Si sueles comprar online, es probable que hayas visto o incluso usado extensiones como Honey, Capital One Shopping o Rakuten.
Estas herramientas prometen ahorrarte dinero encontrando descuentos, y aplicando automáticamente cupones en tu carrito de compra.
Es, como dice una popular cadena de ventas minoristas: «La manera inteligente de comprar».
Pero lo que no te dicen es que, en muchos casos, te están costando dinero en lugar de ahorrártelo.
Y además, en el proceso, están perjudicando a los creadores de contenido y pequeñas webs que dependen del marketing de afiliación para sobrevivir.
¿Cómo es esto posible?
De esto vamos a hablar justo hoy, en este nuevo episodio del podcast enCLAVE DIGITAL.
Un episodio que nace de una investigación reciente publicada por MegaLag (EN), un popular youtuber anglosajón, que sacó a la luz cómo estas plataformas están manipulando los enlaces de afiliados para quedarse con comisiones que deberían ir a los creadores de contenido.
Así, responderemos en los próximos minutos a preguntas clave tales como:
- ¿Cómo funcionan realmente estas extensiones, y en general, el marketing de afiliados?
- ¿Es cierto que pueden estar quitándote descuentos en lugar de dártelos?
- ¿Cómo afecta esto a los creadores de contenido y a los pequeños negocios online?
- Y, por último, ¿qué puedes hacer para evitar que te perjudiquen sin darte cuenta?
Vamos a analizar el lado oscuro de Honey y otras herramientas similares.
¡Empecemos!
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…
Ah, ¿Que ya lo has hecho?
Pues, ahora sí, ¡continuemos!
Índice de contenido
Cómo funciona el marketing de afiliación
Empecemos por el principio.
Mucha gente no sabe cómo funciona el marketing de afiliación, así que vamos a explicarlo rápido.
Quédate simplemente con la idea de que las tiendas online tienen programas de afiliación que permiten que un creador de contenido, (como puedo ser yo), un medio de comunicación o una web especializada, gane una pequeña comisión cuando alguien compra un producto o servicio a través de su enlace.
Sacado de un artículo mío de hace cuatro años…
El marketing de afiliados es uno de los modelos más habituales, basado en ofrecer una plataforma de intermediación que suministra bienes y servicios de terceros (proveedores) a cambio de un fee, normalmente sacado del beneficio que obtiene el proveedor por ese intercambio (y sin afectar, por tanto, al precio final que pagará el cliente).
Pablo F. Iglesias en un reportaje sobre un caso de éxito de tienda de barrio que pasó a facturar en tres meses medio millón de euros.
Es algo que lleva años funcionando, y que, se calcula, genera ya más de 20.000 millones de dólares anualmente.
Sin ir más lejos, seguramente en mi web durante todos estos años de generar artículos tendré puestos miles de enlaces de afiliados a páginas como Amazon, o servicios específicos que suelo recomendar.
Básicamente, y aunque en mi caso el modelo de negocio no es ese, al final de año me acabo sacando unos pocos miles de euros entre colaboraciones de afiliación con diferentes marcas.
Y es que es un sistema que, en teoría, beneficia a todos:
- La marca vende más porque hay gente con voz y alcance suficiente recomendando sus productos.
- El creador gana dinero sin que el precio del producto cambie para el comprador, monetizando así un trabajo que ya, al menos en mi caso, iba a hacer igualmente cuando hablo de productos que he comprado, publico reseñas sobre herramientas, y en definitiva, tengo que mencionar a una marca o un producto/servicio en particular en un contenido.
- Y el usuario obtiene información útil sobre qué comprar y por qué. Esa misma información que los creadores de contenido publicamos.
Además, se genera una suerte de equilibrio en el que nosotros, como creadores de contenido, tenemos que decidir sí queremos o no asociarnos con según qué marcas, productos o servicios, de manera que no vamos a recomendar productos o servicios que sean peores simplemente porque nos dan más comisión, ya que aunque a corto plazo quizás nos permita generar mayores ingresos, a medio y largo plazo haría que perdiéramos la confianza de la audiencia, de todos vosotros, y por tanto, pusiéramos en peligro nuestra credibilidad.
Esto, al menos, con todos aquellos que damos la cara, claro.
Ya sabes que hay otro tipo de «creadores de contenido» que generan contenido mercenario, que solo buscan monetizarse mediante estrategias agresivas de posicionamiento SEO. Ya he hablado largo y tendido en otros artículos de este cáncer de Internet, que hace que probablemente, cada vez que vayas a buscar en Google algo como «Mejor aspiradora», te salgan la mayoría de primeros resultados con artículos sobre «las 10 mejores aspiradoras del 2025 (o el año en el que estemos)». Artículos generados, la amplia mayoría de las veces, por una IA, que solo recopila las aspiradoras más vendidas en Amazon, le pone un poco de texto para parecer una review real, y el administrador se encarga de aparecer en los primeros resultados engañando al algoritmo de posicionamiento para que el dinero llegue sin tener ni puta idea, seguramente, de qué es una aspiradora, ya que no ha cogido una en su vida.
Pues ambos, los que reseñamos productos porque entendemos de ese sector en particular, y aquellos otros que lo hacen con una IA y buscan únicamente reseñar aquello que les va a dar mejores comisiones, usamos enlaces de afiliados.
Un enlace que es igual al enlace a la ficha de producto en la web de compra a la que llegarías si lo buscaras por tu cuenta, solo que tiene en su dirección una serie de variables que informan a la plataforma que, al comprarlo, viene referido de tal usuario. Y ese usuario, por enviar leads, es decir, potenciales compradores a la plataforma, recibe una pequeña comisión de cada compra.
Esto ha ido evolucionando, y junto con la creación de enlaces «a mano», han empezado a surgir herramientas que automatizan la publicación de dichos enlaces a los creadores de contenido, de forma que ellos no tienen que buscarlos y crearlos cada vez. Y junto a esta nueva oleada de herramientas, también han aparecido otras que se encargan de automatizar la búsqueda de cupones de descuento de cara al grueso del usuario.
Así es como llegamos a nuestro protagonista del día: Honey (ES).
El fraude del reemplazo de enlaces de afiliado
Sobre el papel, estas extensiones parecen un regalo caído del cielo.
Te instalas Honey, Capital One Shopping o cualquier otra en tu navegador, y cada vez que vayas a realizar una compra online en una plataforma que ofrezca enlaces de afiliados, la extensión encontrará los mejores descuentos por ti.
¿Suena bien, verdad?
A partir de hoy, te vas a ahorrar un pastón en las compras online.
De hecho, algunos de los mayores streamers y youtubers del mundo han publicitado en sus canales el uso de este tipo de extensiones. Ahí tenemos por ejemplo a gigantes como Mr. Beast, el canal de Youtube con más suscriptores que existe, o Marquees Brownlee, un analista estadounidense de productos tecnológicos.
Pero no corras tanto…
Pues ahora viene la parte en la que la historia empieza a torcerse.
Esto es lo que en teoría deberían hacer.
Pero, en realidad, y gracias a la investigación que antes te comentaba, ahora sabemos que su funcionamiento es el siguiente:
- Cuando visitas una tienda online, la extensión busca cupones disponibles. Hasta aquí, todo normal.
- Sin embargo, frente al mantra que este tipo de extensiones defienden, en muchos casos los cupones no son realmente mejores que los que podrías encontrar por tu cuenta. Simplemente la herramienta te propone el cupón que más comisión les genera, sea o no aquel que ofrece un mayor descuento. Esto, ya de por sí, es éticamente reprochable, pero es que hay aún más…
- Si hay un enlace de afiliado en la transacción (por ejemplo, si has llegado a ese producto o servicio desde el blog de alguien como puedo ser yo, o desde el enlace de un creador en YouTube que está publicando un vídeo dando a conocerlo), ojo al dato, la extensión lo sustituye por el suyo propio. Es decir, que al hacerlo, se lleva la comisión que habría recibido el creador. Cobran, por tanto, por el trabajo que ha hecho otro generando ese contenido, engañando tanto al comprador, que igual lo está comprando desde ese enlace en particular para apoyar a su creador de contenido, y que, para colmo, no recibirá realmente el mejor descuento (si no aquel cupón que mayor comisión le vaya a dar a la plataforma), como a los propios creadores, que en esta industria no tienen manera sencilla de asegurarse que están recibiendo los ingresos que corresponden a su labor de divulgación (y que, como se demostraba en este caso, no ocurre).
Y aquí es donde entra la parte más grave.
Porque ya no estamos hablando solo de si los descuentos son buenos o malos. Estamos hablando de que Honey y sus compañeras están robando ingresos a los creadores y pequeños negocios online.
Y ojo, que no hablamos de un malware del que tenemos constancia desde hace unas pocas semanas, no.
Honey es una startup que recibió, en sus inicios, 49 millones de dólares de inversión de algunas de las firmas de capital riesgo más prestigiosas de Silicon Valley, y que en 2020 fue adquirida por PayPal por nada menos que 4.000 millones de dólares.
Todo gracias a una regulación que es de todo menos estricta, a una ética que brilla por su ausencia…, y a cómo funciona la atribución del afiliado en todas estas plataformas.
Me explico.
El diablo está en los detalles: el modelo de atribución
Sobre el papel, en el marketing de afiliados todo encaja.
Un medio especializado analiza un producto, un youtuber te recomienda un videojuego, o una persona en la que confías (ejem, ejem) habla maravillas de un gadget en redes sociales o por un artículo en su blog.
Te interesa, haces clic en su enlace y, si finalmente lo compras, el vendedor comparte con él una pequeña comisión por haber facilitado la venta.
Hasta ahí, todo correcto.
Pero la realidad es bastante más… compleja.
¿Que por qué?
Pues porque la mayoría de las compras —y sobre todo, las que dejan comisiones más suculentas— no se hacen por impulso. Sueles investigar antes de tomar una decisión. Ves un par de vídeos, lees un par de artículos, comparas precios y, en muchos casos, visitas la tienda varias veces antes de decidirte.
Con esto en mente, ¿quién crees que debería quedarse con esa comisión?
- ¿El primero que te llevó a la tienda?
- ¿El último?
- ¿O todos los que, en algún momento, te ayudaron a tomar la decisión?
…
¿Ya tienes tu respuesta?
Pues no pienses mucho, porque el sistema actual tiene la solución: se la lleva el que genera el último clic.
Es decir, cuando haces clic en un enlace de afiliado, se guarda una cookie en tu navegador que asigna la comisión a ese creador durante un tiempo determinado. Unos minutos, a veces un día… depende de cada plataforma.
Y esto es así no porque sea la mejor solución, sino porque… es la más fácil de implementar y, además, la única que permite que los afiliados tengan un mínimo de control sobre las ventas que generan.
Porque aquí está el problema: una vez que el usuario abandona tu web, canal o red social, no hay forma de comprobar si realmente acaba comprando. A menos, claro, que seas tú mismo quien haga la compra.
Lo comentaba muy acertadamente David Bonilla hace unas semanas:
La adopción del último clic como método de atribución es un incentivo perverso que fomenta las peores prácticas de Internet. Desde las más inocentes, como enlazar a Amazon u otros comercios electrónicos con cualquier excusa para quedarte con ese último clic y quedarte con las comisiones de ventas posteriores —aunque no tengan nada que ver con tu contenido—, hasta las más agresivas, como el cookie stuffing.
¿Y qué es eso del cookie stuffing?
Pues bajo esta categoría se engloban múltiples estrategias para robar enlaces de afiliados. Estrategias como la de que se te abra un popup o un iframe de apenas 1px de alto y ancho mientras navegas por Internet que carga la web de la plataforma de compra, por supuesto, con el enlace de afiliado del ladrón.
Gracias a esto, se te queda grabada la sesión referida por este nuevo afiliado, y las próximas compras que hagas en dicha plataforma se las asignará el ladrón, no al creador de contenido que legítimamente te redirigió a la página de compra.
Casos como este se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, y algunos, afortunadamente, se han saldado hasta con penas de cárcel.
Por ejemplo, en 2014, Shawn Hogan, una figura destacada del programa de afiliados de eBay, fue declarado culpable de fraude electrónico (EN) por participar en una trama de cookie stuffing, y recibió una sentencia de prisión federal de cinco meses junto con una multa de $25,000.
Sin embargo, a pesar de algunos casos ocasionales de alto perfil, lo cierto es que estas tácticas siguen siendo bastante comunes, y la mayoría de los usuarios no son conscientes de ello, lo que agrava más el problema.
Esto es a lo que se llama hijacking de enlaces de afiliado, y es una práctica que, aunque está mal vista, sigue siendo legal en muchas plataformas.
¿Te acuerdas de lo que te conté en el episodio que analizaba el negocio turbio de la publicidad de juegos móviles en redes sociales?
Pues, como ves, esto es aún peor. Y lleva ocurriendo desde que en Internet se puede comprar.
Telita…
El impacto en los creadores de contenido… y en el Internet que todos consumimos
Aquí es donde la cosa se pone triste, y es que recordemos que muchos creadores de contenido viven, precisamente, de esa atribución.
Como te contaba anteriormente, yo llevo años trabajando con marketing de afiliados. Aunque, afortunadamente, nunca ha sido (ni espero que sea jamás) mi modelo de negocio principal.
En todos estos años he colaborado con diferentes plataformas, desde Amazon hasta acuerdos directos con empresas que venden productos en marketplaces o en sus propias webs. Y he visto de primera mano cómo la industria ha ido volviéndose cada vez más desleal con los creadores.
Antes, si recomendabas un producto y alguien lo compraba, recibías tu comisión y listo.
Ahora, en cambio, los creadores nos enfrentamos a:
- Plataformas de descuentos que nos roban las comisiones.
- Programas de afiliados que cambian las reglas sin previo aviso.
- Y tiendas que cancelan comisiones si detectan que ha habido una «interferencia» en la compra, sin dar explicación alguna de qué tipo de interferencia fue.
Por ejemplo, a finales del año pasado Amazon me canceló un pago de alrededor de 200 euros asegurando que había algún error con la atribución de dichas compras.
Y yo, como creador de contenido, no puedo hacer nada más que aceptarlo.
¿El resultado?
Pues que cada vez es más difícil para un creador monetizar su contenido de forma justa.
Un tema del cual ya hablé cuando se cumplió el primer año desde la creación de este podcast.
Y si te preguntas por qué deberías preocuparte por esto, la respuesta es simple:
Si los creadores no pueden ganar dinero con su contenido, cada vez habrá menos contenido independiente y de calidad.
Y, por tanto, en Internet habrá cada vez más de «ESE» otro tipo de contenido.
El que generan los SEOs automáticamente solo para monetizarlo, y haciéndose pasar por reseñas reales.
Créeme que ni a ti, ni a mi, nos interesa que esto ocurra.
¿Cómo protegerse de estas prácticas?
No quiero terminar sin dar una serie de recomendaciones.
Como hemos visto, y como ocurre, por cierto, también con el negocio turbio de las páginas de venta de códigos de videojuegos (un tema del que publiqué en su día un reportaje en el blog, pero que si veo que os interesa, igual lo traigo también al podcast actualizándolo), los consumidores suelen pensar que están obteniendo descuentos con Honey y estas otras extensiones de cupones de descuento, pero la realidad es que muchas veces están perdiendo dinero sin darse cuenta, y para colmo, con su uso, están afectando precisamente a todos aquellos que dedican su tiempo a reseñar contenido en Internet.
Con esto en mente, te recomendaría cuatro puntos:
- Revisa los permisos de las extensiones
- Si una extensión pide acceso a «leer y modificar datos en todas las páginas que visitas», probablemente pueda interceptar tus enlaces de afiliado. Eso, o cosas aún más peligrosas, así que yo me plantearía muy seriamente si quieres dar acceso a un tercero a todo ese poder.
- Usa bloqueadores de scripts y rastreadores
- Herramientas como uBlock Origin o Privacy Badger pueden evitar que estas extensiones manipulen tus compras. No son 100% efectivos, pero mira, mejor eso que nada.
- Apoya directamente a los creadores
- Si sigues a un creador y quieres apoyarlo, asegúrate de utilizar su enlace de afiliado sin interferencias. Es más, algunos creadores han empezado a recomendar copiar y pegar manualmente el enlace en una ventana de incógnito, ya que en estas ventanas lo normal es que las extensiones que pueda tener instaladas el usuario no se habiliten, y por tanto, no puedan robarles el enlace. Eso, o apoyar directamente a los creadores con los sistemas de membresía que la mayoría tenemos. Un modelo de negocio que, a mi modo de ver, es muchísimo más justo, ya que elimina de un plumazo los potenciales usos fraudulentos de los enlaces de afiliados, y desalienta al creador de contenido para dejarse llevar solo por aquellos productos que más comisión generan. En mi caso, ya sabes que tengo un sistema de mecenazgo llamado Club Negocios Seguros en el que puedes apoyarme económicamente, y además, gracias a ello, recibirás semanalmente dos contenidos exclusivo sobre negocios digitales, tecnología y seguridad en tu bandeja de entrada.
- Y revisa los descuentos antes de comprar
- Muchas veces, los «descuentos» de estas extensiones no son los mejores disponibles. Si el tema económico es la principal razón para que tengas instalada una extensión de este tipo, comparar manualmente con una búsqueda rápida en Internet sigue siendo la opción más fiable.
En fin…
Que las prácticas de empresas como Honey han dejado claro que la afiliación es un sector sin regulación clara, lo que ha permitido estos abusos.
Y es que, a la luz de todo este escándalo, creo que todos estamos de acuerdo en que la industria de la afiliación necesita un cambio. Si las plataformas no lo hacen por iniciativa propia, es posible que los reguladores tengan que intervenir.
La duda es si serán capaces… y si sus decisiones generarán un escenario más justo… o todo lo contrario….
Pero ahora, preguntas para ti:
- ¿Qué opciones propondrías para evitar este tipo de abusos?
- ¿Has usado alguna vez extensiones como Honey y conocías su modus operandi?
- ¿Crees que deberían regularse mejor estas prácticas o que es simplemente parte del juego del marketing digital?
Te leo en comentarios, y abramos debate.
Sobre el videopodcast enCLAVE DIGITAL
enCLAVE DIGITAL es el videopodcast de Pablo F. Iglesias, consultor de presencia digital y reputación online.
Me puedes leer y escuchar en www.pabloyglesias.com (recuerda que la primera Y de «Yglesias» es «Y griega», que si no me confundís con otro), y me puedes escribir a contacto(at)pabloyglesias.com.
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