• ¿Confías en que los resultados de las búsquedas que realizas en Google te devuelven la mejor respuesta posible a tu pregunta?
  • ¿Puedes confiar en que los productos que te recomienda Amazon están ahí porque son los mejores para tus necesidades?

Las grandes tecnológicas han creado un ecosistema digital masivo y altamente eficiente. Pero no de cara al usuario, sino de cara a la facturación de la empresa.

Te explico el por qué en este nuevo programa del podcast enCLAVE DIGITAL.

¡Empecemos!

confianza google amazon

Intereses vs honestidad

Dos noticias recientes me llevan a grabar este podcast.

  • Por un lado, un documento filtrado en el juicio que se está celebrando contra Google en Estados Unidos por el presunto (y a todas luces) abuso de posición dominante de su buscador frente a la competencia.
  • Por otro lado, el conocimiento de que Amazon está trabajando en el llamado Proyecto Nilo, una suerte de nuevo bot conversacional que podría acabar desplazando la histórica interfaz de la plataforma.

Vamos a analizar por separado cada uno de estos dos casos.

Las búsquedas adulteradas en Google Search

Como te decía hace un momento, gracias al juicio antimonopolio que está celebrándose en América contra Google, se ha hecho público un documento interno que revela cómo la compañía ha estado sistemáticamente adulterando los resultados de algunas de sus búsquedas para hacerlas más «interesantes»… tanto al usuario, como sobre todo a su modelo de negocio (EN).

Básicamente, según ese documento se confirma que Google Buscador ha estado modificando las búsquedas que hacían sus usuarios introduciéndoles resultados de otras búsquedas de términos que podríamos considerar sinónimos.

Esto, en algunos casos, tenía como objetivo ampliar el alcance de la búsqueda que hacía el usuario, para añadirle menor impacto de la esperable burbuja de filtros a la que todos estamos supeditados en entornos algorítmicos.

Por si no lo sabes, este término, el de burbuja de filtros, es un concepto del cual llevo literalmente años hablando en la web, y viene a ser un conjunto de efectos que nos llevan en sistemas de recomendación algorítmicos, como son, por ejemplo, las búsquedas en cualquier buscador, o los resultados que nos muestran en el timeline las principales redes sociales, a mostrarnos contenido que vaya alineado con nuestros gustos e intereses.

Esto se hace porque, como es normal, está demostrado que el usuario quiere más consumir aquel contenido que va alineado con sus propias ideologías. Pero tiene el efecto secundario de que, gracias, o mejor dicho, debido a esa burbuja de filtros, nos «encerramos» cada vez más en esas burbujas, pensando que el resto de la sociedad piensa como nosotros.

Algo que, recalco, se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales:

Por ejemplo, cuando comprabas en el estanco un periódico, comprabas ese en particular porque analizaba la actualidad desde la óptica marcada por su línea editorial… que era semejante a tu propia óptica.

De ahí que comprases siempre ese periódico y no el de la competencia.

Sin embargo, ahora esa «linea editorial» no viene marcada por un equipo directivo, sino por un algoritmo. Y no es genérica, sino que se personaliza a cada usuario, de manera que una búsqueda o un timeline mostrado desde tu perfil, y desde el mío, mostrarán en la misma plataforma diferente contenido dependiendo de todas esas burbujas de filtros de las que hablaba.

Hecho este matiz, y volviendo al tema anterior, Google ha estado «enriqueciendo» sus búsquedas para ofrecer resultados de contenido que su algoritmo considera relevante en búsquedas de sinónimos. Lo cual, hasta cierto punto, es positivo, ya que quizás gracias a ello se combate, aunque sea levemente, el daño que hacen las burbujas de filtros.

El problema es que junto con esa adulteración del contenido también viene otro que sí se está realizando por intereses de la propia compañía.

Me refiero a que Google habría estado también incluyendo entre esos «sinónimos» marcas comerciales, de manera que pudiera redirigir al usuario de búsquedas informativas (las que tienen como objetivo saber algo) a búsquedas transaccionales (las que tienen como objetivo que el usuario compre algo).

Esto es, a todas luces, un abuso de posición dominante si lo juntamos al hecho de que también se ha demostrado que Google favorece las búsquedas transaccionales hacia sus propio ecosistema frente al de la competencia. Y que tiene un doble rasero a la hora de decidir qué contenido se muestra, y cuál no, primero… dependiendo de si este está subido a una de sus plataformas, o a una plataforma de terceros.

Sin ir más lejos, estos días, con un cliente reputacional de CyberBrainers, me he encontrado nuevamente con este mismo doble rasero:

A la hora de pedir la desindexación de tres enlaces a contenido reputacional dañino para uno de nuestros clientes subido en tres páginas que claramente están siendo administradas por el mismo usuario (el texto es prácticamente el mismo, con los mismos errores gramáticos y fue publicado el mismo día), nos hemos encontrado con que Google ha aceptado nuestra reclamación con dos de los enlaces, pero nos dice que no puede eliminar el tercero ya que, según ellos, no incumple la política de uso de la plataforma.

¿Cuál es la única diferencia entre los primeros dos enlaces y el tercero? Pues que el primero y el segundo están subidos, respectivamente, a una página en WordPress y una en Medium. Dos plataformas de terceros, vamos.

Sin embargo, el tercer enlace, que recalco que tiene exactamente el mismo contenido que los otros dos, está subido en Blogger, el CMS de Google.

¿Cómo te quedas?

Pues que sepas que así funciona Google :D.

No borran el tercer enlace no porque sepan que incumple su política de uso en territorio europeo, sino porque no les interesa quitar enlaces de Blogger, su propia plataforma, en las búsquedas de Google.

Recomendaciones adulteradas de un bot conversacional en Amazon

Con la fiebre que hemos tenido últimamente con los sistemas de inteligencia artificial conversacionales, estaba claro que Amazon estaría trabajando en algún tipo de integración con su plataforma.

Este proyecto ya sabemos que tiene el nombre en clave Nilo (EN), en clara referencia al río homónimo que, recordemos, compite por ser considerado el mayor río del mundo junto a, ohhh, sorpresa, el Amazonas.

Curiosidades aparte, bajo este nombre estaríamos ante el desarrollo de una inteligencia artificial conversacional que «recomendaría» al usuario qué producto debería comprar para sus necesidades actuales.

Es decir, que en vez de mostrar como ocurre hasta ahora, una serie interminable de resultados para una búsqueda en Amazon, el sistema simplemente te diría cuál cree que es mejor para lo que necesitas.

¿Cuál es el problema de un producto así? Pues, como en el caso de Google, estamos ante la disyuntiva de si de verdad podemos confiar en Amazon.

Históricamente hemos sabido que la compañía ha estado sistemáticamente favoreciendo sus propios productos frente a los de la competencia, pese a que se vende como una plataforma neutral.

También hemos sabido que no le tiembla el pulso a la hora de copiar los productos más exitosos de la competencia (aunque ha dicho por activa y por pasiva que no usa para sus propios fines los datos de venta de sus vendedores), llegando a fagocitar el negocio de muchos vendedores de la plataforma, que se encontraban de la noche a la mañana con la propia Amazon había contactado con sus proveedores y había llegado a un acuerdo de exclusividad con ellos, además de obviamente posicionar de forma artificial y por delante su producto recién sacado.

Por saber, desde julio de este mismo año tenemos pruebas claras de que Amazon ha firmado acuerdos económicos multimiillonarios con empresas clave como Apple para artificialmente limitar la capacidad de un tercero de vender los productos de la manzanita, generando per sé monopolios en según qué tipología de productos buscaba el usuario.

Con este historial, te pregunto:

¿Confiarías en que ese bot conversacional creado por Amazon te sugiriera el mejor producto para tus necesidades reales?

Yo tengo claro que no. Tarde o temprano, ese bot lo que intentaría es lo mismo que ya intentan mostrándonos un listado de productos para comprar: sugerirnos compras que a lo mejor ni tan siquiera necesitamos.

De hecho, no sé si te has fijado pero Amazon nunca te dirá que no tiene ese producto a la venta. Si no tiene qué mostrarte… te mostrará otras cosas que potencialmente podrían interesarte… o que les interese por negocio mostrarte para que compres.

Con esto ya te lo digo todo.

Confianza en un escenario de psicopatía corporacional

En 2013 definí la psicopatía corporacional como esa tendencia de cualquier corporación a anteponer los intereses de sus inversores frente a la de sus clientes.

Conforme un proyecto crece a nivel de negocio, se intoxica de la fiebre de necesitar generar más caja, y eso conlleva que en épocas convulsas, como es la que estamos viviendo, surja esa «enshiftificación» de plataformas a la cual ya le dediqué un podctast esta misma temporada, hace apenas unas semanas, y que te invito a escuchar o ver en tu plataforma preferida.

Lo que está pasando con Google y Amazon, pero en definitiva con todas las grandes tecnológicas, es exactamente lo mismo.

En su afán de crecer, dejan de lado aquello que les hizo ganarse la confianza de los usuarios, y favorecen con ello el beneplácito de sus inversores.

El objetivo entonces no es tanto generar la mejor plataforma posible, sino generar la plataforma más rentable posible… Aunque sea a costa de saltarse esa aparente neutralidad que era el valor principal que las hicieron llegar a lo más alto, mentir… o decir medias verdades.

Pero, ahora, turno para ti:

  • ¿Qué solución planteas a este declive de las grandes herramientas de Internet?
  • ¿Crees posible un escenario de corporaciones que esté en verdad alineadas con los intereses de sus usuarios y no con el negocio?

Te leo en comentarios.

Sobre el videopodcast enCLAVE DIGITAL

enCLAVE DIGITAL es el videopodcast de Pablo F. Iglesias, consultor de presencia digital y reputación online.

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