Me había mordido la lengua hasta ahora, en espera de ver qué datos se arrojaban sobre la nueva ley absurda (EN) de Cameron en Reino Unido: Los ISPs (provedores de internet para neófitos) censurarán internet a sus usuarios ateniéndose al contenido de las webs.
Los primeros días, la noticia estalló como un volcán acogiéndose como la absurda lucha de Cameron contra la pornografía, y obligando a todo usuario de internet que quisiera seguir consumiéndola, a registrarse en una lista de… ¿pervertidos?
Pero un servidor dudaba de que la cosa se quedase ahí, y dicho y hecho. Open Rights Group (EN) desvela lo que todos teníamos en mente: No hablamos solo de porno, sino de varias categorías (y algunas más difusas que otras).
Material violento, extremismo, terrorismo, anorexia y desórdenes alimenticios, suicidio, alcohol, tabaco, material esotérico, foros web y antifiltros de internet.
Me encanta sobre todo las dos últimas. “Foros web“, que a saber qué consideran foro y qué no, y porqué debería ser censurado, y “antifiltros de internet”, por eso de evitar que la gente se salte la censura gubernamental.
Varias lecturas que me parecen interesantes:
- Una herramienta abocada al fracaso: Si el cliente no llega al producto, llegará de otra manera. Así de sencillo ¿Quieres censurarme el tabaco? Pues tranquilo que ya generaré mercado negro para satisfacer la demanda, y para colmo vendrá acompañado de regalitos, tales como malware y botnets para de paso infectaros y usaros como moneda de cambio.
- De filtros a censura: Hoy caerán webs de contenido terrorista, pero mañana serán esos blogs de activistas políticos que tanto me molestan, y pasado todo aquel que levante la voz más de la cuenta en “foros de internet“. La herramienta no es más que una tapadera para el control de los ciudadanos, se mire por donde se mire.
- Whitelists y blacklists: Llevar a cabo tal titánica censura requiere de mantener actualizadas unas listas negras en un entorno tan flexible y líquido como es internet. Si cierras el acceso a una web, mañana monto siete duplicadas y listo. Descontando la lección aprendida que llevamos de iniciativas por el estilo, y que han acabado por censurar webs legítimas colaborativas para evitar el contenido minoritario que no interesa. Más aún, lo que me parece terrible es que ya no solo se ataque a la filosofía de la que bebe internet, sino al propio internauta, obligándolo a “alistarse” en listas donde declara expresamente que desea consumir material violento, o consultar “foros de internet“. Adios privacidad.
- Infantilización: Lo tomo prestado del título del artículo, porque es lo que me transmite la medida. En vez de centrar el eje de la estrategia en educar en el uso correcto de las TIC, lo que hacemos es censurar lo que no nos conviene, una medida que cualquier experto en educación (o cualquiera con sentido común) desaconseja. Yo usaré internet como vea oportuno, que para algo pago. Si me bajo pornografía, pues mejor (o peor para mi), pero ningún gobierno tiene el derecho de decidir por mí qué debo hacer con mi vida. Y hablamos de bloquear el alcohol y el tabaco, lo cual echaría por tierra momentaneamente la escasa presencia de mercado negro de estos productos, y de paso todo el contenido educacional que hay al respecto.
Por cierto, que por si llega a producirse, y nos lee por aquí algún usuario desde Reino Unido, os dejo caer el servicio Immunicity (EN), totalmente gratuito, sin registro alguno y anónimo, y que tan solo con una pequeña configuración del navegador, redirige las peticiones a webs que tu ISP te está censurando (el resto de peticiones las gestionas de forma habitual) a una red de proxies. A ver cómo Cameron lucha contra esto…
Y si como un servidor, estás en contra de estas medidas, puedes dar tu apoyo a la campaña de Change.org Stop U.K. Internet Censorship of pornography (EN).
Hola,
respecto de la viabilidad técnica de controlar Internet: aunque resulta imposible garantizar un bloqueo total de contenidos y sites, creo que un estado sí puedo limitar el acceso de tal manera que resulte “poco práctico” para la mayoría de sus ciudadanos / súbditos. Por ejemplo:
1. el gran Firewall chino provoca que sólo tengan acceso a contenido libre aquellos ciudadanos que (a) pueden pagar un servicio VPN o (b) trabajan en empresas con presencia internacional y usan la red corporativa para salir a Internet.
2. los ISP están fuertemente regulados y controlados, especialmente los operadores móviles que cada vez llevan más tráfico a Internet. Igual que se les obliga a implantar la interceptación legal se les puede obligar a filtrar el contenido.
3. el mantenimiento de Blacklist y Whitelist es un trabajo enorme pero no inabarcable (optenet lo hace bastante bien, por ejemplo combinando métodos manuales y automáticos o heurísticos)
4. controlar la legislación es otra palanca importante: los ISP y proveedores de contenido locales (todos con dominio .uk) estarán “ansiosos” de colaborar con su gobierno y evitar sanciones.
5. (y último) además del control preventivo, el gobierno tiene capacidad de espiar las comunicaciones por lo que aunque los ciudadanos se salten el control, el tráfico puede ser registrado y sancionado posteriormente.
En resumen, el 90% de los ciudadanos se quedarán plácidamente en “la internet comercial” (Facebook, Twitter, Amazon, BBC, Youtube, etc.) que es, en definitiva, lo que persiguen estas medidas.
Por supuesto no entro en valorar la deriva reaccionaria que desprende esta noticia.
mi opinión,
Estoy de acuerdo con todo lo que comentas Javi, pero se cumple aquí algo que en China no pasa, y es que en Europa hemos conocido internet como lo que es, y hay, aunque mínima, una educación digital a considerar. No es lo mismo que vivas siempre en el desconocimiento, a que te priven de servicios después de haberlos conocido. Si se lleva a cabo, habrá demanda, y la demanda en el mercado es lo que es. Pensar en que ahora un usuario normal use un VPN tal y como están estructurados hoy en día es impensable, pero por ejemplo servicios como el que destaco al final de la entrada hacen de túnel de forma transparente al usuario.
Pasa lo mismo que con los torrents. Hace años, nadie sabía lo que eran, y ahora muy pocos lo saben, pero la mayoría los usan, ya que los métodos técnicos del protocolo P2P se hacen de forma transparente para el usuario, que solo pincha en un archivo y hay un programa que los descarga y los comparte.
Y por mucho que se haya avanzado, como bien dices, en los métodos heurísticos aplicados al mantenimiento de Blacklist, llevamos ya sus años con internet y ahí siguen los portales de pederastia, las sectas, los foros de mafias,… Sobre el papel puede parecer sencillo, y para el usuario corriente se genera una sandbox de lo correcto que difícilmente se traspasa, pero quién no se ha encontrado al bajar una película con contenido inapropiado?
Internet es un ecosistema flexible y líquido, fácilmente reproducible y distribuido. Si TPB está como está, no es precisamente por su persecución digital, de la que es literalmente imposible hacerla desaparecer, sino por el ahogamiento financiero al que está sometido en nuestro mundo.
La pena es que se tome como medida la prohibición, empujando a los ciudadanos a usar servicios que en la práctica acabaran por cifrar toda conversación en internet, una red que se hizo para comunicarse. Un gasto absurdo de procesamiento, propiciado por el lobby de siempre.
Ese “hemos” de “Hemos conocido internet como lo que es” es mucho más pequeño de lo que parece. La inmensa mayoria de las personas que conozco ya esta unica y exclusivamente en el “la internet comercial” (Facebook, Twitter, Amazon, BBC, Youtube, etc.) y les basta y les sobra. Es más, no tienene ningún interes en nada más. No se, nadie diria que en los paises que conocieron la tele pre-tele-basura se haya podido frenar la tele-basura. Así que del mismo modo no veo que el hecho de que haya un porcentaje (que insisto, es un procentaje mucho menor de lo que parece) de gente que usaba el internet pre-comercial vaya a tener más peso que el inmenso porcentaje (que cada vez es más segun se conecta hasta la última persona del pais) que usa el internet comercial y nada más. Somos pocos, y porcentualmente cada vez seremos menos.
Y añadiría que es algo normal y esperable. Es decir, que a fin de cuentas el éxito de Internet es que cada vez está más unido a los factores que hacen seguir moviendo el mundo.
Lo que no quita que haya que defender aquellos elementos que eran buenos en un principio y siguen funcionando bien en esta Internet que tenemos en la actualidad.