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La semana pasada, la SEC, la Comisión de Bolsa y Valores norteamericana, denunció a la mayor empresa de criptomonedas del mundo, Binance, de incumplir varias reglas de antimonopolio y competencia, entre ellas, cuestiones tan graves como el haber estado operando sin licencia en el territorio, el utilizar cuentas falsas para reducir artificialmente el riesgo de las operaciones, y el usar dinero de otros para operaciones propias.

Al día siguiente, la SEC hacía lo propio con Coinbase, el segundo mayor exchange cripto y la mayor empresa de criptomonedas de EEUU, exactamente por casi las mismas razones: Operar sin estar regulados y dejar sin protección a los clientes.

Tienes el documento de la demanda de Binance por aquí (EN/PDF/136 páginas), y el de Coinbase por aquí (ES/PDF/101 páginas).

El objetivo de la SEC, como el resto de comisiones de bolsa estatales, es velar por la buena gestión de las empresas que cotizan y operan en el país.

Y de seguro tengan razón en buena parte de las demandas interpuestas ante estas dos compañías. Con Binance, de hecho, se ataca tanto a la compañía tal cual, como a hasta 13 directivos de la misma, pudiendo llegar a jugarse hasta penas de cárcel.

¿Cuál es el problema entonces? Pues que como suele ocurrir en estos casos, ni el lobo es tan malo, ni el cordero tan bueno.

La defensa pública de Binance (ES) tardó apenas unas horas en salir, y en ella, aseguran que ellos se han ido adaptando a las nuevas regulaciones conforme estas han sido definidas. Que, de hecho, esta fue la razón de acabar abriendo una subdivisión de Binance en US desde la que desde entonces ya operan para todo el territorio norteamericano.

Pero que no pueden adaptarse a las nuevas regulaciones… si no queda claro qué regulación deben cumplir.

Por que sí: Llevamos ya varios años en los que la SEC, y en menor pero igual medida el organismo de la Unión Europea y el resto de comisiones de valores están jugando arbitráreamente con una regulación todavía no bien definida para las criptomonedas.

Algo de lo cual ya hablamos por aquí, y que genera un escenario de incertidumbre… probablemente buscado por estas agencias gubernamentales.

LAS CRIPTOMONEDAS SON MOLESTAS PARA EL ESTADO

Para comprender las razones, tenemos que remontarnos a la base de la economía moderna, y con ello, a la constatación de que las criptomonedas descentralizadas son molestas para cualquier Estado.

Esto es algo incuestionable.

Históricamente el dinero ha estado o bien directamente fijado por el gobierno, o bien indirectamente (mediante agencias y comisiones al servicio, más o menos democrático, del gobierno central).

Hablamos por tanto de una gestión centralizada, en la que el gobierno tiene la potestad de imprimir más o menos billetes, y con ello afrontar de forma más eficiente potenciales deudas presentes y futuras.

¿Que se necesita pagar más deuda? Pues se imprimen más billetes, jugando con la devaluación (y por tanto, con la inflación monetaria) para que los números salgan.

Pero claro, para poder hacer esto, el Estado tiene que poder controlar, directa o indirectamente, el botón de imprimir billetes.

Cosa que con las criptomonedas, al menos las que son descentralizadas, no siempre es posible.

Monedas como el Bitcoin generan nueva moneda no en base a los intereses de una u otra entidad/persona, sino en base a un algoritmo que se encarga de definir, matemáticamente, esta creación de nueva manera, y de hacerlo además decremental, de manera que en unos años llegaremos ya al límite máximo de BTCs en el mercado.

A partir de entonces, no se podrá imprimir más billetes (más BTC).

Y otras como ETH dependen de una comunidad descentralizada y unos proyectos también descentralizados que, de nuevo, no son fácilmente controlables por el Estado.

Por otro lado, tenemos al Estado como regulador del mercado. Y por tanto, con la potestad de decidir qué se considera legal y qué se considera ilegal.

¿Ves por dónde voy?

Recalco que probablemente tanto Binance como Coinbase hayan crecido al amparo de una no-regulación muy clara. Y probablemente también lo hayan hecho llevando a cabo movimientos que claramente deberían ser sancionados.

Pero antes de demandar a la empresa por incumplir la regulación estadounidense, digo yo que la SEC debería dejar claro qué directrices se han incumplido, y más importante aún, cómo deben estas compañías solventarlas.

El escenario que llevamos años viviendo es totalmente absurdo, con prohibiciones súbitas que no se entienden sino es atendiendo al potencial interés que tiene el Estado en que las criptomonedas no se vuelvan un sistema económico alternativo al dinero FIAT.

Al menos, mientras ganan el tiempo suficiente para sacar su propia criptomoneda, que será, como ya hemos visto con el Euro Digital o el Yuan digital, meras monedas FIAT centralizadas que en vez de estar impresas en papel, están impresas en redes blockchain… pero controladas igualmente por el Estado de turno.

A esto se le llama jugar con la incertidumbre.

Una incertidumbre que solo beneficia al dinero hegemónico, y por tanto, a la supervivencia del Estado moderno como ente necesariamente centralizado y en expansión.

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