Estos últimos días se celebró en el distrito Telefónica una convención del W3C sobre el futuro de las webapps.

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La teleco ha preparado un vídeo bastante corto sobre el encuentro, que os dejo al final del artículo.

Pasando de largo el interés que tiene Telefónica con el éxito que pueda tener Firefox OS, lo cierto es que propone un discurso interesante ya no a corto medio plazo, sino para el futuro de la interacción hombre-máquina, y es la llegada de la web como plataforma de desarrollo.

Quien lea este blog a diario, sabrá de mi apoyo incondicional al proyecto, del que he sido por otro lado bastante crítico, pero que creo necesario para meter caña y que se vayan puliendo todos los problemas de ahora.

A grandes rasgos, debemos entender que la web como plataforma tiene como mucho un par de años de vida (un poco más si somos optimistas), mientras que las plataformas convencionales (java, objetive-C en la actualidad), tienen ya sus décadas.

Históricamente, los lenguajes web no eran lenguajes de programación, sino de interpretado. Con XHTML no puedes programar, puedes diseñar y maquetar contenido, y lo mismo pasaba con CSS y ya ni hablemos de SQL.

La llegada de PHP y en especial JavaScript, han permitido generar dinamismo en la web, pero sobre todo han elevado el nivel de los lenguajes web hacia lenguajes programables: HTML5 es el ejemplo más socorrido, pero no hay que olvidarse de los lenguajes de preprocesado CSS.

Otro aspecto que históricamente ha generado escepticismo entre el sector, era el hecho de que no había manera de crear un vínculo directo entre lenguajes de bajo nivel (usados para controlar el hardware) y la lógica de presentación en lenguajes web.

Este hecho se ha ido difuminando con el tiempo, y para muestra Firefox OS, que aunque sigue usando Linux como motor de engranaje, sobre él se programa en HTML5. Pero para llegar a ello, han tenido que pasar sus años, con una evolución considerable tanto de las prestaciones y flexibilidad del hardware y los drivers, como la impactante revolución de los navegadores, y el auge de internet como centro de consumo de un dispositivo (seamos sinceros, para qué vale un ordenador casero hoy en día sino tiene un navegador y conexión a internet).

El éxito de Firefox OS no radica en sus prestaciones: Por mucho que me guste el proyecto, reconozco que estamos ante un símil de Android 2.x a lo sumo. El éxito radica en que es la primera plataforma real que llega para estandarizar la era Post PC, que en este lustro de vida, ha seguido diferentes vías como SO hay en el mercado.

Con Firefox OS (o WebOS, o «PongaUstedAquíElNombreWebQueQuiera» OS), lo que hemos ganado es en el desarrollo de APIs de gestión y control de dispositivos de bajo nivel, algo que hace unos años parecía una utopía. Y es que el sistema operativo de Mozilla puede que triunfe o no (le falta trabajo, de eso no hay duda), pero ha abierto la veda a un futuro de proyectos web que pueden aspirar a competir de tú a tú con desarrollos nativos.

Y es más, si en apenas un par de años han llegado al nivel actual (inferior a Android o iOS en cualquier caso, pero teniendo en cuenta el tiempo de vida de éstos y de HTML5), no me extrañaría que en un futuro no muy lejano las ventajas de un desarrollo web (multiplataforma, actualizaciones inmediatas, menor coste de desarrollo) superen con creces a las desventajas que tiene actualmente frente al lenguaje nativo (menor optimización, poca documentación, recursos limitados).

Ojo al dato que no he hablado de la experiencia de usuario enfocada a la plataforma en la que se está, una de las grandes armas que esgrimen (por desconocimiento, entiendo) los opositores al lenguaje web como plataforma, y que hoy en día se puede solucionar sin problema alguno con el uso de media querys.