón de por qué cuando yo era pequeño y mi madre tuvo que pagar el aparato para arreglarme un mísero diente que estaba torcido, tuviera que pagar 1.700 euros (al cambio, que lo pagó en su día en pesetas).

Y un servidor, el otro día, por volver a poner aparato para arreglar la mordida, he tenido que pagar 4.500€.

Por (casi) el mismo servicio… pero veintitantos años más tarde.

Conforme pasa el tiempo, el nivel de vida aumenta, pero también lo que ganamos (no siempre, lamentablemente, en la misma cuantía).

Que nunca en la historia de nuestra civilización ha habido tanta riqueza, y tan diversificada, como lo hay actualmente. Aunque sea verdad que llevamos una década un tanto jodida entre la crisis de 2008 y la del COVID de estos últimos años.

Y esto es bueno para aquellos que sepan invertir su patrimonio, y malo para aquellos que confíen en guardarlo debajo de la almohada.

El próximo día seguiré con una pieza sobre dónde y cómo invertir para evitar esa devaluación del dinero en cuenta corriente.

Dónde crear nuestra cartera de inversión

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