Seguramente muchos de vosotros, al igual que un servidor, vivís en armoniosa convivencia con varios dispositivos diferentes: un móvil, una tableta, un portátil, un ordenador de sobremesa y quizás hasta una televisión inteligente. mundo multipantalla

Esta situación es relativamente nueva. Hace apenas 5 años, el teléfono móvil servía para llamar y mandar mensajes, funciones que actualmente han quedado relegadas en el smartphone. La irrupción de las tablets en la electrónica de consumo, así como la mejora, autonomía y miniaturización de los componentes que históricamente encontrábamos en el ordenador de escritorio, han hecho que éste pierda peso frente a la versatilidad de un portátil. Todo esto unido al uso que los nuevos nativos digitales dan a unas herramientas que han crecido con ellos.

Este ecosistema tecnológico ha ido paulatinamente erosionando las costumbres humanas, y quizás adaptándose a un panorama fugaz multitarea, donde consumimos contenido distinto a la vez en diferentes pantallas, e interaccionamos de forma distinta con cada una, forjando una jerarquía relacionada con las prestaciones y correspondencias que asociamos a cada dispositivo.

Google realizaba el pasado mes de agosto, en colaboración con Sterling Brands e IpsosThe New Multi-screen World: Understanding Cross-platform Consumer Behavior, un estudio estadístico del modo de consumir internet, que arrojaba datos de gran interés para comprender la sociedad tecnológica actual. El PDF que acompaña esta entrada es largo, pesado y en inglés, pero de un valor incalculable, por lo que os aconsejo echarle un vistazo.

Usamos los dispositivos dependiendo del contexto

Parece algo trivial, pero teniendo en cuenta que no dejan de ser ventanas a un mismo mundo como puede ser internet, resulta curioso que hagamos usos distintos de cada uno, e incluso marquemos una secuencialidad y simultaneidad entre ellos. El 78% del uso simultáneo de dispositivos es precisamente para realizar varias tareas a la vez.

Solemos comenzar tareas sencillas desde el smartphone, aunque se tiende a pasar al portátil cuando requieren más complejidad.

La tableta es la reina de las compras online, y por lo general la usamos mientras consumimos contenido en otros dispositivos de mayor tamaño.

La función de la televisión y el ordenador de escritorio empieza poco a poco a asemejarse, pasando de un elemento que centraba toda la atención en el hogar, a otro que «está ahí» encendido como media center, y con el que interacionamos hasta cierto punto (almacenamiento que suministra contenido al resto de dispositivos).

Uso complementario de dispositivos

El televisor (ordenador de escritorio) y la tableta se alzan como los dos dispositivos más usados en conjunción con otros, por lo que no es raro entender las estrategias de muchas cadenas apostando por lo que se ha empezado a llamar «televisión social«, consumir contenido televisivo mientras interacionas con el mismo desde otro dispositivo (tableta o smartphone principalmente).

A la vista de las conclusiones del estudio, creo que es importante matizar varios hechos que como diseñadores/desarrolladores/CM/emprendedores debemos tener en cuenta para facilitar esa transición en el uso social de la tecnología:

  • Experiencia de usuario diferente según el dispositivo hasta cierto punto: Existe una jerarquía de dispositivos según las acciones, y que por lo general acaba con la interacción de una misma acción en varios dispositivos. Por tanto, entiendo que la experiencia de usuario ha de ser diferente en cada uno para adaptarse a los medios de los que dispone el dispositivo, pero que en general, ofrezcan una experiencia de usuario integral, que no confunda al usuario (mismo contenido, mismo estilo, diferente presentación).
  • Facilidad de uso enfocado a la multipantalla: Un miedo generalizado, es el hecho que lo que vemos en un dispositivo no podamos volver a verlo en el otro, y esto ocurre principalmente porque los motores de búsqueda segmentan de distinta forma para cada dispositivo. La idea es que esto acabe por integrarse como un motor único, que haga perder el miedo a los clientes, y por tanto evite el uso inadecuado de algunos canales de información (mandarse a sí mismo emails, apuntar notas como SMS o números PIN como teléfonos de contacto).
  • Navegación consistente: Usamos varios dispositivos para las mismas acciones, cambiando de uno a otro según la complejidad de la misma. Es por ello que herramientas como la capa de sesión cobran aún más importancia al ser necesario guardar procesos en acciones complejas que posiblemente hemos empezado en un móvil y queremos terminar en un portátil o en una tableta (por ejemplo, compra online).

Con estos tres valores adaptaremos nuestros proyectos a la necesidad sociológica de los clientes, acercándonos a ellos, y previsiblemente aumentando el valor y consumo de nuestros productos.