experiencia fivefingers

Antes de comenzar, un par de disclaimers que creo necesario realizar.

No soy triatleta, ni atleta, ni lo pretendo ser. Es más, por llegar ni llego a dominguero en esto del running. Me gusta hacer deporte, pero justamente el tema de correr es lo que peor llevo.

Aún así, entiendo que debo hacer algo de aeróbico, y claro, a falta de tener en el pueblo facilidades para acceder a un gimnasio con equipación, lo de correr ir a trote es lo más fácil, así que intento hacerlo aunque sea una vez por semana, dejando el resto de días para entreno funcional/fuerza y algo de pilates.

Dicho esto, otro disclaimer: Camino raro. Y seguramente correré peor.

El tema es que tengo una forma de andar que hace que suela gastar más la goma exterior de las zapatillas. Y he probado un poco de todo. Desde Nike «carillas», hasta la marca blanca del Decathlon, sin notar mucha diferencia en el tiempo que me suelen durar las zapatillas: Alrededor de un año y medio.

Así pues, desde hace cosa de un par de años me hice un estudio de estos super chulos de la pisada, y con ello me diseñaron un par de plantillas que en teoría deberían ayudarme a ir poco a poco mejorando mi pisada.

No es que sienta la necesidad de hacerlo porque note congestión o directamente dolor. Es simplemente para evitar que el día de mañana pueda acabar con alguna lesión de cadera y/o rodilla. Que ahora cuando somos jóvenes pues no pasa nada, pero oye, supongo que esto a la larga puede tener efectos indeseados.

Así se juntó el hambre y las ganas de comer.

Hace cosa de un mes, estando por Girona visitando a la familia, salió el tema de las zapatillas Five Fingers, o zapatillas Free o como diablos quieras llamarlas, y ese mismo día me puse a investigar.

Qué son las zapatillas FiveFingers

Básicamente, estamos ante unas zapatillas que dejan libres los dedos del pie. Es decir, en la práctica es como si llevaras un calcetín con caucho por debajo.

Lo más curioso del tema es que parece que estos últimos años se han puesto de moda precisamente entre la gente que hace trekking, y en definitiva aquellos deportes de aventura al aire libre. No pesan casi nada, y la sensación al usarlas es como si no llevaras nada, teniendo por tanto mucho más feeling de cómo estás pisando (y lo que estás pisando).

El que además cada dedo esté por separado te obliga a que reacostumbres a tus pies a usarlos. Y esto es precisamente lo que más me interesaba, ya que no sé si te das cuenta de que como en la vida moderna siempre vamos con unas zapatillas puestas, la función de los dedos suele ser las de pegarse unos a otros y doblarse, forzando los músculos del empeine, y con el paso del tiempo, deformándolos. Atrofiándolos.

Gracias a unas fivefingers, el propio cuerpo te pide «estirar» los dedos, aumentando la superficie de contacto de tu pie, y apoyándote con sus yemas y no solo con las puntas.

En definitiva, que tiene todo el sentido del mundo que sean precisamente los que hacen de sus piernas/pies su afición o incluso su trabajo, apuesten por este tipo de zapatillas.

He leído incluso casos de personas que tras un accidente habían perdido parte de la sensibilidad muscular, y como terapia les habían animado a usarlas para recuperar el control de esa musculatura.

opinion zapatillas vibram

Por aquí feliz de la vida con mis zapatillas Vibram FiveFingers SKO EVO

Mi primer intento

En fin, que tras investigar mucho, me acabé convenciendo, y a la vuelta a Madrid pedí uno de los modelos Vibram (ES), que es, de hecho, una de las empresas más conocidas de este tipo de zapatillas.

Para que te hagas una idea, la empresa se dedicaba hace unos años a hacer esta especie de manoplas de pie para andar por el río o el mar. Apostaron por sacar también alguna zapatilla para correr fuera del agua, y hoy en día es una de las marcas referencia a nivel mundial del mundillo sport.

Revisé rápidamente los comentarios y las reseñas tanto en Amazon (donde tienen un 4.4 sobre 5) como por Internet, y viendo que casi todos dejaban claro que estaban encantados, pedí un par.

Me llegaron al día siguiente (bendita logística de Amazon…), y rápidamente quise salir a probarlas.

Revisé el prospecto que viene en la caja, y como ya sabía, recomendaban tomárselo con calma. Nada de correr durante las primeras dos semanas, saliendo poco a poco más con ellas hasta que pudieras comenzar a hacer breves carreras de máximo 1 o 2 kilómetros. A partir de la quinta semana, aumentar la intensidad según nuestro cuerpo respondiera, y así hasta que ya tuvieras hechos los pies a eso de sentir el contacto con el suelo.

Pero oye, al menos para sacar al perro me servirían, ¿verdad?

Pues me temo que no. Me puse una de las zapatillas, y al ir a poner la del otro pie, me encuentro con que tiene un pequeño agujero en la parte superior de uno de los dedos.

Era pequeñito, pero oye, para unas zapatillas que me habían costado casi 100€, como que comprar algo ya defectuoso no era una opción.

Así que, lo de siempre: pedir que me las cambiaran (que no devolución) por otras del mismo modelo.

Y a esperar…

Mi segundo intento

Así pasó otro día más, muriéndome de ganas de empezar a usarlas.

Me llegaron las nuevas al día siguiente, y vinieron a recoger las defectuosas pocas horas más tarde.

Obviamente, lo primero que hice tras constatar que las zapatillas venían bien fue ir a sacar al perro con ellas.

Algo que he hecho a diario, tres veces al día, durante alrededor de dos semanas hasta que hoy, en el momento de escribir este artículo, he tenido que pedir la devolución.

¿La razón?

Pues como puedes ver en las imágenes, ya se han roto por varios sitios, justo en la unión entre la planta y la tela superior.

zapatillas vibram rotas

Y recalco que las he utilizado únicamente para sacar al perro por fuera del pueblo, es decir, caminando en pista (parte pseudo-asfaltada, parte de solo tierra). Ni tan siquiera había empezado a correr con ellas.

¿Es que he tenido mala suerte?

Es la duda que tengo.

Sinceramente, a nivel de experiencia me ha parecido super gratificante.

Es, en efecto, como si no llevaras casi nada. La misma experiencia (bueno, parecida, se me entiende) que experimentas cuando andas por casa sin zapatillas, solo que en el exterior.

Hay que decir, eso sí, que sobre todo a mi lo que más miedo me daba es encontrarme con alguna de estas piedritas afiladas de los caminos y que viera las estrellas. Ciertamente si eso pasa lo vas a notar. Pero oye, que para eso está la suela, que si bien no amortigua nada, al menos si protege de posibles cristales o demás elementos afilados del suelo.

Es más, fíjate si estaba contento con la compra que tenía pensado para la semana que viene preparar un artículo recomendándolas.

Lamentablemente, mi experiencia ha sido la que ves. Que en apenas dos semanas se me han roto.

Y oye, entiendo que puedan durarme solo, pon, digamos, unos 8 meses. Incluso hasta aceptaría medio año para un uso diario como el que le suelo dar.

Pero ¿dos semanas?

¿Sin tan siquiera haber corrido aún con ellas?

Y es que no solo eso me preocupa. Como puedes ver en las imágenes superiores, en apenas dos semanas ya se puede observar cómo el dibujo central anti-deslizante se está ya borrando. ¡En apenas dos semanas!

¿Qué ocurrirá entonces cuando lleve medio año? ¿O un año? ¿Me voy a quedar sin caucho en el centro, apoyando directamente con la suela del pie?

Así que en estas me encuentro ahora mismo, queriendo recomendar algo que al menos, a mi, me ha salido rana.

Hablándolo estos días con los mecenas de la Comunidad, alguno las usa y está encantado, por lo que no sé si es que yo he tenido directamente mala suerte (que ese segundo ejemplar también venía mal cosido de fábrica), o si es mi culpa que no sé ni caminar, o qué diablos pasa.

¿A alguien más le ha pasado? ¿Alguien que me ilumine con su sabiduría?

Si al final me animo a un tercer intento, y esta vez cumplen las expectativas, volveré a actualizar este artículo o incluso crearé uno nuevo. Pero es que ya no sé si debería volver a intentarlo una tercera vez…

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