holasim datos viaje

En el momento de publicar este artículo, un servidor estará aún sobrevolando el Atlántico ya rumbo a España, después de una semana en Cali, Colombia, donde hemos estado acompañando a Èlia (y con la peque) para dar una serie de formaciones en ICESI, una de las universidades privadas más importantes del país.

Cali, de hecho, ya lo conocía. El año pasado estuvimos también en la ciudad para cubrir el Retail del Futuro, un macro-evento anual donde se presentan algunas de las innovaciones tecnológicas y digitales que más están pegando en el mercado mayorista y minorista.

Lo conté por aquí (enlace superior) así que no me repito.

El caso es que, generalmente, cuando viajamos fuera no solemos hacerlo con datos móviles. Al menos, claro está, fuera de Europa, ya que por Europa y desde hace unos pocos años es obligatorio que el propio contrato que tenemos con la operadora incluya roaming más o menos limitado, pero sin coste adicional.

Pero claro, una vez sales de Europa (y según con la operadora con la que estés, de algunos países extra como puede ser el caso de Vodafone con EEUU), plantearte hacer llamadas o simplemente conectarte para revisar el correo es asumir que vas a pagar una factura mensual desorbitada.

Sin ir más lejos, revisando ahora mismo el SMS que me envió mi operadora de telecomunicaciones al llegar al país, me cobrarían:

  • Por cada llamada realizada, 3,146€ el minuto, con un 1,82€ de establecimiento de llamada.
  • Por cada llamada recibida: 2,662€ el minuto, con un 1,82€ de establecimiento de llamada.
  • Por cada SMS enviado, 1,21€.
  • Por cada mega consumido de datos, 12,1€.

Vamos, precios de locos. Esta viaje, solo por los megas que consumí en itinerancia (fuera de conexiones WiFi) me hubiera costado literalmente varios cientos de euros.

Las operadoras siguen haciendo un negocio redondo con esto del roaming.

Tanto que algunos ya nos hemos habituado a eso de desconectar nada más despega el avión los datos (no solo ponerlo en modo avión, desconectarlos) para que cuando aterricemos, no sea ni tan siquiera posible que gastemos un mísero kilobyte. Eso y no coger ninguna llamada (menos aún hacerla) a no ser que sea estrictamente necesario.

Es decir, que como decía, y fuera de Europa, la costumbre de al menos un servidor y el círculo que le rodea es la de asumir que únicamente nos conectaremos vía WiFi. Que todas las llamadas se harán vía WhatsApp, y únicamente cuando estemos en el hotel/oficina de turno.

Esto era así hasta este viaje, que decidí probar la contratación de una SIM para viajes.

Viajes al extranjero sin consumo de datos y llamadas

Como te contaba, realmente ya estoy acostumbrado a hacer viajes de este tipo (negocios, aunque reservando algún ratito para ocio también) asumiendo que solo podré revisar/enviar mensajes cuando esté en la WiFi del hotel o del centro de negocios a donde tenga que ir. El resto del tiempo, el móvil es a efectos prácticos un dispositivo sin conexión de ningún tipo.

Descargo si tengo que hacer algún viaje interno las noticias vía mi app de feed RSS, alguna película o serie, y si tengo tiempo libre que quiero aprovechar para trabajar, hago lo que puedo sin datos (por ejemplo, escribir la base de un artículo para esta página en un word).

Como suelo ir de hotel y por negocio, resulta muy sencillo pedirle al recepcionista del local donde esté que me contrate un taxi para moverme al sitio donde tenga que ir, y programar una recogida si es que considero que igual a la vuelta no tengo manera sencilla de contratarlo.

No es lo mejor del mundo, claro, pero fíjate que tiene sus puntos fuertes.

Y uno de ellos es que, de pronto, disfrutas más de la experiencia de viajar, y no tanto de seguir conectado.

Que aunque algunos viajemos por negocios, es algo que se agradece. Al no tener conexión, no hay posibilidad de «perder el tiempo» respondiendo mails y whatsapps. Algo que algunos (sobre todo los que trabajáis por cuenta ajena) tenéis muy interiorizado, pero que un servidor, por eso de ser el dueño de una empresa y trabajar 24/7, pues no tanto.

Obviamente, supone asumir una serie de problemáticas añadidas, ya que hoy en día sin conexión, y más en un país extranjero, no eres nadie.

Te decía que viajar de esta manera es aceptar un nivel de programación previa bastante mayor, lo que de por sí puede generarle estrés a cualquiera. Y que frente a un eventual problema, estás vendido, teniendo que depender de terceros (oye, por favor, ¿podrías pedirme un coche de vuelta? ¿Me dejarías hacer una llamada rápida a este número?).

A esto júntale otro hecho, y es que desde hace unos pocos años tenemos disponibles las eSIMs o SIMs virtuales. Ya hablé sobre ello, y si bien, como comenté no hace mucho, le sigo viendo problemas que la SIM física resuelve a mi modo de ver mucho más cómodamente, justo para este uso en particular (activar una SIM en el extranjero) me parece una opción increíblemente buena.

Te explico por aquí cómo ha sido mi experiencia estos días.

Hola SIM para tener conectividad en viajes al extranjero

Estuve mirando varias alternativas (hay unas cuantas operadoras que se dedican a ofrecer precisamente SIMs para viajeros), y al final me quedé con Hola SIM (ES), que aunque en principio ofrecen SIMs para casi cualquier parte del mundo, parece que están más especializados en SIMs para usuarios de latinoamérica. Justo lo que necesitaba, vaya.

Les escribí explicándoles el caso (quería una eSIM para una semana de conexión en Colombia, sin necesitar realizar llamadas telefónicas ni envío de SMSs) y rápidamente me respondieron con una opción que, como me comentó Viviana (la chica encargada de mi caso) estaban justo ahora mismo probando en beta cerrada.

Y es que si bien ya ofrecen públicamente eSIMs globales, como me explicó, y por política de empresa, habían encontrado algunos problemas de soporte con el proveedor de red global sobre todo para viajeros que iban a países de Asia. Algunos de sus clientes se habían quejado de problemas con la red, y puesto que desde Hola SIM quieren dar soporte personalizado y rápido a todos sus viajeros, se encontraban con que aunque ellos hacían su parte, el proveedor de alguno de estos países tardaba horas e incluso días en responderles, dejando a sus clientes con el problema de red.

Con esto en mente, estaban migrando esa red global a redes especializadas en cada país, con proveedores más pequeños, y por tanto, con una esperable mejora en la comunicación y resolución de problemas.

Algo que al menos, en mi caso, puedo constatar fielmente. Que aunque no tuve ningún problema que requiriese que me dieran soporte, es cierto que les escribí ya el sábado para preguntarles una duda (lo comentaré más adelante) y pese al cambio de horario, y a que la agente tenía que consultar la duda con el proveedor de red, recibí respuesta a los pocos minutos, resolviéndose la duda en cosa de un par de horas, cuando recibieron el feedback oportuno del operador local.

Pero vamos a lo importante, y es qué tal la instalación y la experiencia usando una eSIM de viajes.

esim viaje

eSIM instalada en mi Google Pixel

La eSIM como alternativa perfecta para viajes

Lo típico cuando contratabas una SIM para viajes era o bien contratarla en un establecimiento físico (estas compañías suelen poner un puestecillo en casi todos los aeropuertos y estaciones de bus/tren para que desde el destino puedas comprar una de sus SIMs prepago), o bien contratarla online, que al menos en Hola SIM es una opción que dan y que requiere que te la envíen a tu casa o te pases por una de sus oficinas a recogerla.

Claro está, esto es debido a que la SIM, tradicionalmente, era un dispositivo físico. Uno que, generalmente, insertábamos en la ranura oportuna cuando ya estábamos surcando los cielos (o acabábamos de llegar a destino), sacando si fuera necesario la SIM anterior (o manteniéndola si teníamos un móvil con slot para dos tarjetas SIM).

Con las eSIMs las reglas cambian, ya que al no depender ya de un dispositivo físico, podemos contratarlas online y activarlas cuando queramos (recién aterrizados, por ejemplo), requiriendo, eso sí, que estemos conectados a una red (sirve por ejemplo estar la red WiFi del mismo aeropuerto).

Un servidor contrató la eSIM unos días antes del viaje, recibiéndola al momento vía email y WhatsApp (es un código QR). El prepago incluía 500mbs diarios durante una semana, a comenzar el mismo domingo, y terminar el domingo siguiente, que era cuando cogía el vuelo de vuelta.

Les pregunté si ya podía activarla, y me pidieron que para evitar problemas, esperase a llegar a destino, cosa que hice.

Hay que dejar claro que para poder usar una eSIM… necesitamos que nuestro dispositivo móvil sea compatible con eSIM. Podría parecer obvio, pero quería dejarlo claro.

De hecho mi actual móvil, un Google Pixel, tiene una sola ranura para SIM, y la opción de incluir una segunda SIM vía eSIM. Algo que hasta hace unos pocos meses usaba siempre (una SIM personal, y otra de trabajo).

Pero lo dicho. Agregar una eSIM es un proceso tan simple como ir a la gestión de eSIM, agregar una nueva, leer el código QR y esperar a que el dispositivo descargue la información de Internet.

Previamente, mientras estaba en el vuelo, ya me aseguré de quitar la conectividad de datos de la SIM principal y activar la conectividad de la eSIM (justo al revés de cómo lo llevo habitualmente).

Una vez instalada la eSIM, ya la tienes en el dispositivo disponible, pudiendo, si así quisieras, cambiar entre diferentes SIMs (por ejemplo en las imágenes superiores verás que yo tengo otra eSIM disponible que es la del trabajo).

Sin tener que abrir el dispositivo, ni depender de esa clavija de apertura típica.

¿Qué tal la experiencia con una eSIM de viaje?

Ya de vuelta (escribo esto el domingo desde el aeropuerto, aunque tú lo leerás en unas horas), puedo decir que la decisión fue todo un acierto.

El que además tuviera una limitación considerable de datos al día (500mbs) ha hecho que encontrase, a mi modo de ver, el equilibrio perfecto entre las ventajas de tener conectividad en el extranjero… y las desventajas de tenerla.

Que ya sabes a qué me refiero:

He podido consultar rápidamente emails y whatsapps, y contratar ubers cuando estábamos por fuera sin preocuparme (sin tener que programar de antemano todo lo que iba a hacer el día). También he podido hacer un pedido mientras viajaba en Uber para la cena de uno de los días que volvíamos tarde al hotel, y sabía que ya no podríamos cenar en el restaurante, de forma que a los pocos minutos de llegar a la habitación ya nos llamó el repartidor.

He de decir, además, que no he llegado ni un solo día al límite de 500mbs. Es más, he consumido en toda la semana algo menos de 2GBs de datos, lo que me confirma que, en efecto, he utilizado poco la conexión de roaming para trabajar y más para resolver dudas del propio viaje, aprovechando ya los ratos con WiFi en el hotel y en la universidad para realizar el trabajo diario.

También me ha servido, por cierto, para resolver algunos fuegos rápidos una mañana que en el hotel hubo problemas técnicos y se fue la luz (y con ella el WiFi) durante varias horas, compartiendo la red con el resto de dispositivos, míos y de Èlia.

En fin, que la experiencia ha sido maravillosa, cogiendo lo mejor de ambos mundos.

Te decía, por cierto, que el sábado tuve que contactar con soporte para resolver una duda, y es que me había fijado que llevaba todo el viaje con red 3G o H+.

Los primeros días pensé que se debía a que por la zona de Cali donde estaba no había 4G, pero hablándolo con algunos compañeros de la universidad donde Èlia dio la formación, me confirmaron que sí que había.

¿Cuál era el problema? Pues que al parecer en esta zona Hola SIM trabaja con varios proveedores de red (Claro, Movistar y alguno más). Por defecto cuando usas una SIM, esta se conecta automáticamente al que considera el mejor operador, pero parece que en este caso había elegido la red 3G de Claro, teniendo disponible un par de redes LTE tanto de Movistar como de Claro.

En efecto, hice el cambio de forma manual, y al momento ya pude disfrutar de red cercana a 4G (LTE es otro estándar que está a medio camino, superando en algunos niveles a la velocidad 4G, que depende de hasta 20 niveles diferentes).

De nuevo, no es algo que me preocupara en exceso (fíjate que solo lo eché en falta el sábado, tras toda la semana usando 3G y H+), pero está bien saberlo para la próxima. Al trabajar con varios proveedores locales, podemos ir cambiando según necesitemos en cada momento aquel que nos dé mejor cobertura y/o velocidad.

En fin, que es algo que recomiendo encarecidamente a cualquiera que vaya a viajar, ya sea por trabajo, ya sea por placer, fuera del territorio de roaming incluído.

Dependiendo del país de origen y el de destino, podríamos estar hablando de apenas unos 10 euros por tener durante varios días la tranquilidad de que puedes estar conectado en cualquier lugar.

  • ¿Que necesitas más? Pues tienen diferentes tarifas con diferentes packs de datos.
  • ¿Que aún así te quedas sin ellos? Puedes hacer un upgrade en cualquier momento.

Y si no, para el resto de trabajo pesado o consumo de contenido multimedia, tenemos las conexiones WiFi de los hoteles y locales a pie de calle. Siempre, eso sí, conectándonos mediante una VPN, por eso de proteger nuestros datos.

Newsletter nuevas tecnologias seguridad

Imagínate recibir en tu correo semanalmente historias como esta

Suscríbete ahora a «Las 7 de la Semana», la newsletter sobre Nuevas Tecnologías y Seguridad de la Información. Cada lunes a las 7AM horario español un resumen con todo lo importante de estos últimos días.