Hace ya prácticamente un mes se celebró en Madrid una quedada de Xiaomi para periodistas e influencers del mundo tecnológico con el fin de promocionar el nuevo buque insignia de la compañía: el Xiaomi Mi A1.
A un servidor, como viene siendo habitual, le invitaron por el trabajo que hago por estos lares, y lo cierto es que me sedujo la idea precisamente porque el formato apostaba no por lo típico de todos estos eventos (reunión en un sitio chulo para que te vendan la moto sobre lo bueno que es X dispositivo), sino porque de verdad les interesaba crear una experiencia que aportase valor a los allí presentes.
Es, de facto, un tema que ya he repetido a la extenuación con muchos de los representantes de estas grandes empresas. Que entiendo que quizás para los periodistas al uso el que les pongan un powerpoint presentado por el directivo de turno y les empiecen a llover números da gancho para luego escribir una pieza. Pero para los que entendemos la tecnología no como un trabajo puramente informativo, sino como un hobby que nos gusta analizar, este tipo de presentaciones no tienen sentido. En cambio, quedar en el Parque del Retiro a media mañana con Rodrigo Rivas (ES), un fotógrafo especializado en fotos con smartphone, para que nos diera algunos tips sobre cómo hacer buenas capturas, sí lo tiene.
Tanto como que, de hecho, ¿cuántas veces me ha visto publicar por aquí la crónica de una presentación tecnológica? Y en cambio mire lo que, aunque sea indirectamente, estoy haciendo con esta pieza…
Compartí parte de la experiencia por redes sociales, y muchos me escribisteis entonces pidiendo que elaborara una pieza sobre ello.
Para colmo, y muy acertadamente, Rodrigo dejó de lado el apartado puramente técnico del Xiaomi Mi A1 (sinceramente, todos los que estábamos allí ya conocíamos de sobra el terminal, que de hecho en mi caso era ya de antes mi smartphone principal), y puramente técnico de un móvil, y se centró en algunos aspectos más artísticos de las fotos que quizás los allí presentes o no sabíamos o no habíamos caído en ello.
Para quien me conozca sabrá que vengo de una formación artística (no tengo, de hecho, la especialidad en Audiovisuales porque me saqué la de Diseño, pero es que me faltan dos asignaturas para tenerla), y aun así disfruté como un niño escuchándole.
Así que vamos al tema de cómo sacar buenas fotos con el móvil.
Por aquí resumo los que al menos para un servidor fueron los tres puntos fuertes de la experiencia:
¿Cómo se debe sujetar un smartphone?
Parece una obviedad, pero en la manera que tengamos de sujetarlo está buena parte del éxito que tendrá la foto que obtengamos.
La mayoría de los usuarios sujetan el smartphone como pongo en la imagen superior, agarrándolo apenas con unos cuantos dedos. Y el problema de esto es que así es muchísimo más fácil que cuando toquemos la pantalla para sacar la foto haya un pequeño movimiento que hará que la imagen salga ligeramente distorsionada.
El obturador de los móviles está preparado para ello, pero no hace milagros. Por lo que todo lo que podamos ayudarle es más que bienvenido.
De ahí la razón de que sea importante que agarremos con toda la mano la parte trasera del dispositivo. Por supuesto, sin tapar la cámara (G.G). Y ya puestos, intentar pegar los codos al cuerpo (o a una superficie estable) para evitar el tembleque (esto viene más del mundo de las réflex, que eran dispositivos bastante más pesados, pero aplica por igual a un smartphone).
El resultado es que habrá menos movimiento cuando le demos a sacar la fotografía, y por tanto, menos trabajo para fijar la imagen por parte de la cámara. ¿El resultado? Una imagen más clara, sin tanto ruido.
Fácil de hacer y de tener en cuenta. Qué más se puede pedir…
La perspectiva en las fotos
Otro de los puntos críticos. La perspectiva lo es (casi) todo.
En las dos imágenes superiores, ¿cuál le llama más la atención?
La segunda, ¿verdad? ¿Y sabría decirme por qué?
La respuesta es muy sencilla. La primera está sacada de pie, a la altura de los ojos, y por tanto, desde una perspectiva desde la cual ya estamos más que acostumbrados a verlo todo. Sin embargo, la segunda está sacada desde abajo, una perspectiva que no nos resulta tan habitual, y por ende, resulta más atractiva a la vista.
La idea con la que quiero que se quede es que siempre, en la medida de lo posible, intentemos cambiar la altura desde la que sacamos la fotografía. O bien más abajo o bien más arriba (subiéndonos a algo, sin hacer peligrar nuestra vida…) de lo que el ojo humano está acostumbrado a ver.
Junto con esto yo añadiría algunos tips que ya vienen del mundo fotográfico:
- La regla de los dos tercios: En una foto apaisada, el elemento principal debería estar en uno de los tercios de la imagen situado en los extremos. O bien a la derecha, o bien a la izquierda, pero intentando evitar que éste se encuentre justo en el centro. Esto genera mayor dinamismo a la imagen, y por tanto la hace más atractiva.
- Deja que las fotos respiren: A no ser que esté buscado (es importante saber las reglas, pero más aún saber cuándo romperlas), es mejor que una foto de paisaje tenga más cielo que tierra. Y si estamos enfocando a una persona, que ésta se sitúe mirando hacia los otros dos tercios, como para dejarle “sitio para respirar”.
Jugar con la líneas
Ya sean reales o figuradas, es importante que sepamos componer en las fotos la imagen que queremos retratar. Una fotografía no es más que una porción de la realidad que nosotros forzamos para que el espectador se centre en la parte que nos interesa, desechando todo lo que hay a su alrededor. Y la idea es jugar entonces con los puntos de fuga que haya en esa composición.
¿Cómo se consigue esto? Por no ponerme aquí a explicar muchos tecnicismos, tenemos que intentar aprovechar las miradas de las personas que aparecen en la imagen para generar puntos de fuga que completen esos tres tercios de los que hablaba antes.
Y si hablamos de paisajes, es fácil que antes de disparar nos hagamos una composición de hacia donde va la línea del horizonte (por ejemplo), o jugar con las líneas que forman las estructuras naturales o creadas por el ser humano, así como las sombras que generan.
Todas esas líneas crean espacios atrayentes al ojo. Es como que empujan a seguirlas. Y por tanto la imagen se vuelve más interesante.
Por aquí le dejo un par de ejemplos sacados ese mismo día por el Parque del Retiro.
Habría muchos otros temas en los que podríamos pararnos. Que si el uso del HDR o no (a un servidor le encanta abusar de él, pero hay que ser consciente de sus limitaciones y no pecar tanto de mucho como de poco), que si sacar fotos en automático o en manual (la verdad es que conforme más avanza la tecnología menos sentido tiene el manual, a no ser, por supuesto, que queramos obtener algo muy específico y seamos conocedores de algunos elementos básicos de las fotos como la exposición, el número f…), pero creo que con estos tres tips, que además son relativamente fáciles de tener en cuenta, ya podemos conseguir mejorar sutilmente nuestras composiciones.
El resto es practicar, practicar y practicar. Pero con lo que quiero que se quede es que hoy en día cualquier smartphone moderno ya permite sacar fotos bastante buenas. Y que en todo caso, vale muchísimo más el ojo de quien la saca que la herramienta utilizada.
El propio Rodrigo reconocía que para estar utilizando un smartphone de apenas 200 euros (ES) los resultados ya eran más que solventes, y esto es algo que conforme más pase el tiempo menos se irá notando.
Es más, un servidor ya hace meses que decidió desprenderse de la réflex. Y, sinceramente, casi no me he encontrado en situaciones donde hubiera preferido tenerla…
Lo cual dice mucho del trabajazo que están haciendo los fabricantes con los sensores de cámara para móviles, y el software de optimización de imágenes de estos sistemas operativos.
________
¿Quieres conocer cuáles son mis dispositivos de trabajo y juego preferidos?
Revisa mi setup de trabajo, viaje y juego (ES).
Y si te gustaría ver más de estos análisis por aquí. Si el contenido que realizo te sirve en tu día a día, piénsate si merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.
Sobre la segunda opcion, un fotografo de años y años me trato de “regañar” por querer tomar una foto a un grupo de personas, diciendome que si la tomaba asi, los cuerpos saldrian grandes y las piernas pequeñas, que buscase agacharme un poco. Le mostre que en realidad no estaba tomandole totalmente a ese grupo, atras habia una imagen por lo que tenia que salir la imagen y ellos de extra. Me dijo que ya estaba acostumbrado a ver a monton de personas tomando fotos de grupos en mala posicion y por eso penso que yo tambien lo hacia por estar tomandola parado frente al grupo pero no se fijo en la posicion de la camara.
Claro Benedicto. Lo decía por ahí: Es importante conocer las reglas, pero más aún importante es saber cuándo llevarles la contraria :D.
Me gustó el artículo Pablo. Del primer tip a mí me sucede frecuentemente eso, que se me mueve el móvil cuando presiono la pantalla para tomar la foto, sobretodo si el móvil es grande es más difícil manipularlo. Los otros tips, no los conocía (la fotografía no es precisamente mi fuerte).
FV
Pues me alegra mucho Fabian. Ya te digo, que quien lo escribe es alguien con conocimientos en fotografía, y aun así algunos de estos temas me vinieron genial que alguien “de fuera” me lo dijera para interiorizarlo.
Saludos Fabian!