pelicula el club del odio

La película comienza siguiendo en un magnífico plano secuencia la mañana de una profesora de parvulario, destrozada en el baño al volver a obtener un negativo en la prueba de embarazo, mientras pone su mejor cara para entretener a uno de sus alumnos, que está esperando a que su madre llegue a buscarle.

Ese día está nerviosa. Ha quedado con otras cuantas mujeres en lo que espera sea la primera de muchas jornadas para comer dulces y beber té.

El párroco les ha dejado una habitación en la iglesia para realizar su primera reunión, y hasta allí vamos, protagonista y espectadores, para conocer al resto de mujeres. Algunas conocidas entre sí, otras que han llegado por mediación de alguna de ellas.

Una relajada reunión de chicas que se vuelve oscura cuando una de ellas desenvuelve la tarta de arándanos con una esvástica adornada, y comienza a decir:

“Hemos venido para apoyarnos entre todas en esta guerra multicultural. Nos han lavado el cerebro para que nos avergoncemos de nuestra cultura. Para sentirnos culpables por la prosperidad que nuestros maridos, nuestros padres, nuestros hermanos tuvieron aquí en Occidente. Y de la que todo el mundo se ha beneficiado”

Para entonces, apenas han pasado 15 minutos del largometraje de la directora Beth de Araújo, pero suficiente para darte cuenta que estás ante una obra bien argumentada y muy premeditada. Una que sirve de fiel reflejo al papel que tienen hoy en día las olvidadas mujeres en los grupos de la alt right norteamericana.

El supremacismo no va solo de hombres

A principios de este mismo mes, en un centro comercial de Texas, ocho personas de raza negra fueron asesinadas por lo que parece ser (a falta de que termine la investigación) otro nuevo homicidio múltiple de un supremacista blanco (ES).

Casi cada semana tenemos al menos noción de otro asesinato múltiple cuyo eje común es el odio hacia el que no es como nosotros. Hacia esos que creen en otro dios distinto, o su piel es diferente. Pese a que lo mismo llevan más generaciones viviendo aquí que las de nuestros antepasados.

Las noticias ya no cubren a bombo a platillo la guerra que desde hace años se está llevando en el país de las oportunidades. Una considerada por la Secretaría Nacional como LA MAYOR AMENAZA de EEUU (EN).

No el terrorismo, no. Es el auge del supremacismo blanco.

El mismo que encontró cinco años atrás una manera «suave y tranquila» (parafraseando el nombre que tiene la película en inglés, y que viene dado por uno de los diálogos de las protagonistas en las que aseguran que es necesario crear una revista vecinal que trate el problema pero ocultando la parte supremacista para poder llegar al grueso de la ciudadanía) de hacerse mainstream entre la parte de la sociedad americana, y que llevó a Donald Trump a la presidencia bajo el manido eslogan de que «los mexicanos nos roban el trabajo, traen droga, crimen y son violadores».

Por España tenemos a nuestro Trump, por supuesto, ejemplificado en la figura de un Santiago Abascal y un partido como Vox, que no dudaba recientemente en asegurar que los africanos que llegan a nuestras costas solo traen «Más enfermedad, más inseguridad y más ruina» (ES).

Mismo argumentario, diferente enemigo.

Exactamente lo mismo que defienden estas cuatro mujeres en la ficción, al cruzarse en un centro comercial con otras dos «chinas o sudacas. ¿Qué más da?».

La película sirve de fiel retrato del argumentario tradicional del supremacismo, que esta vez no viene de la mano de ese paleto norteamericano con gorro de cowboy y dientes amarillentos, sino de cuatro mujeres aparentemente «normales». Por cuatro vecinas como las que tienes en tu portal, van a pilates al mismo centro deportivo donde tú vas, o te cruzas cada día cuando vas a comprar el pan.

Desde aquella que tiene un trabajo de mierda y culpa de ello a una colombiana que ha ascendido antes ya que según su jefe, «tenía más dotes de liderazgo», pasando por la hija de un líder del Ku Klux Klan, madre de cinco hijos y cansada de tener que ocultar su verdadero ser.

En ese eterno diálogo se mezclan tropos habituales de la extrema derecha, como el que lleva a pensar a la protagonista que, al no conseguir quedarse embarazada, «puede que Dios me haya mandado otro propósito, que es este club», con el coraje que consiguen obtener excudándose entre ellas para realizar un acto atroz (ya no estamos solas, formamos parte de un grupo), incluso cuando uno de sus maridos, también supremacista, y en no pocas ocasiones, les recuerda que eso que quieren hacer es un delito, y les insta a olvidarse y mirar hacia otro lado.

El terror de saber que lo que ves está ocurriendo también en tu barrio

Son 90 minutos tensos, todos grabados en el mismo plano secuencia, en el que los espectadores somos partícipes y voyeurs del surgimiento de ese racismo con pretensión de estar justificado que lamentablemente se ha instaurado en nuestras calles, y se cuela con cada vez más intensidad en el discurso político.

Hay espacio, por supuesto, para soltar teorías de la conspiración como las del «Gran Remplazo», que aseguran que las élites occidentales estarían fomentando un reemplazo demográfico y cultural de la población blanca en favor de otras como la negra o la musulmana.

Conspiraciones que son apoyadas sin ningún miramiento por ese partido republicano estadounidense, y cada vez más también en Europa de mano de partidos como Vox en España, por el de Giorgia Meloni en Italia o por el de Èric Zemmour en Francia.

Si no sientes asco y miedo enfrentándote a esta película, es que tienes un problema. Es que todos tenemos un problema como sociedad.

Porque aquí no vas a ver ningún monstruito ni fantasma ni exorcismo. El terror de la película es uno que hiela la sangre por su realidad. Porque sabes que ya está ocurriendo en tu vecindario, y no de la mano de ese pobre ex-drogadicto del que todos se separan cuando pasa a su lado, sino de quien menos te lo esperes.

De cualquiera que haya abrazado la desinformación política como causa de sus problemas económicos, familiares o laborales, interorizando sus tropos y encontrando quizás en ese foro de Internet o en esa reunión de amigos una manera de afianzar esos ideales y ganar fuerza.

Uno que parece acrecentarse, como suele pasar con todos los extremismos, en épocas de crisis como la que estamos viviendo, por eso de que resulta más fácil criminalizar al de fuera que hacer introspección y aceptar la realidad del mercado.

________

¿Quieres saber en todo momento qué estrenos de series y películas están por llegar?

De lunes a viernes en mi cuenta de Twitter (ES) y en mi página de Facebook (ES), entre las 20:00 y las 21:00 hago una recomendación de película, serie o documental que ver ese día.

Y si el contenido que realizo te sirve para estar actualizado en tu día a día, piensa si te merece la pena entrar en el Club Negocios Seguros y aprovecharte de todo el contenido exclusivo que publico para los miembros.

Banner negocios seguros